Reportaje
Una encuesta de ONUSIDA desvela la creciente preocupación entre los países que podrían ver reducida la financiación procedente del fondo mundial
01 de diciembre de 2011
01 diciembre 201101 diciembre 2011ONUSIDA ha realizado una encuesta* en 15 países para evaluar el posible impacto de la reciente decisión del Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria de cancelar su próxima ronda de financiación (Ronda 11). Dicha encuesta examina el impacto de esta decisión en la capacidad de los países para ampliar los programas del VIH y la tuberculosis. Las delegaciones nacionales de ONUSIDA que participaron en el estudio han expresado su grave preocupación frente a una posible alteración del tratamiento del VIH y de los servicios de prevención. Las conclusiones de la investigación también apuntan a los desafíos a largo plazo sobre alcanzar los objetivos en materia de sida de 2015, adoptados por los líderes mundiales en la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre el sida en junio de este año.
La mitad de los encuestados declaró que la cancelación de la Ronda 11 y los recortes propuestos en la Fase 2 supondrían una "catástrofe" para las respuestas nacionales al sida.
Tim Martineau, director del Departamento de Eficacia del Programa y Apoyo Nacional de ONUSIDA, manifestó: "los países podrían tener que volver a programar los fondos existentes y a la vez identificar nuevas fuentes de financiación para mantener y ampliar los programas de prevención y de tratamiento del VIH. ONUSIDA está colaborando estrechamente con los países y aumentará aún más este esfuerzo para identificar las diferencias críticas y los pasos urgentes necesarios para preservar las respuestas nacionales al sida".
ONUSIDA está apoyando a los países a la hora de llevar a cabo estudios rentables que permitan volver a programar los fondos existentes. Asimismo, ONUSIDA ayudará a los países a identificar obstáculos y brechas de programación y de financiación entre 2012 y 2015 y posibles intervenciones que permitan ahorrar costes. Durante el próximo año, ONUSIDA también orientará a los países para que revisen sus actuales inversiones en materia de VIH.
"En Camboya se han puesto en marcha estudios exhaustivos y los colaboradores están coordinando sus esfuerzos para identificar dónde sería más conveniente invertir en eficiencia y usar enfoques innovadores que soporten el proyecto con menos costes" expresó Tony Lisle, coordinador del país.
En Zimbabwe, los resultados del reciente análisis de las diferencias mostraron que existen grandes problemas con las materias primas y el suministro. Este análisis también reveló que la necesidad anual de financiación asciende a 300 millones de dólares estadounidenses, por lo que un descenso en la financiación por parte del Fondo Mundial provocaría grandes contratiempos en la respuesta a la epidemia en Zimbabwe.
Muchos de los encuestados indicaron que mientras los recursos existentes a corto plazo sigan satisfaciendo las necesidades de las personas que ya están en tratamiento, el afán de incluir a más personas en los tratamientos que puedan salvar vidas disminuirá. Por ejemplo, Indonesia ha ampliado las pruebas del VIH y el asesoramiento, y ha doblado el número de personas en tratamiento durante los últimos tres años. Sin embargo, la respuesta al sida de este país depende en gran medida de la financiación proveniente del Fondo Mundial, por lo que una disminución en las inversiones reduciría la capacidad de Indonesia para continuar mejorando.
Cualquier retraso en la financiación, procedente del Fondo Mundial, podría suponer consecuencias a largo plazo en la respuesta mundial al sida. Los países podrían tener que volver a programar los fondos existentes y a la vez identificar nuevas fuentes de financiación para mantener y ampliar los programas de prevención y tratamiento del VIH. ONUSIDA está colaborando estrechamente con los países y aumentará aún más este esfuerzo para identificar las diferencias críticas y los pasos urgentes necesarios para preservar las respuestas nacionales al sida
Tim Martineau, director del Departamento de Eficacia del Programa y Apoyo Nacional de ONUSIDA
En Ucrania, el gobierno accedió a cofinanciar los programas de tratamiento del VIH conjuntamente con el apoyo del Fondo Mundial, lo que supone un paso significante hacia un mayor acceso. En colaboración con las ONG se puso en marcha un cambio en las políticas con el objetivo de ampliar los programas de reducción de daños. Dicho cambio se encuentra actualmente en peligro debido a que la financiación crucial para su existencia, procedente de Ronda 10, todavía no está disponible. En Ucrania, la epidemia del VIH se concentra fundamentalmente entre los usuarios de drogas inyectables. Se calcula que menos del 50% de los aproximadamente 230 000-369 000 usuarios de drogas inyectables viven con el VIH.
"Una financiación oportuna es crítica para Ucrania. Existe un afán político muy positivo y la comunidad internacional debe cumplir su parte de la promesa", expresó Ani Shakarishvili, coordinadora de ONUSIDA en el país, y añadió: "Si los recursos del Fondo Mundial no llegan a tiempo, los programas de reducción de daños estarán en riesgo".
El 75% de los países encuestados confiaba en una nueva inyección de fondos por parte del Fondo Mundial, ya fuera para continuar con sus servicios del VIH o para expandirlos. Muchos países han empezado la preparación de las propuestas de la Ronda 11. Los Mecanismos de Coordinación de País, el organismo responsable de supervisar el programa de ejecución del Fondo Mundial en los países, ya había definido previamente sus prioridades de inversión. En la mayoría de los casos se centró en las poblaciones con más riesgo de contraer el VIH, como los profesionales del sexo, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y los usuarios de drogas inyectables, y también en frenar los nuevos casos del VIH entre niños y la integración TB-VIH.
"Nos preocupa mucho la cancelación de la Ronda 11, ya que puede poner en riesgo el progreso que Sudáfrica ha conseguido en materia de prevención de nuevos casos de VIH, particularmente entre niños", expresó Catherine Sozi, coordinadora del país. Asimismo declaró: "Las reducciones de fondos para la tuberculosis también suponen una gran preocupación. Sin una nueva financiación para los servicios de TB, las muertes relacionadas con el sida podrían aumentar, ya que menos gente que vive con el VIH podría recibir tratamiento para la tuberculosis." En Sudáfrica, el 40% de las muertes relacionadas con el VIH se debe a la tuberculosis.
Además, el cambio en la financiación para 2012-13, que se limitaría a una continuación de los servicios esenciales de tratamiento, podría provocar una reducción de los fondos destinados a las organizaciones de las sociedades civiles, que a menudo no consiguen obtener recursos por parte de los gobiernos. El Sr. Martineau declaró: "las organizaciones de las sociedades civiles son los cimientos y los elementos constitutivos de la respuesta al sida. Es fundamental que tengan acceso a los recursos para que puedan continuar con su trabajo en materia de prevención y tratamiento del VIH."
En la reunión del Fondo Mundial de noviembre, la Junta decidió cancelar la Ronda 11. En respuesta a esta decisión, el Fondo ha fijado un nuevo mecanismo transitorio de financiación para asegurar la continuación de los servicios del VIH que puedan hacer frente a esta interrupción durante los dos próximos años. Está previsto que el Fondo Mundial publique más información en su página web a mediados de diciembre.
*Las siguientes quince delegaciones nacionales de ONUSIDA participaron en la encuesta: Camboya, Etiopía, Ghana, Indonesia, Malawi, Myanmar, Namibia, Nigeria, Rwanda, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Uganda, Ucrania y Zimbabwe. ONUSIDA aumentará a 70 el número de países participantes en la encuesta.