Reportaje

La terapia sustitutiva con metadona contribuye a prevenir nuevas infecciones por el VIH en Belarús

02 de marzo de 2011

Un paciente recibe su dosis diaria de metadona en el centro clínico provincial de Minsk.

Slava, un chico de veintiocho años, fue consumidor de heroína durante 13 años. "Siempre pensé que sería capaz de dejarlo. Solo una inyección más, y luego lo dejaría. Pero, al final, me di cuenta de que sin ayuda externa sería imposible recuperarme."

Por este motivo, solicitó su ingreso en el centro clínico provincial de Minsk tan pronto como abrió sus puertas en junio de 2010, con el propósito de iniciar una terapia de sustitución con metadona.

Según ONUSIDA, ONUDD y la OMS, la terapia de sustitución de opiáceos (TSO) con metadona y buprenorfina resulta altamente efectiva a la hora de mitigar comportamientos adictivos que ponen la vida de usuarios de drogas inyectables en serio peligro de infección por el VIH.  Asimismo, las personas que siguen la TSO han dado muestras de un mayor acceso a los tratamientos antirretrovirales y de un seguimiento más efectivo de los mismos que ha contribuido a mejorar notablemente su calidad de vida.

"Estuve esperando este programa durante mucho tiempo," afirmó Slava.  "Gracias al tratamiento con metadona puedo volver a llevar una vida normal y he reanudado mis estudios. Este, sin duda, representa el cambio más importante en mi vida."
El centro de rehabilitación de la clínica de Minsk, que atiende a 40 personas, no necesita publicidad. Ellos mismos les cuentan a sus amigos los progresos que están logrando y recomiendan a todo aquel que necesite este tipo de ayuda que visite el centro. Según el Dr. Golubitsky, jefe del servicio de terapia de sustitución de la clínica, "muchos usuarios de drogas inyectables VIH-positivos que no figuraban en ningún otro centro se dirigieron a nosotros por voluntad propia y aquí recibieron tanto tratamiento con metadona como antirretroviral".

"Muchos usuarios de drogas inyectables VIH-positivos que no figuraban en ningún otro centro se dirigieron a nosotros por voluntad propia y aquí recibieron tratamiento con metadona, así como tratamiento antirretroviral"

Dr. Golubitsky, jefe del servicio de terapia de sustitución en la clínica provincial de Minsk.

La clínica también facilita información sobre prevención del VIH y rehabilitación destinada a usuarios de drogas, y deriva a los pacientes a otros servicios relevantes como el de planificación familiar y atención psicológica. Además, les asesoran en educación profesional, formación y empleo.

La terapia sustitutiva con metadona se introdujo en Belarús hace tres años y, desde entonces, su alcance se ha extendido de una clínica piloto a una amplia red de centros. Hoy en día, alrededor de 450 personas reciben a diario este tratamiento  en ocho ciudades del país.

El Fondo mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria se encarga de financiar el programa de tratamiento con metadona. Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo coordina su aplicación. 

El país ha pasado de poseer una capacidad nula a la hora de suministrar tratamiento con metadona a disponer de un grupo de especialistas y un protocolo bien establecido. Por otra parte, la oferta de servicios de TSO se ha ampliado con el objetivo de poder cubrir diferentes aspectos de la vida de los pacientes.

En el pasado, Belarús exigía una serie de requisitos previos muy estrictos a la hora de acceder a un programa de TSO. De hecho, un usuario de drogas tenía que demostrar que había hecho varios intentos fracasados de desintoxicación, que vivía con el VIH o que tenía alguna otra infección, como hepatitis C. Hoy en día, gracias al éxito de este programa las condiciones han cambiado y se ha ampliado el acceso a estos servicios.  De conformidad con una nueva orden del Ministerio de Salud, todo aquel que desee poner fin al consumo de drogas inyectables puede tener acceso a una terapia de sustitución.
Los profesionales sanitarios consideran que este cambio supone un avance muy positivo, ya que proporciona alternativas para los consumidores de drogas inyectables. Al facilitar el acceso a los programas de sustitución, se reducirá el elevado coste personal que la dependencia de los opiáceos supone a los propios individuos, a sus familias y al conjunto de la sociedad, ya que se consigue disminuir el consumo de heroína, las muertes asociadas, los comportamientos de riesgo frente al VIH y las actividades delictivas.  

El consumo de drogas inyectables en el este de Europa y en Asia Central es el principal medio de transmisión del VIH en la región. En Belarús, estos usuarios representan el grupo de población más afectado por el VIH, con una prevalencia de un 13.7%.

Con vistas a reducir la transmisión del VIH entre usuarios de drogas inyectables, el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo se encarga de coordinar la aplicación de la terapia de sustitución, dentro del marco de las subvenciones del Fondo mundial.