Reportaje

Los líderes evalúan los avances realizados en la implantación de la resolución de Naciones Unidas sobre el VIH y la seguridad

26 de septiembre de 2012

De izquierda a derecha: Hervé Ladsous, jefe del Departamento de operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas; Ali Bongo, presidente de Gabón; y Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, durante la 67.ª reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. 25 de septiembre de 2012.
Fotografía: ONUSIDA/B. Hamilton

El presidente de Gabón, Ali Bongo, mantuvo conversaciones con el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, y el jefe del Departamento de operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, Hervé Ladsous, sobre sida y seguridad durante la 67.ª reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Durante las conversaciones, los líderes advirtieron de cómo la inestabilidad social puede ser caldo de cultivo para el riesgo y la transmisión del VIH. La menor responsabilidad ante los actos, los cambios en el equilibrio de poderes y la vulnerabilidad se hacen extensivos, lo que conduce a toda una serie de abusos, incluyendo violencia sexual y de género.

El Sr. Sidibé dio las gracias al presidente Bongo por su liderazgo y compromiso constante con este tema. “La relación entre el VIH y la seguridad es clara como el agua: las condiciones de los conflictos y posteriores a los conflictos pueden agravar la expansión del VIH y, si no se inspeccionan, pueden amenazar la paz y la seguridad internacionales”, afirmó.

En muchas situaciones, la violencia sexual generalizada ha sido utilizada como herramienta bélica, aumentando así las desigualdades de género y contribuyendo a la expansión del VIH. En el entorno de un conflicto o posterior a un conflicto, es frecuente que las mujeres (muchas con niños) se vean en la encrucijada de morir de hambre en sus devastadas comunidades locales o acudir a un campo de refugiados, donde las violaciones y la violencia sexual son endémicas.

Los líderes estuvieron de acuerdo en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha jugado un papel fundamental en concienciar sobre las conexiones existentes entre el sida y la seguridad. En 2011, la Resolución 1983 del Consejo de Seguridad marcó un hito en la historia al hacer un llamamiento para aumentar el esfuerzo de los Estados miembros para enfrentarse al VIH en las misiones de paz. También supuso un llamamiento para que los esfuerzos de prevención del VIH en los servicios uniformados se alineen con los esfuerzos por acabar con la violencia sexual en el ámbito de los conflictos y las etapas posteriores a los conflictos.

“Antes de que enviemos nuestro informe al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2013, invitaré a los líderes y socios a Libreville para hacer una evaluación del progreso mundial”, afirmo el presidente Bongo.

La relación entre el VIH y la seguridad es clara como el agua: las condiciones de los conflictos y posteriores a los conflictos pueden agravar la expansión del VIH y, si no se inspeccionan, pueden amenazar la paz y la seguridad internacionales

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

Hoy, el VIH se está integrando exhaustivamente en todas las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Llegar a los cerca de 120 000 miembros del personal que actualmente ofrecen sus servicios en las misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas no solo ayuda a proteger su salud y bienestar, sino que, además, el personal para el mantenimiento de la paz también es agente de cambio en las comunidades del entorno y, finalmente, en sus países de origen.

“Podemos reducir el impacto del VIH entre los servicios uniformados y las poblaciones civiles afectadas por el conflicto”, afirmó el Sr. Ladsous. “Se trata de una prioridad para el Departamento de operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas”, añadió.

ONUSIDA y el Departamento de operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (DOMP) han estado colaborando durante más de una década, en la que han acumulado importantes conocimientos sobre el sida y la seguridad, identificado las buenas prácticas así como documentado éxitos y retos. Esta colaboración también ha reforzado los puntos fuertes y la especialización de otros socios de las Naciones Unidas, como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) y ONU Mujeres, además de Estados miembros, otras organizaciones internacionales y entidades de financiación.

Todos estos esfuerzos por colaborar están empezando a dar resultados. Seis casos prácticos que se han llevado a cabo en la República Democrática del Congo, Timor Oriental, Líbano, Haití, la República de Sudán del Sur y la República de Sudán de Norte señalan avances concretos en la lucha contra el VIH y la violencia de género. Los programas del sida están ayudando a luchar contra la violencia sexual y la violencia de género, a concienciar sobre los efectos negativos del estigma y la discriminación, a sensibilizar a los autores de estas acciones y ayudar a convertirlos en agentes de cambio, y a promocionar la integración de la protección de los derechos humanos en los marcos legales y las políticas nacionales. Durante la reunión, una publicación conjunta, “Securing an AIDS free future: practical lessons about Security and AIDS in conflict and post-conflict settings” (Garantizar un futuro sin sida: lecciones prácticas sobre seguridad y sida en el entorno del conflicto y posterior al conflicto), producida por ONUSIDA y el DOMP en la que se documentan estos esfuerzos fue presentada al presidente Bongo.