Reportaje

Mantener el tratamiento disponible en Pakistán durante el COVID-19

15 de abril de 2020

Sentada junto a una ventana rota mientras cuenta sus pendientes, Ashee Malik (nombre ficticio), una mujer transgénero que vive en la provincia de Punyab, Pakistán, se da cuenta de que sus ingresos han caído en picado. Su única fuente de dinero es el baile, la limosna y entretener a sus clientes, pero desde que se impuso el confinamiento el 20 de marzo para parar el COVID-19, no ha podido salir de casa. Su ropa colorida está en el armario, al igual que su kit de maquillaje, que no se usa desde hace semanas. «Estamos preocupadas por nuestro bienestar, puesto que no tenemos suficientes recursos para mantenernos ni a nosotras mismas ni a nuestras familias», afirma.

La historia de Malik es parecida a la de la mayoría de las personas transgénero que viven en Pakistán, que se enfrentan al estigma, la discriminación y el aislamiento social. El acceso a los servicios de salud, la educación y el empleo es una de las muchas dificultades a las que se enfrentan las personas transgénero en el país, a pesar de la aprobación de la Ley de Protección de Derechos de las Personas Transgénero de 2018. El COVID-19 y el correspondiente confinamiento solo están complicando la situación. El 15 de abril, había más de 5900 casos confirmados de coronavirus en Pakistán y 107 muertes. 

Debido a la restricción del movimiento de personas, hay un verdadero riesgo de interrupción de los servicios esenciales para las personas que viven con el VIH, que afecta de manera desproporcionada a las personas transgénero en Pakistán.

La Asociación Khawaja Sira (KSS, por sus siglas en inglés), que trabaja con personas transgénero, ha intervenido para proporcionar apoyo trabajando con los más marginados y difundiendo información sobre cómo prevenir el VIH y el COVID-19.

«La comunidad transgénero es incluso más vulnerable debido a los prejuicios, el estigma y la discriminación que sufre. Necesitamos desarrollar un modelo de prevención para el COVID-19 teniendo presentes las dinámicas y los problemas de la comunidad en esta pandemia», declaró Mahnoor Aka Moon Ali, Directora de Programas del KSS.

Durante las conversaciones que el KSS tuvo con 150 personas transgénero, de las que aproximadamente el 30 % vive con el VIH, hubo algunos problemas que se plantearon en repetidas ocasiones. Entre ellos se encuentran la falta de ingresos y el reducido tamaño de las Dheras, hogares comunitarios para las personas transgénero en los que viven juntas cuatro o cinco personas, lo que imposibilita el distanciamiento físico. Debido a que la mayor parte de las personas transgénero contactadas son analfabetas, las campañas de salud pública sobre cómo prevenir la infección por el coronavirus no surten efecto. El miedo a la enfermedad aumenta, lo que afecta a la salud mental. El Gobierno de Pakistán ha anunciado que se facilitará ayuda alimenticia, pero las personas transgénero encuentran dificultades para acceder al programa, ya que dependen de la verificación basada en la tarjeta de identificación nacional, algo que la mayoría de las personas transgénero del país sencillamente no tienen.   

Durante el confinamiento, se están utilizando cada vez más las redes sociales y, junto con la sección de ONUSIDA de Pakistán, la KSS está difundiendo información sobre higiene, medidas preventivas y distanciamiento social en las redes sociales, además de involucrarse con la comunidad en lo relativo al COVID-19. La KSS, junto con las autoridades de los gobiernos provinciales, también está trabajando para asegurar que las personas que viven con el VIH puedan recibir en su casa repuestos multimensuales de terapia antirretrovírica.

«Como personas transgénero viviendo con el VIH sentimos que estamos en riesgo cuando visitamos los centros de terapia antirretrovírica administrados por el gobierno. Necesitamos que se nos administre terapia antirretrovírica», afirma Guddi Khan, una mujer transgénero que vive con el VIH.

Dado que el suministro ininterrumpido de terapia antirretrovírica es esencial para las personas que viven con el VIH, la Unidad de Gestión Común de Pakistán para el sida, la tuberculosis y la malaria, en colaboración con ONUSIDA y otros asociados, ha establecido plataformas virtuales y líneas telefónicas de ayuda para garantizar la continuidad de la coordinación. Se ha facilitado una reserva de emergencia de terapia antirretrovírica para los próximos dos meses a las personas que viven con el VIH. Además, se está poniendo a su disposición una reserva de estabilización por medio del Fondo Mundial para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo a fin de evitar interrupciones en caso de que se alteren las importaciones de medicamentos.  

«Estamos trabajando estrechamente con la Asociación de Personas que Viven con el VIH, los gobiernos federales y provinciales y la familia de ONUSIDA para vigilar la situación y ayudar rápidamente a eliminar los obstáculos que impiden el acceso a los servicios relacionados con el VIH que permiten salvar vidas en estos tiempos extremadamente difíciles de la crisis del COVID-19», afirma Elena Borromeo, Directora Nacional de ONUSIDA para Pakistán y Afganistán.

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