Reportaje

Una nueva combinación de medicamentos reduce espectacularmente la trasmisión maternoinfantil del VIH durante la lactancia

22 de julio de 2009

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Fotografía: OMS

Según un nuevo estudio realizado por la OMS, si las mujeres seropositivas reciben una combinación de medicamentos antirretrovíricos desde los últimos meses de embarazo hasta los primeros seis meses de lactancia, en lugar de durante un breve periodo de tiempo que termina tras el parto, sus bebés tienen un 40% menos de probabilidades de infectarse por el VIH.

Las conclusiones iniciales de este estudio, llamado Kesho Bora, que significa “un futuro mejor” en Swahili, se presentaron en la V Conferencia de la Sociedad internacional del sida sobre patogénesis, tratamiento y prevención, celebrada en Cape Town, Sudáfrica, del 19 al 22 de julio. Es fruto de la colaboración entre la OMS con la Agencia nacional francesa de investigación sobre el sida y la hepatitis viral (ANRS), los Centros estadounidenses para el control y la prevención de enfermedades (CDC) y el Instituto nacional de salud infantil y desarrollo humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD), de los Institutos nacionales de salud de los Estados Unidos.

Realizado entre junio de 2005 y agosto de 2008, dicho estudio ha contado con la participación de 1.140 mujeres en cinco emplazamientos de África (en Burkina Faso, Kenya y Sudáfrica). El objetivo de Kesho Bora era evaluar si se puede reducir el riesgo de transmisión del VIH durante la lactancia.

Los resultados muestran que se puede conseguir un descenso significativo de la infección maternoinfantil suministrando a las mujeres que tienen un nivel de células inmunes CD4 de 200-500 células/mm3 una combinación de tres medicamentos antirretrovíricos. El tratamiento debería comenzar en el último trimestre de embarazo y continuar hasta el sexto mes de lactancia Este estudio ha demostrado que, de esta forma, se puede reducir el riesgo de transmitir el VIH a los bebés y, por tanto, aumentan sus probabilidades de sobrevivir en comparación con los hijos de aquellas madres seropositivas que reciben el tratamiento antirretrovírico recomendado actualmente por la OMS, el cual comienza en los últimos meses de embarazo y termina tras el parto.

Los mejores resultados del estudio se dieron en un grupo de madres que tenían un nivel de CD4 de entre 200 y 350 células/mm3. Con esta nueva combinación de tres antirretrovíricos, compuesta por zidovudina, lamivudina y lopinavir/ritonavir, ni la salud de la madre ni la del niño corren un riesgo mayor. El estudio no se realizó a mujeres con niveles de CD4 por debajo de las 200 células/mm3, ya que estas necesitan tratamiento para su propia salud. Este tratamiento también reduce significativamente el riesgo de transmitir el VIH durante la lactancia.

La lactancia plantea un problema esencial a las mujeres embarazadas que viven con el VIH. En muchos países en desarrollo, la elección no es nada fácil: alimentar a sus bebes y arriesgarse a transmitirles el virus a través de la leche materna, o darles una fórmula pediátrica. Esta última opción priva a los bebés de la inmunidad natural que les proporcional la leche materna, y que les protege de la diarrea, la malnutrición y otras enfermedades potencialmente mortales. La sanidad también puede suponer un problema, ya que en algunos lugares carecen de agua potable para mezclar la fórmula y, en cualquier caso, es posible que no puedan permitirse comprarla.

Evitar que las madres fallezcan y que los bebés se infecten por el VIH es una de las nueve áreas prioritarias para ONUSIDA y sus copatrocinadores, como queda reflejado en Acción conjunta para conseguir resultados: Marco de resultados de ONUSIDA 2009-2011.

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, ha promovido esta prioridad. Durante su última visita a Lesotho, en Sudáfrica, declaró lo siguiente: “Fortalecer los servicios de salud materna, reproductiva y pediátrica significará que podremos evitar que las madres fallezcan y que los bebés se infecten por el VIH, tanto el Lesotho como en el resto del mundo”.

Las conclusiones del estudio Kesho Bora serán ahora evaluadas por expertos de la OMS, quienes también revisarán otros datos en función de esta nueva información, como las recomendaciones de la OMS de 2006 sobre el uso de antirretrovíricos en mujeres embarazadas y en niños lactantes y sobre la prevención de la transmisión maternoinfantil. Se espera que antes de que finalice el año se publiquen orientaciones actualizadas.

Es evidente que esta investigación amplía el rango de opciones de tratamiento para las madres que viven con el virus, y que les da la esperanza de que, si así lo desean, puedan tener mayores posibilidades dar el pecho a sus bebés sin transmitirles el VIH.

Este estudio está recibiendo fondos adicionales facilitados por la Asociación de ensayos clínicos europea y de los países en desarrollo, la Fundación Thrasher, el Departamento estadounidense para el desarrollo internacional, UNICEF y el Gobierno belga.