Reportaje

Un informe de Naciones Unidas indica que es necesario progresar en las pruebas de detección y el tratamiento del VIH para los niños y las mujeres

30 de noviembre de 2009

NUEVA YORK, GINEBRA, BARCELONA 30 de noviembre de 2009 – Las actividades nacionales para combatir el SIDA, especialmente mediante la prevención de la transmisión de madre a hijo, han dado resultados positivos, pero muchos niños y niñas afectados por el VIH y el SIDA siguen teniendo todavía problemas para que se satisfagan sus necesidades básicas, según un informe presentado hoy por cuatro organismos de las Naciones Unidas.

El informe, titulado Children and AIDS: The Fourth Stocktaking Report, 2009 (La infancia y el SIDA: Cuarto inventario de la situación, 2009) y publicado conjuntamente por ONUSIDA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), presenta datos sobre las intervenciones que protegen a las mujeres y los niños contra el VIH y SIDA, y una serie de principios para orientar la adopción urgente de medidas.

Los datos indican que se han producido progresos considerables en algunos países tanto en el tratamiento para evitar la transmisión de madre a hijo como en la administración de pruebas de detección del VIH a las mujeres embarazadas. Un tratamiento para evitar la transmisión de madre a hijo ha alcanzado una cobertura del 95% en Botswana, del 91% en Namibia y del 73% en Sudáfrica, tres países con una prevalencia elevada del VIH. Los progresos son especialmente claros en Sudáfrica, donde la cobertura era de solo un 15% en 2004.

“En todo el mundo, el 45% de las mujeres embarazadas con VIH están recibiendo en estos momentos tratamiento para evitar que transmitan el virus a sus hijos, un aumento de cerca del 200% desde 2005”, dijo Ann M. Veneman, Directora Ejecutiva de UNICEF. “El desafío es ampliar la escala del tratamiento en países como Nigeria, donde viven el 15% de las mujeres embarazadas con VIH del mundo”.

Los niños tienen derecho a nacer libres del VIH, Ningún coste es demasiado alto cuando se pretende salvar a madres y niños. Podemos conseguirlo si aprovechamos la respuesta al sida para fortalecer también los servicios de salud maternoinfantil.

Michel Sidibé, Director ejecutivo de ONUSIDA.

En la actualidad, solamente al 10% de las mujeres de Nigeria se les aplica la prueba de detección del VIH y el 90% de las mujeres embarazadas con VIH no tienen acceso a tratamientos para evitar la transmisión de madre a hijo.

La relación entre el VIH, la pobreza en el hogar y la salud de la madre y el hijo sigue siendo muy marcada. Sin embargo, el éxito es evidente en los lugares donde los gobiernos se han comprometido con firmeza para abordar la salud de las madres y de los niños –especialmente mediante servicios de detección y tratamiento del VIH– y donde las pruebas y los tratamientos se han incorporado en los programas generales de salud de las madres y los hijos. Los progresos podrían ser más firmes si se abordaran las causas fundamentales de la vulnerabilidad al VIH, como la pobreza, la desigualdad entre los géneros y la violencia sexual.

“No podemos permitirnos el lujo de ser complacientes” dice la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. “En muchos países industrializados, el SIDA infantil has sido virtualmente erradicado, lo cual demuestra que es posible. Las nuevas recomendaciones de la OMS para prevenir la transmisión de madre a hijo, que se han lanzado hoy, ofrecen una oportunidad única para mejorar de forma dramática la salud de las madres y niños y niñas en los países en vías de desarrollo”.

En el plano mundial, el tratamiento pediátrico para niños y niñas con VIH, aunque todavía se encuentra a la zaga del de los adultos, ha aumentado hasta beneficiar al 38% de quienes lo necesitan, una mejora de cerca del 40% solamente en un año. Las últimas pruebas empíricas indican que el diagnóstico durante los primeros 2 meses de vida y la iniciación temprana del tratamiento antirretroviral pueden producir reducciones importantes en la mortalidad infantil, pero los datos revelan que en todo el mundo solamente el 15% de los niños y niñas nacidos de madres con VIH son sometidos a la prueba de detección durante los primeros dos meses después de nacer.

“Para ampliar las pruebas de detección del VIH entre las madres y los niños, tenemos que superar obstáculos sociales como la violencia, el estigma y la discriminación, y reforzar los sistemas de salud”, dijo Thoraya Ahmed Obaid, Directora Ejecutiva de UNFPA. “Al prestar servicios integrados que abarquen la atención de la salud de las madres y los recién nacidos, la planificación de la familia y la provisión de pruebas de detección, asesoramiento y tratamiento del VIH, podemos salvar y mejorar las vidas de millones de mujeres y niños”.

La situación de los huérfanos debido al VIH y el SIDA sigue siendo una importante causa de preocupación, ya que solamente 1 de cada 8 familias que se ocupan de niños y niñas huérfanos y vulnerables reciben ayuda externa, como atención médica, asistencia financiera y apoyo para la educación.

Otro grupo fuertemente afectado es el de las mujeres y niñas de 15 a 24 años. En África subsahariana, las mujeres y niñas de este grupo de edad siguen contrayendo el 70% de todas las nuevas infecciones entre los jóvenes de la región. El informe sugiere que abordar los factores que impulsan la epidemia, incluida la violencia sexual, requiere incorporar a los hombres y los muchachos en la respuesta. "Los niños tienen derecho a nacer libres del VIH", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Ningún coste es demasiado alto cuando se pretende salvar a madres y niños. Podemos conseguirlo si aprovechamos la respuesta al sida para fortalecer también los servicios de salud maternoinfantil".

El informe destaca que las inversiones en la prevención y el tratamiento del VIH y el SIDA están dando resultados, especialmente entre las mujeres y las niñas. Si se mantienen, y reciben apoyo mediante el compromiso y unas políticas bien concebidas, los dividendos se medirán en vidas salvadas.