Reportaje

Gerry Eldson, promotora mundial de la respuesta a la tuberculosis, informa a ONUSIDA sobre esta enfermedad en Sudáfrica

30 de abril de 2010

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(desde la izquierda) Dr. Mario Raviglione, director del Departamento Alto a la TB de la OMS; Gerry Elsdon, promotora de la respuesta a la tuberculosis de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR); Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA; y Dr. Marcos Espinal, secretario ejecutivo de la Alianza Alto a la TB.
Fotografía: ONUSIDA

Gerry Elsdon estaba en la cumbre de su carrera profesional como personalidad popular de la televisión sudafricana cuando se le diagnosticó tuberculosis. Elsdon, que vive en un barrio residencial acomodado, se sorprendió al descubrir que la clínica de tuberculosis más cercana estaba escondida tras varios edificios, "como si fuera algo de lo que hubiera que avergonzarse". Fue esta experiencia la que la empujó a convertirse en defensora de los derechos de las personas afectadas por la tuberculosis.

Nueve años después, Elsdon es una voz apasionada que se alza para manifestar las deficiencias de los servicios para la tuberculosis. El 29 de abril, Gerry visitó la sede de la Secretaría de ONUSIDA, donde participó en una mesa redonda junto al Dr. Mario Raviglione, director del Departamento Alto a la TB de la OMS, y el Dr. Marcos Espinal, secretario ejecutivo de la Alianza Alto a la TB. El diálogo, en el que también participaron otros empleados, estuvo presidido por Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.

Elsdon es actualmente promotora de la respuesta a la tuberculosis de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) y voluntaria de la Fundación CHOC Childhood Cancer, de Othandweni Children’s Home y de la Asociación Lilly MDR-TB.

Se estima que la tuberculosis es responsable de una de cada cuatro muertes de personas seropositivas, a pesar de ser una enfermedad curable. Ampliar las pruebas de su detección así como su tratamiento para personas seropositivas (por medio de servicios completamente integrados de tuberculosis y VIH) sería un paso esencial para reducir el impacto de esta enfermedad en personas que viven con el VIH. Elsdon cree que este enfoque podría marcar una gran diferencia y mencionó lo valioso que sería disponer de una instalación clínica donde una persona pudiera recibir asesoramiento, realizarse las pruebas del VIH y someterse seguidamente a las pruebas de tuberculosis en una sala contigua.

Se estima que en 2007 se produjeron 1,37 millones de nuevos casos de tuberculosis entre personas que viven con el VIH y que la tuberculosis fue responsable de 456.000 fallecimientos. Evitar que las personas seropositivas mueran de tuberculosis es una de las prioridades incluidas en el Marco de resultados de ONUSIDA de 2009 a 2011.