Reportaje

Impulsando el éxito de la reducción de daños en Burundi

25 de junio de 2019

Esta historia fue publicada por primera vez por la OMS

Lograr servicios para la reducción de daños que pueden salvar la vida de personas que consumen drogas en Burundi fue el objetivo de un reciente viaje de aprendizaje a Kenia, apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un equipo formado por médicos y defensores de la salud burundeses se desplazaron al condado de Mombasa con el fin de aprender las buenas prácticas de uno de los pioneros en cuanto a la reducción de daños en el continente africano.

Guiados por una organización de Burundi sin ánimo de lucro, Jeunesse au Clair Medical (JCM), el equipo impulsará un paquete integral de intervenciones para la reducción de daños en el país. Como en muchos otros países de África, el consumo de drogas inyectables a menudo no se reconoce y, en consecuencia, no se implementa una respuesta de salud pública.

El consumo de drogas está ampliamente criminalizado y estigmatizado, y las complejidades que lo rodean no se comprenden. La OMS define la reducción de daños como una respuesta de salud pública basada en la evidencia que incluye la prestación de programas de intercambio de agujas y jeringas, terapias de sustitución de opiáceos y acceso a pruebas y tratamientos de VIH, tuberculosis (TB), y hepatitis vírica B y C.

El equipo burundés integrado por médicos, un consejero y un coordinador nacional de una red de personas que consumían drogas visitaron el Reach Out Center Trust en Mombasa, con el deseo de conocer mejor la experiencia keniana e informar para el desarrollo de un programa en Burundi. Observaron el funcionamiento de los programas relacionados con las terapias de sustitución de opiáceos y aprendieron acerca de la labor de promoción con personas influyentes de allí, lo que supone un claro ejemplo de aprendizaje Sur-Sur.

La respuesta de Kenia para minimizar los efectos adversos del consumo de drogas, aunque no está exenta de retos, ha cosechado grandes éxitos gracias a la promoción a nivel de la comunidad y a la incorporación de importantes personas influyentes, lo que ha facilitado la aceptación de la reducción de daños. Este enfoque multinivel incluye la colaboración entre el Gobierno y la sociedad civil, e implica tanto a quienes velan por el cumplimiento de la ley como a las redes de personas consumidoras de drogas.

En una visita al Cuerpo de inspectores de Mombasa encargado de las infracciones relacionadas con las drogas, el equipo aprendió de primera mano junto al Inspector jefe, la importancia del compromiso policial. Este también destacó el impacto negativo que el consumo de drogas ejerce en los jóvenes e insistió en la necesidad de obtener estrategias que funcionen. Actualmente Mombasa cuenta con 100 agentes de policía formados en reducción de daños, cuyo trabajo se centra en apoyar y no en castigar.

Además de contar con la labor policial, el involucrar a otras personas influyentes clave, como los líderes espirituales y del pueblo, responsables del Gobierno e incluso personas que consumían drogas, garantiza que los programas relacionados con la reducción de daños sean eficaces y sostenibles.

La promoción no fue el único punto de la agenda. El equipo de Burundi también vio en la práctica cómo funcionaban las clínicas kenianas y cómo se dispensaba la metadona; conversaron con otros compañeros educadores y responsables de proyección exterior, y se formaron en la recogida de datos para la monitorización de programas. Un aprendizaje importante si quieren recabar pruebas para conseguir el apoyo del Gobierno y de donantes.

Si bien Kenia nos lleva muchos años en su camino hacia la reducción de daños, con aportaciones locales, sus enseñanzas se pueden adaptar a otros contextos.

«La carga causada por las drogas requiere una intervención desde la base, y la educación ha de estar en manos de gente preparada para evitar la mala información», apuntó el doctor Egide, trabajador sanitario de la organización JCM.

Este grupo está llevando a la práctica sus aprendizajes y pronto incluirá a redes de personas consumidoras de drogas con el fin de entender mejor sus necesidades y proporcionar información de cara a las próximas iniciativas para la reducción de daños.