Reportaje

Las innovaciones de Ecuador para la prevención del VIH en sus ciudades

07 de noviembre de 2018

En la Ciudad Vieja de Quito, un grupo de hombres está jugando a una versión diferente del Jenga rodeado por unos majestuosos edificios centenarios. Cada bloque de madera que extraen cuidadosamente de una torre corresponde a una lección sobre salud sexual. Prestan absoluta atención mientras el educador demuestra cómo se usa el preservativo femenino. Una mesa más allá, los jóvenes se encuentran reunidos para ver una demostración de preservativos masculinos. Puede que la gente pase por los puestos para medir su presión arterial o hacerse un análisis de azúcar en sangre, pero se queda por la interesante educación sobre las relaciones sexuales seguras.

Este compromiso práctico es el resultado de la colaboración entre los directores de Salud e Inclusión Social de la Municipalidad de Quito y algunas organizaciones de la sociedad civil, incluida la Corporación Kimirina. Dos años después de convertirse en la primera ciudad andina que firmó la Declaración de París para poner fin a la epidemia del sida en las ciudades, Quito ha aumentado notablemente las pruebas del VIH y los programas de prevención. A 400 kilómetros de distancia, la ciudad de Guayaquil le sigue de cerca mientras amplia la prevención del VIH y las pruebas comunitarias.

Durante el último año se ha puesto mucho énfasis en las pruebas comunitarias, lo que ha aportado resultados tangibles. La proporción de nuevas personas diagnosticadas que han sido remitidas a servicios sanitarios ha aumentado un cuarto en Quito y un tercio en Guayaquil.

“No hablas solo de la epidemia; también utilizas enfoques prácticos”, dijo el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, durante una visita a Ecuador el 30 de octubre. “Hay personas que ya están recibiendo educación y que disfrutan del acceso a servicios y a pruebas. Cualquier cosa que hagamos con el apoyo de la comunidad es sostenible”.

La importancia de la implicación de la comunidad es una característica clave del nuevo plan estratégico nacional por el VIH de Ecuador. Durante el lanzamiento simbólico del plan, el 30 de octubre, la ministra de Salud Pública de Ecuador, Verónica Espinosa, destacó que las misiones para acabar con el SIDA y construir una sociedad mejor son una sola.

“Estamos trabajando para garantizar una vida sin prejuicios y el derecho a la sanidad para todos sin discriminación”, dijo Espinosa.

Y el enfoque de los servicios para el VIH basado en los derechos humanos no termina con los ciudadanos de Ecuador. Ecuador ha mostrado un gran liderazgo en lo que respecta a la inmigración, incluyendo atención sanitaria garantizada para los refugiados y migrantes que viven con el VIH.

“Habéis abierto vuestros brazos y corazones a personas que vienen de otros lugares”, expresó Sidibé. “Al dar acceso a tratamiento a personas que podrían ser discriminadas están dejando el listón muy alto, no solo con ustedes mismos, sino con el resto del mundo”.