Reportaje

Atender las necesidades relacionadas con la infección por el VIH de las personas que se desplazan

19 de junio de 2009

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Noe Sebisaba y la ONG STOP SIDA que dirige están ayudando a mitigar las repercusiones del VIH en Burundi
Cortesía del ACNUR

Noe Sebisaba sabe cómo transformar una situación adversa en algo que destaque los aspectos positivos de la vida. En 1996, él y su familia se vieron forzados a huir de Burundi, que estaba sumido en el caos, y terminaron en el campo para refugiados de Kanembwa, en Tanzania. En 1998, cuando aún vivían allí, se enteró de que estaba infectado con el VIH; poco después, su esposa, que también era seropositiva, murió de una enfermedad relacionada con el sida. En ocasión del Día Mundial del Sida del 2001, en un acto organizado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Sr. Sebisaba decidió declarar abiertamente su estado serológico respecto al VIH, con lo cual se convirtió en el primer refugiado africano en dar ese paso. Y nunca ha vuelto la vista atrás: “Decidí hacerle ver al VIH que yo lo controlaría a él y no él a mí… Estaba cansado del silencio y encontré una nueva razón para vivir: confrontar al virus y predicar el perdón y el amor.”.

Aunque en un inicio su familia y su comunidad lo rechazaron, su revelación lo impulsó a afrontar el estigma y la discriminación que se propagaban sin ningún control entre los refugiados y la población de acogida en Tanzania. Así pues, estableció la organización STOP SIDA, de carácter popular y comunitario, con el objetivo de intensificar la participación de los refugiados y la comunidad local en la respuesta frente al sida y difundir mensajes de concientización sobre el VIH en actos públicos y por medio de relaciones personales, visitas y grupos de compañeros.

Al decidir declarar abiertamente que estoy infectado con el VIH, cumplí con mi parte para tratar de cambiar la imagen del virus. Creo haber demostrado que no es una sentencia automática de muerte y que es posible llevar una vida productiva.

Noe Sebisaba, el fundador de la organización STOP SIDA

STOP SIDA opera en varios campos de refugiados ubicados por toda la parte occidental de Tanzania, donde distribuye materiales educativos y promociona el apoyo y la atención de las personas infectadas con y afectadas por el VIH. Al exponer su caso como ejemplo, el Sr. Sebisaba encontró una forma única de ayudar a las personas y comunidades a generar los cambios necesarios para hacer frente al virus; además ha sido capaz de abordar algunas vulnerabilidades particulares que afrontan los refugiados, quienes han sido desarraigados debido a los conflictos, las persecuciones o la violencia.

Hay miles de factores que pueden aumentar la vulnerabilidad al VIH de millones de refugiados y personas desplazadas dentro de sus países en todo el mundo. Con frecuencia, estas personas pierden su fuente de ingresos y pueden verse obligadas a recurrir a comportamientos de alto riesgo para satisfacer sus necesidades. Los servicios sanitarios y educativos suelen fallar y las fuentes de información sobre la prevención y el tratamiento de la infección por el VIH pueden verse perturbados. Las normas sociales y sexuales, las redes y las instituciones también pueden venirse abajo; las mujeres pueden ser particularmente vulnerables debido a que las violaciones suelen utilizarse como un arma de guerra. De hecho, la esposa del Sr. Sebisaba fue violada por los soldados en Burundi durante la guerra civil.

El hecho de que STOP SIDA haya sido capaz de tener una influencia en Tanzania es prueba de la voluntad y la determinación del Sr. Sebisaba y sus compañeros. El Sr. Sebisaba demostró que los refugiados no son únicamente receptores pasivos de ayuda, sino personas que disponen de mecanismos poderosos para hacer frente a los problemas, capacidad de recuperación e ingenio. Muchos refugiados e integrantes de las comunidades circundantes participaron en las actividades de STOP SIDA y se constató un aumento considerable del número de personas que solicitaban asesoramiento y pruebas voluntarias.

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El Presidente de Burundi Pierre Nkurunziza visita STOP SIDA
Cortesía de Noe Sebisaba

En el 2005, el ACNUR repatrió al Sr. Sebisaba a Burundi, donde pudo continuar su labor. En los últimos siete años, el Organismo ha ayudado a casi 500.000 burundianos a regresar a sus hogares y presta apoyo para que tengan acceso continuo a los programas de tratamiento y prevención de la infección por el VIH.

Desde el 2006, la organización no gubernamental STOP SIDA-NKEBURE UWUMVA opera en el país, sobre todo en las zonas donde hay un gran número de personas repatriadas; cuenta con el apoyo del ACNUR y otros asociados, y tiene oficinas en Bujumbura, la capital, y en la provincia oriental de Cankuzo. La Organización continúa difundiendo el mensaje de prevención, cambio de comportamiento, tolerancia y necesidad de asesoramiento y pruebas voluntarias del VIH. Sus actividades de divulgación han cobrado una importancia particular en las zonas rurales, donde hay dificultades para introducir la información sobre el sida y los mensajes dirigidos a evitar el estigma.

Por otra parte, STOP SIDA actúa como asociado ejecutor del ACNUR en tres campos para refugiados congoleses en Burundi, donde el personal se vale de sus conocimientos y experiencia para ayudar a mitigar las consecuencias de la epidemia, lo cual comprende velar por que sus clientes reciban tratamiento farmacológico en los hospitales locales.

En las provincias orientales de Cankuzo y Ruyigi, las actividades de STOP SIDA llegan a unas 45.000 personas, que incluyen a antiguos refugiados y a aquellos que deciden quedarse en el país de acogida. En los campos para refugiados congoleses y las comunidades circundantes, alrededor de 25.000 personas se benefician de las iniciativas de esta organización.

El ACNUR, el organismo principal de las Naciones Unidas para hacer frente al VIH entre los refugiados y las personas desplazadas dentro de sus países, ha coproducido un video sobre la organización STOP SIDA titulado “Love in the time of AIDS”. Este se presentará durante la sesión temática sobre desplazamiento forzado que tendrá lugar durante la 24.a reunión de la Junta Coordinadora del Programa del ONUSIDA, del 22 al 24 de junio. Se destaca a STOP SIDA como una práctica óptima de liderazgo y movilización comunitarios.

La satisfacción más grande para el Sr. Sebisaba es tener la impresión de que él y sus compañeros activistas han contribuido a que las personas acepten su diagnóstico de seropositividad al VIH con un grado de esperanza y optimismo, y a alentarlas a que hablen de la epidemia. En sus palabras: “Al decidir declarar abiertamente que estoy infectado con el VIH, cumplí con mi parte para tratar de cambiar la imagen del virus. Creo haber demostrado que no es una sentencia automática de muerte y que es posible llevar una vida productiva. En los lugares donde he trabajado, la gente es ahora más capaz de hablar abiertamente sobre el hecho de tener la infección y hay más personas que deciden hacerse la prueba. Nunca me he arrepentido de dar a conocer mi estado serológico y creo que esto realmente está haciendo que las cosas cambien.”.