Reportaje

Profesionales del sexo adquieren conocimientos empresariales en un nuevo proyecto de base comunitaria de la OIT

30 de mayo de 2012

Profesionales del sexo comparten sus ideas sobre nuevos negocios que les aportarán una mayor independencia económica.
Fotografía: OIT

Cuando a San, una profesional del sexo de Bangkok, le dieron la oportunidad de participar en un programa piloto de adquisición de conocimientos empresariales, no se lo pensó dos veces. Quería hacer realidad su idea de montar una panadería.

“Siempre me gustó la repostería y, por eso, me interesaba montar un negocio de repostería a tiempo parcial como complemento a mis ingresos como profesional del sexo”, afirma.

Sentada en la oficina del distrito rojo de Empower Foundation, un grupo activista que defiende a los profesionales del sexo, San charla con Au y Wii, quienes realizaron con éxito el curso de formación de Desarrollo Empresarial a Nivel de Comunidad (curso de formación C-BED) de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). Au está trabajando en un plan de negocio en colaboración con otra persona que realizó el curso de formación C-BED para montar un servicio de reparto a domicilio de ensaladas picantes tailandesas a los edificios de apartamentos a las afueras de Bangkok. Wii pretende abrir una pequeña tienda especializada en vestidos tradicionales.

El curso de formación C-BED es una nueva herramienta que fomenta la capacidad de los que ya son emprendedores o de los que aspiran a serlo a través de módulos de conocimientos empresariales de autoayuda que descansa sobre los principios de aprendizaje social basados en actividades y ejecutados por el participante.

Los profesionales del sexo se enfrentan a toda una serie de dificultades en su día a día: largas horas de trabajo, violencia asociada al trabajo y falta de acceso a prestaciones laborales y sanitarias. También presentan una mayor vulnerabilidad al VIH: cerca del 3% de los profesionales de sexo que trabajan en prostíbulos convivían con el VIH en 2009; un estudio de 2007 mostró que la prevalencia del VIH en este grupo era de un 20% en el caso de Bangkok y Chiang Rai.

Empower Foundation y otros grupos similares de Tailandia han hecho un llamamiento al Gobierno y a las agencias de desarrollo para que aborden el problema de la vulnerabilidad económica de los profesionales del sexo y creen vías adicionales para generar ingresos. El curso de formación C-BED intenta cubrir este hueco a través de una metodología innovadora y de bajo coste enfatizando el valor de reconocer y compartir el conocimiento de las comunidades.

La capacidad económica puede contribuir a los esfuerzos de los trabajadores sexuales para negociar condiciones de trabajo más seguras y mejores sin violencia ni acoso, con mejor acceso a los servicios sanitarios, entre los que están incluidos la prevención, el tratamiento y el cuidado del VIH

Richard Howard, especialista de la OIT para el VIH/sida en Asia Pacífico

“C-BED capacita a grupos vulnerables, incluyendo a profesionales del sexo y personas seropositivas, para mejorar su medio de vida —afirma Richard Howard, especialista de la OIT para el VIH/sida en Asia y el Pacífico—. La capacidad económica puede contribuir a los esfuerzos de los trabajadores sexuales para negociar condiciones de trabajo más seguras y mejores sin violencia ni acoso, con mejor acceso a los servicios sanitarios, entre los que están incluidos la prevención, el tratamiento y el cuidado del VIH”.

El primer curso C-BED tuvo lugar durante tres días en la oficina de Empower Foundation gracias a un equipo de la plantilla y de voluntarios implicados con la comunidad de los profesionales del sexo. Las 26 profesionales del sexo participantes, con edades comprendidas entre los 18 y los 72 años, tenían distintos nivel de formación, así que la teoría empresarial se explicó y mostró a través de distintas actividades, entre las que se incluyeron teatro, pintura y mesas de debate. Los temas claves para emprendedores incluyeron marketing, contabilidad, productividad, gestión de personal, control de costes y calidad: los participantes crearon planes de acción.

“Me gustó que todo el mundo tuviese la oportunidad de comentar su idea de negocio sin miedo: fue divertido y nada estresante, por lo que todo el mundo pudo aprender más”, comentó una de los participantes. “Creo que ahora puedo tener mi propio negocio”, añadió.

C-BED está diseñado para que participantes, sin formación pero que no sean analfabetos, procedentes de la comunidad faciliten las sesiones, de manera que puedan compartir sus mayores conocimientos. Como las personas a cargo del curso no necesitan formación ni materiales caros, el C-BED se puede poner en marcha con un coste mínimo en comunidades vulnerables y de difícil acceso que tradicionalmente no podrían acceder a ello por el aislamiento social y geográfico.

El coordinador del ONUSIDA en el país, Michael Hahn, elogia el proyecto. “Realmente se trata de un buen ejemplo de una actividad diseñada e implementada con la total participación de profesionales del sexo. Los conocimientos empresariales adquiridos les ayudarán a tener más opciones sobre qué hacer con sus vidas y su futuro”.

La OIT planea implantar el curso de formación C-BED en colaboración con organizaciones de profesionales del sexo en Tailandia, Camboya, Vietnam y Sri Lanka durante los dos próximos años, con el objetivo de llegar a más de 2.000  rofesionales del sexo para finales de 2013.

Después de realizar el curso de formación, San ha montado su propia panadería en Samut Sakhorn y espera que un día pueda tener empleados que le ayuden a ampliar su negocio. “El C-BED me dio la confianza para montarme por mi cuenta”, afirma.