Reportaje

Apoyo para el VIH y la salud mental en África

02 de febrero de 2008

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Frank Njenga, presidente de la Asociación
africana de psiquiatras y profesiones afines,
presidiendo junto a Joseph Mbatia, director
de salud mental del Ministerio de Salud de
Tanzania.

Según un estudio presentado durante el último foro de expertos de la Federación mundial de la salud mental, que tuvo lugar en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) del 29 al 31 de enero de 2008, el 89% de los cuidadores de los programas de ayuda a domicilio que se ocupan de casos relacionados con el sida en las regiones sudafricanas de North West Province y Mpumalanga sufre depresión o muestra algunos de sus síntomas.

El estudio, llevado a cabo por la Asociación de depresión y ansiedad de Sudáfrica y la Universidad Wits de Sudáfrica, es uno de los muchos ejemplos que ilustran la creciente necesidad de una mejora en el acceso a la atención de la salud mental para las personas que viven con el VIH o que se ven afectadas de alguna manera por este virus.

“Nuestros asociados y miembros de organizaciones de base han dejado claro que es necesario un refuerzo de los servicios de salud mental destinados al control de estrés, respaldo social y aumento de la autoestima de las personas que viven con el sida o están afectadas por él”, declaró el secretario general de la Federación mundial de la salud mental, Preston Garrison. “Los cuidadores especialmente sufren altos niveles de estrés y su papel puede llegar a requerir una capacidad física y mental considerable, ya que se ocupan de las necesidades físicas, emocionales y económicas de los miembros de sus familias”.

El asesor de la Organización Mundial de la Salud Melvyn Freeman hizo alusión a un estudio realizado en Zambia que demostraba que el 85% de las mujeres embarazadas que viven con el VIH sufría episodios de depresión mayor y que muchas de ellas llegaban a pensar en el suicidio. Otro estudio revelaba un incremento en el número de casos de depresión y suicidio entre los huérfanos por el sida en África oriental y meridional.

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El foro de la Federación mundial de la salud
mental reunió a 23 expertos de diferentes
especialidades de los ámbitos del sida y la
salud mental para explorar las necesidades
del segundo en todos los aspectos de la
respuesta al sida.

El foro, que recibe el apoyo de la Fundación Ford, reunió a 23 expertos de diferentes especialidades de los ámbitos del sida y la salud mental para examinar este tipo de necesidades en todos los aspectos de la respuesta al sida. Se prestó especial atención a las necesidades de los cuidadores, las personas que viven con el VIH y los niños vulnerables, grupos en los que a menudo se han detectado importantes problemas de salud mental como consecuencia del sida.

El foro de Ciudad del Cabo se convocó en parte gracias al apoyo de organizaciones nacionales como la Asociación nacional para la salud mental de Zimbabwe, que ha realizado continuados esfuerzos por concienciar en cuanto a la necesidad de una mejora en los servicios de salud mental para los cuidadores de personas que viven con el sida y para los niños que quedan huérfanos cuando sus padres mueren de sida.

En el discurso de apertura del foro, Frank Njienga, presidente de la Asociación africana de psiquiatras y profesiones aliadas ofreció una visión general de la situación de la salud mental en África, haciendo especial hincapié en el hecho de que el trauma que experimentan individuos, familias y comunidades a causa del sida ha aumentado considerablemente la necesidad de una ampliación urgente de unos servicios de salud mental exhaustivos que trabajen en colaboración con programas nacionales y locales para el sida.

En una serie de mesas redondas se examinaron las lagunas que necesitan cubrirse en el campo de la salud mental para mejorar el bienestar de las personas infectadas o afectadas por el VIH en África. Uno de los puntos que se trataron fue la necesidad de comprender mejor la forma en que los problemas de salud mental incrementan la vulnerabilidad de los individuos infectados por el VIH y la necesidad de proporcionar una formación a los trabajadores de salud para reducir el estigma relacionado con la salud mental y el VIH.

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Julian Sturgeon, director nacional de la
Campaña de acción pro tratamiento, destacó
el trabajo de la organización en cuanto al
programa de familiarización con el tratamiento
para asegurar su óptima observancia entre las
personas que viven con el sida.

Los participantes también pusieron de relieve que cualquier nueva intervención debe estar encaminada a respaldar una mayor capacitación de las personas con problemas de salud mental para que puedan responder a sus propias necesidades en relación con el VIH.

Asimismo subrayaron la necesidad de una mayor estandarización de los programas de salud mental y bienestar para fortalecer las numerosas iniciativas basadas en la comunidad y que ya se centran en el apoyo psico-social.

“La relación entre el VIH, la salud mental y la lucha por alcanzar el bienestar es multidimensional y ofrece muchas oportunidades para fortalecer, incrementar y ampliar la colaboración”, afirmó Andy Seale, consejero jefe de promoción para las regiones de África oriental y meridional. “Muchos aspectos de las necesidades de salud mental relacionadas con el VIH se han tratado a nivel comunitario durante años. Sin embargo las necesidades locales (particularmente las de las personas que viven con el VIH y aquellas que incrementan la carga de cuidados) se tratan a menudo de forma inadecuada y los programas carecen de recursos suficientes y podrían beneficiarse de un mayor apoyo y promoción internacional.

En conclusión, se acordó continuar la promoción de la iniciativa en toda África para afrontar las múltiples y complejas interacciones entre la salud mental y el sida a través de una movilización a nivel comunitario.

Durante la Conferencia de psiquiatría de África que tendrá lugar en Ghana en abril de 2008, la iniciativa intentará promover un mayor interés, recopilar un directorio en línea que contenga recursos sobre VIH y salud mental, desarrollar una serie de documentos sobre políticas e información para los trabajadores principales, y convocar una conferencia de asociados a principios de 2009 para explorar las consecuencias que tiene el sida para la salud mental de las personas que viven con el VIH, sus familias, cuidadores y las comunidades.