Reportaje

Miedo a lo desconocido

12 de agosto de 2019

Cuando su marido llegó a casa con una prueba del VIH positiva, Jokapeci Tuberi Cati decidió que ella también quería hacerse la prueba.

«El miedo a lo desconocido, al estigma asociado al VIH y al rechazo me rondaban la cabeza antes de hacerme la prueba», recuerda.

Después de realizarse la prueba en Lami, Fiji suspiró y se dijo a sí misma, «hecho y concluido».

Sin embargo, tenía el presentimiento constante de que la prueba iba a dar positivo y empezó a pensar en un mecanismo de afrontamiento. Continuó imaginándose en la misma situación una y otra vez con una única pregunta: ¿cómo vivirá a partir de ahora?

«De hecho, no sucedió gran cosa», dijo Cati. Ella cuenta cómo un médico con mucha experiencia la trató con sumo cuidado cuando la informó de que su estado serológico era positivo.

Regresó a casa y decidió que ella y su marido sobrellevarían el diagnóstico juntos como una pareja. Nadie tenía por qué enterarse.

Con el tiempo, la joven Cati aprendió a afrontar su nuevo estado y juró aceptar su nueva vida. Ahora quería ayudar a la gente a comprender el problema para que nadie pasara por esa misma situación.

Pero primero debía contar a los demás que vivía con el VIH.

«Cuando decidí revelarles a mi familia y a mis amigos que era VIH positiva, recibí un apoyo inconmensurable», señala. Al volver la vista 20 años atrás, todavía no puede olvidar el cariño con el que reaccionó su gente.

Eso le dio valor para volverse mucho más proactiva y compartir su historia con un gran número de personas de todo el mundo. Ahora es directora de programas en la Red de Fiji de personas que viven con el VIH. A pesar de haber perdido a su marido, Cati se siente muy agradecida por haber averiguado su estado, puesto que con la medicación no transmitió el VIH a sus hijos.

«Es mejor saber que no saber, los beneficios son inmensos», resalta.

Knowledge is power — Know your status, know your viral load