Reportaje

A pesar del espectacular descenso de los fallecimientos por tuberculosis, la enfermedad sigue siendo una importante causa de muerte en todo el mundo

30 de octubre de 2015

La tasa de muertes por tuberculosis en todo el mundo ha descendido a casi la mitad desde 1990, pero cada día siguen muriendo más de 4000 personas por esta enfermedad evitable, afirma el Informe mundial sobre tuberculosis 2015 (en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 28 de octubre.

La tuberculosis es, junto con el VIH, una importante causa de mortalidad, ya que 1,5 millones de personas murieron por esta enfermedad en 2014, de las que 400 000 eran seropositivas.

“El informe muestra que el control de la tuberculosis tiene una enorme repercusión en términos de vidas salvadas y pacientes curados. "Estos avances son esperanzadores, pero si el mundo desea poner fin a esta epidemia, debe ampliar los servicios y lo que es más importante, invertir en investigación".

Margaret Chan, directora general de las OMS

Se han conseguido éxitos notables en la respuesta a la tuberculosis y la eficacia de los diagnósticos y los tratamientos ha permitido salvar 43 millones de vidas en los últimos 15 años. El Objetivo de Desarrollo del Milenio de detener e invertir la incidencia de la tuberculosis para 2015 se logró tanto globalmente como en 16 de los 22 países en los que se produce el 80 % de los casos.

Según la directora general de la OMS, Margaret Chan: "El informe muestra que el control de la tuberculosis tiene una enorme repercusión en términos de vidas salvadas y pacientes curados". Sin embargo, añadió un matiz de precaución. "Estos avances son esperanzadores, pero si el mundo desea poner fin a esta epidemia, debe ampliar los servicios y lo que es más importante, invertir en investigación".

Además de este aumento de la inversión, se deben desarrollar nuevos métodos diagnósticos, vacunas y medicamentos y mejorar la financiación. El informe argumenta que la principal causa de las carencias en la detección y el tratamiento es la importante falta de financiación, que en 2015 ascendía a 1400 millones de dólares de los 8000 millones necesarios para implantar los programas contra la tuberculosis.

La financiación es además fundamental para financiar el ambicioso movimiento, que está previsto que comience en 2016, consistente en pasar de controlar la enfermedad a poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis. Los estados miembros de la OMS han adoptado la Estrategia para poner fin a la tuberculosis, que ofrece una hoja de ruta para que los países reduzcan la incidencia de la tuberculosis en un 80 % y las muertes en un 90 % para 2030, al tiempo que garantiza que las familias no se vean abrumadas por los gastos generados por la enfermedad.

“Poner fin a la epidemia de tuberculosis forma ahora parte del programa de Objetivos de Desarrollo Sostenible", declaró Eric Goosby, Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Tuberculosis. "Si queremos lograrlo, necesitaremos mucha más inversión, en un nivel adecuado para una amenaza mundial de este tipo. También debemos realizar progresos en la cobertura sanitaria universal y la reducción de la pobreza. Queremos que las comunidades más vulnerables del mundo sean las primeras, y no las últimas, en beneficiarse de nuestros esfuerzos".