Reportaje

Un vínculo de intimidad, libre de VIH

06 de junio de 2019

«Pensaba que nunca podría volver a ser feliz», dijo Mei Zi, con VIH y madre de un enérgico niño. Ella llama a su hijo «Ángel de la calma», puesto que él no habla mucho. Mei Zi dice que el «Ángel de la calma» es un regalo de Dios.

Mei Zi conoció a su marido dos años después de saber que vivía con VIH. Después de la boda, ella se fue a vivir con su marido a Pekín (China), donde él trabajaba. Recuerda haber recibido como regado de su marido una chaqueta roja cuando se bajó del tren en Pekín. Todavía lo recuerda con emoción aunque haya pasado mucho tiempo. 

Poco después de casarse Mei Zi se quedó embarazada. Aunque el doctor le aconsejó que podía tomar medicamentos para asegurar que su bebé naciese libre de VIH, ella tomó la dolorosa decisión de terminar con su embarazo. Tanto ella como su marido vivían con el VIH, y ella, además, con hepatitis C.

Mei Zi descartó de su mente la idea de tener hijos, pero cinco años más tarde una prueba de embarazo dio positivo.

Mei Zi fue tratada como cualquier otra mujer embarazada en el hospital. Decidió tomar el tratamiento para que su bebé no llegase a infectarse del VIH y para tratar su hepatitis después del nacimiento del bebé.

Por causa de la hepatitis, Mei Zi tuvo un parto por cesárea en la semana 34 de su embarazo. Tenía miedo de la intervención quirúrgica, pero estaba ansiosa de ver a su bebé.

«Cuando se abrió la puerta del quirófano empecé a llorar», dijo Mei Zi. «Sentí como si fuese la puerta entre la vida y la muerte.» Cuando el doctor le presentó al recién nacido, ella no podía creer que fuese verdad –un niño sano, libre de VIH.

La Red de mujeres contra el SIDA en China (WNAC) está luchando para que cada vez más mujeres viviendo con VIH y hepatitis C sean conscientes de que pueden tener niños sanos y recibir ayuda para conseguirlo.

WNAC se fundó en 2009 con la ayuda de ONUSIDA y está formada por 27 organizaciones de comunidades de mujeres a lo largo de 12 provincias en China. Es una plataforma que reúne y defiende a mujeres viviendo con VIH y asegura que estas reciban la ayuda y el apoyo que necesitan para acceder a un cuidado sanitario adecuado y que puedan dar a luz a bebés libres del virus.

Mei Zi alcanzó su sueño de tener un bebé sano, pero no fue de casualidad. Esto fue posible gracias al apoyo que recibió de su profesional de la salud, del WNAC, de las organizaciones en red y de muchos otros grupos de comunidades.

El «Ángel de la calma» tiene ahora cuatro años y medio, y está lleno de energía y con ganas de descubrir el mundo.