Reportaje

Una vida dedicada a la respuesta al sida

17 de mayo de 2019

Isaac Ahemesah lleva involucrado en la respuesta al sida casi 25 años, de los cuales, ha pasado los últimos 16 trabajando para ONUSIDA en diferentes puestos y en distintos lugares de África. Su cargo más reciente fue como asesor sobre la acción acelerada en la oficina nacional de ONUSIDA de Malaui.

El Sr. Ahemesah comenzó a interesarse en la respuesta al sida en 1995, cuando estudiaba Trabajo Social en la Universidad de Ghana. Como parte de sus estudios, tuvo que llevar a cabo un trabajo de campo en un hospital local en el que había un hospital de cuidados paliativos para los numerosos pacientes terminales a causa de enfermedades relacionadas con el sida.

“En aquel momento no había ningún tratamiento para el VIH. No había ningún recurso en absoluto para las personas que viven con el VIH”, explica; y continúa, “No sabía en que me estaba metiendo, lo único que sabía es que tenía que ayudar”.

Ese fue el inicio de su prolongada implicación en la respuesta al sida. Comenzó su carrera profesional en Catholic Relief Services trabajando como responsable del programa para el VIH y el sida y, en 2003, se incorporó a ONUSIDA en la oficina nacional de Ghana. Desde entonces, a desempeñado diversos cargos, como asesor de desarrollo institucional, asesor sobre derechos humanos, género y movilización comunitaria en Liberia y, en la actualidad, asesor sobre acción acelerada en Malaui.

El Sr. Ahemesah, que ha sobrevivido al atentado terrorista que se perpetró en 2011 en el complejo de las Naciones Unidas de Abuya, en Nigeria, y al brote de ébola que se produjo en Liberia en 2013, sigue conservando una pasión inquebrantable por que se lleve a cabo una respuesta al sida que se centre en las personas.

“Las personas que viven con el VIH necesitan que sus voces se escuchen para lograr dignidad y respeto. Todo el mundo debe tener acceso a servicios de prevención, tratamiento, asistencia y apoyo relativos al VIH que estén libres de estigma y discriminación. Tenemos que asegurarnos de que nadie quede excluido”, añade. “ONUSIDA me brinda la oportunidad de hacer que estos principios fundamentales se hagan realidad”.

Del tiempo que ha pasado en Malaui, uno de los logros del que se siente más orgulloso es la labor de concienciación que sus colegas y él han podido llevar a cabo junto con colaboradores como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y las organizaciones civiles. Juntos, han trabajado en la Ley de Gestión y Control del VIH y el Sida de 2018 del país, cuyo objetivo es la eliminación o modificación de todas aquellas disposiciones que criminalizan a las personas o discriminan a determinados colectivos. Esta colaboración garantizó que la legislación final respetara los estándares internacionales de derechos humanos y estuviera en consonancia con las leyes modelo desarrolladas por la Comunidad del África Meridional para el Desarrollo y la Comisión de Derecho.

La nueva ley ha facilitado que en Malaui se cree un entorno propicio para que los servicios para el VIH puedan suministrarse a todo el mundo, incluidas las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales y las trabajadoras sexuales, cuyo riesgo de infección por el VIH es más alto que el de la población general.

“Los cambios del entorno jurídico han permitido que ONUSIDA y sus colaboradores trabajen de forma más abierta y eficaz con las poblaciones clave, como los trabajadores sexuales y las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI)”, declara el Sr. Ahemesah. “Ahora hay seis organizaciones LGBTI comunitarias registradas oficialmente, lo que significa que pueden solicitar fondos, participar en las oportunidades de formación y administrarse como organizaciones plenamente funcionales”.

El Sr. Ahemesah celebra los progresos que está haciendo Malaui para alcanzar los objetivos relacionados con el sida, entre los que se incluyen los objetivos 90-90-90. En Malaui hay alrededor de un millón de personas que viven con el VIH, de las cuales, el 90% conoce su estado serológico. Se estima que el 71% de las personas que viven con el VIH está bajo tratamiento en la actualidad, y que el 61% presenta supresión de la carga vírica.

Los avances en la lucha contra el VIH han contribuido a que la esperanza de vida del país haya aumentado de 46 años en el 2000 a 64 en el 2018. Además, Malaui también ha sido el primer país de África en adoptar la estrategia Opción B+, que busca garantizar que las mujeres embarazadas que viven con el VIH dispongan de acceso inmediato y para toda la vida al tratamiento, de modo que se preserve su salud y sus hijos permanezcan libres de VIH.

Durante los 15 años que ha pasado trabajando en ONUSIDA, el Sr. Ahemesah ha desempeñado diferentes cargos y, aunque su dilatada experiencia le será muy útil ahora que se dispone a dejar Malaui a finales de este mismo año para comenzar en su nuevo puesto como director nacional de ONUSIDA en Sierra Leona, lo que de verdad marcará la diferencia, sus atributos más valiosos, será su entrega y compromiso con la mejora de la vida de las personas que viven con el VIH o afectadas por el virus.