Reportaje

Escalada contra la violencia de género: una búsqueda de dignidad, igualdad y justicia

25 de abril de 2013

En la cumbre de la Montaña Brandberg, los escaladores se unieron a la iniciativa MYWORLD y votaron para «acabar con el sida y la violencia de género».
Fotografía: ONUSIDA

Para la mayoría, escalar una montaña es una señal de fuerza, valentía, éxito y quizá un sentido de libertad. Para los 25 hombres y mujeres que alcanzaron la cima de la Montaña Brandberg en Namibia del 18 al 21 de abril, su motivación era la solidaridad contra la violencia de género.

La escalada estuvo liderada por jóvenes, activistas de género, mujeres afectadas por la violencia de género, representantes de ONG, artistas, poetas y personalidades de la radio que completaron el ascenso para aumentar la conciencia pública sobre la violencia de género y abogar por un cambio de comportamiento en Namibia.

«Con el creciente número de casos de violencia de género en Namibia era importante reunir a los jóvenes para abordar posibles soluciones, todo ello combinado con un poco de diversión», afirmó la diseñadora de moda Hem Matsi, organizadora de la escalada.

Según un estudio de 2009 sobre Knowledge, Attitudes and Practices (KAP) (conocimiento, actitudes y prácticas) llevado a cabo por el Ministerio de Igualdad de Género y Bienestar de la Infancia en 2009, en Namibia el 40% de las mujeres han sufrido violencia física, en comparación con un 28% de sus homólogos masculinos. Las estadísticas de la delincuencia nacional de 2011 mostraron que la policía namibia registró 1085 casos de violación y 277 intentos del mismo crimen.

«La violencia de género es un problema nacional y cada uno de nosotros, dentro de la sociedad namibia, deberíamos participar en la lucha contra él», afirmó Rosalia Nghidinwa, Ministra de Igualdad de Género y Bienestar de la Infancia durante la clausura oficial de la expedición organizada por el Ministerio.

Frenar la violencia de género y garantizar la igualdad ayudará en gran medida a acabar con la epidemia de sida

Henk Van Renterghem, coordinador de ONUSIDA en Namibia

Se cree que las normas sociales tradicionales como el matrimonio infantil y la desigualdad de género en Namibia crean un clima propicio para diversas formas de violencia de género, incluida la violencia conyugal y la doméstica.

Además, parece existir una gran tolerancia dentro de la sociedad en lo que respecta a hombres que pegan a sus mujeres o compañeras. Lo que ocurre de puertas para adentro se percibe como un asunto familiar ajeno a vecinos, amigos o autoridades.

El Gobierno de Namibia ha puesto en marcha varias medidas legislativas, incluyendo la «Ley de 2003 para combatir la violencia doméstica» para abordar la violencia de género en el país. Sin embargo, la falta de una puesta en práctica efectiva de las leyes y políticas hacen que las mujeres y niñas no gocen de una protección total de sus derechos humanos básicos.

«En Namibia existe disparidad entre las medidas protectoras contempladas en la legislación y lo que ocurre en la realidad», afirmó Rachel Coomer, del Centro de Asistencia Legal. «La respuesta a la violencia de género no tiene suficientes recursos; ocurren demasiados fallos sistemáticos que dejan a las víctimas sin la protección que necesitan».

Se considera que la violencia de género es un factor principal en la epidemia de VIH porque reduce de forma significativa la capacidad de una mujer de protegerse de la infección. La infección por el VIH puede aumentar a su vez el riesgo de violencia y abuso, ya que a menudo se acusa las mujeres que viven con el VIH de llevar el virus a la familia, lo que puede conducir al abuso e incluso al asesinato.

«Frenar la violencia de género y garantizar la igualdad ayudará en gran medida a acabar con la epidemia de sida», afirmaba Henk Van Renterghem, coordinador de ONUSIDA en Namibia y participante en la escalada copatrocinada por ONUSIDA. «La voz y la energía de gente joven, artistas y medios de comunicación son fundamentales para marcar la diferencia en la vida de muchas mujeres y niñas».

En la cumbre de la Montaña Brandberg, los escaladores se unieron a la iniciativa MYWORLD y votaron para «acabar con el sida y la violencia de género». Al hacerlo, los escaladores dieron prioridad a estos problemas para dar forma a los próximos objetivos mundiales de desarrollo posteriores al 2015.

25 hombres y mujeres escalaron la Montaña Brandberg en Namibia del 18 al 21 de abril para abogar por la lucha contra la violencia de género.
Fotografía: ONUSIDA

Para muchos participantes, la escalada no solo fue una aventura épica sino también una experiencia que ha requerido sangre, sudor y lágrimas para escalar laderas escarpadas con temperaturas que superaban los 30ºC. «Es el reto físico y mental más difícil que he tenido que superar nunca. Lo que me animó a seguir era saber que muchas personas viven cada día con un sufrimiento mucho peor y con poca o ninguna esperanza de obtener una solución. Necesitamos esforzarnos más para combatir la violencia de género. Los hombres deberían respetar a las mujeres de su comunidad», afirmaba Taleni Matheus, un estudiante de 22 años.

El grupo de jóvenes namibios escogió no solo la montaña más alta sino también un lugar de gran valor simbólico para que se escucharan sus voces sobre la importancia de frenar la violencia de género. Brandberg no es solo la montaña más alta de Namibia, con 2606 metros de altura, sino también un lugar mítico de enorme importancia natural y cultural: un sitio espiritual de gran significado para las tribus de San (bosquimanos) con cientos de lugares de arte y pintura rupestre.