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La Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre sida fue clausurada la tarde del miércoles 11 de junio de 2008. Diversas partes interesadas en la respuesta al sida de todo el mundo, incluidos líderes de gobiernos nacionales, grupos de la sociedad civil y organismos de las Naciones Unidas, participaron en este evento.

El objetivo de esta reunión era evaluar los progresos realizados con relación a la Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA de 2001 y la Declaración política sobre el VIH/SIDA de 2006. Los debates se centraron en los grandes avances conseguidos hasta la fecha, los desafíos que existen todavía y en recomendaciones para garantizar una respuesta sostenible en el futuro.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presentó un informe exhaustivo basado en los informes de progresos nacionales de 147 países. El informe muestra que, aunque todavía queda mucho por hacer, se han conseguido avances importantes en prácticamente todas las regiones del mundo.

El Secretario General señaló que detener y reducir la propagación del sida no es solo un Objetivo de Desarrollo del Milenio en sí mismo, sino también un prerrequisito para conseguir el resto de objetivos. La efectividad de la respuesta al sida ayudará a reducir la pobreza, mejorar la alimentación, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y contener la propagación de la tuberculosis.

El Dr. Peter Piot, director ejecutivo del ONUSIDA, subrayó la importancia de que los países se comprometan en la respuesta mundial al sida y sigan trabajando para que el acceso universal a la prevención y el tratamiento del VIH se convierta en una realidad. Añadió que para conseguir estos objetivos se debe realizar un gran esfuerzo a largo plazo, pero también reconoció que es importante ser optimistas. “Puede que el sida sea uno de los principales problemas de nuestra era, pero hoy sabemos que es un problema con solución", afirmó.

La Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA de 2001 y la Declaración política de 2006 han guiado las respuestas nacionales al sida. Ambas declaraciones han sido esenciales para fomentar la sensibilización sobre el VIH a nivel mundial y coordinar esfuerzos para ampliar el acceso a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH.

El jefe de la delegación rusa expresó el compromiso de su país con la respuesta al sida al afirmar que Rusia estaba preparada para "asumir el liderazgo frente al sida en la región, tanto para difundir información sobre la epidemia como para responsabilizarse de ampliar la asistencia técnica, económica y de organización”.

Por su parte, China elogió los "esfuerzos férreos " de Naciones Unidas para promover que se actúe de manera coordinada contra el sida en todo el mundo, y definió las medidas de prevención y tratamiento del VIH de su país como “cuestiones estrategias, vitales para la supervivencia de cualquier nación”.

Argentina, donde el derecho a la sanidad es un derecho constitucional desde 1994, subrayó la necesidad de seguir trabajando para eliminar las barreras jurídicas que dificultan la respuesta a la epidemia.

La sociedad civil también estuvo presente en la reunión. Representantes de grupos de todo el mundo participaron en diversos foros y compartieron experiencias de primera mano sobre el trabajo de las comunidades frente al sida. El martes 10 de junio se convocó una audiencia interactiva de la sociedad civil con Estados Miembro y observadores para debatir sobre los mitos y la realidad en el avance hacia el acceso universal.

Mark Heywook, representante del Consejo Internacional de Organizaciones de Servicios contra el SIDA, fue contundente al dirigirse a la audiencia por videoconferencia para expresar la importancia de los derechos humanos en la respuesta al sida. Afirmó que era “obligación de los gobiernos, y no una elección, y un deber de la sociedad civil, exigir que se cumplan las normas que se han aceptado sobre el papel."

La Reunión de alto nivel también contó con una serie de mesas redondas sobre temas esenciales en la respuesta al sida, como el acceso universal, el liderazgo en países con epidemias concentradas, la igualdad de género y la necesidad de ofrecer una respuesta a largo plazo.