Reportaje

Mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas en Odesa

22 de abril de 2022

Odesa es un puerto principal del mar Negro, donde el uso de drogas es considerable.  En la década de los 90, Odesa vivió el brote de infección por el VIH en Ucrania. Pero hace poco ha desarrollado con éxito uno de los sistemas de reducción de daños más eficaces del mundo para las personas que consumen drogas. Este sistema se financia a través de los presupuestos estatales y locales, y se ha implementado conjuntamente con organizaciones no gubernamentales y de la comunidad.  Odesa fue una de las primeras ciudades de Europa oriental y Asia central que firmó la Declaración de París.  El año pasado, informó de la reducción de casos de VIH entre las personas que consumen drogas.

Natalia Kitsenko es la directora del departamento de salud pública de la Road to Home Foundation, una de las organizaciones más antiguas de Odesa, que proporciona servicios a las personas que consumen drogas.  ONUSIDA habló con ella sobre cómo su organización sigue intentado ayudar a las personas que lo necesitan, incluso durante esta guerra. 

Pregunta: ¿Han huido muchas personas de Odesa?

Respuesta: Sí, muchas, sobre todo mujeres y niños.  Los miembros de nuestra organización son una excepción. De 60 empleados, 4 se marcharon porque tenían hijos pequeños. El resto se quedaron y continuamos de forma activa nuestro trabajo habitual, además de proporcionar ayuda de emergencia a las mujeres con niños y personas mayores que huyen de otras ciudades, como Mykolaiv, Kherson, Mariupol y Kharkiv. Sobre todo proporcionamos transporte a la frontera con la República de Moldova y los ponemos en contacto con voluntarios que les ayudan a entrar en el país o en otros destinos, según sus necesidades.

También preparamos alimentos como tartaletas y empanadillas para las personas que lo necesitan.  Toda esta situación nos ha unido; he visto mucho apoyo mutuo a mi alrededor.

Pregunta: ¿Cuántas personas de su programa de reducción de daños se han marchado de la ciudad?

Respuesta: En Odesa y la región que la rodea llegamos a 20.000 personas al año.  Que sepamos, solo 7 clientes han huido al extranjero.  Algunos clientes se han unido a los grupos de defensa territorial locales. Otros participan en las estructuras de protección de los edificios, que supone recopilar bolsas de arena y transportarlas para proteger las calles y los monumentos. Otros residen con nosotros para obtener los servicios que necesitan. Hemos tenido un flujo de personas que consumen drogas de otras regiones de Ucrania donde las circunstancias son mucho peores.

Pregunta: ¿Qué servicios ofrece su organización a las personas que consumen drogas?

Respuesta: En primer lugar, el programa básico de reducción de daños que proporcionamos con el presupuesto estatal incluye consultas, prevención del VIH (jeringuillas, preservativos, toallitas, lubricantes, etc.); pruebas del VIH y métodos de detección de la tuberculosis. Entre los clientes que han utilizado estos servicios durante un largo período de tiempo, el nivel de detección es 0,02 %. Entre los clientes nuevos que se acaban de unir al programa, llega al 7 %.  Establecimos un modelo de captación de clientes con la coordinación de la Alianza por la Salud Pública utilizando la ayuda del Fondo Mundial y del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades.  Motivamos a las personas que consumen drogas a que traigan a sus amigos a nuestros centros de la comunidad para que se hagan pruebas.  Esto es importante porque los nuevos clientes, sobre todo los jóvenes, que han comenzado a consumir drogas hace poco, pueden ser un grupo difícil de alcanzar.  Muchos ocultan el consumo e intentan ser invisibles. Este sistema de captación nos permite atraerlos a nuestros servicios de reducción de daños y, en primer lugar, a las pruebas. Las donaciones, en particular del proyecto PEPFAR, ayudan en la gestión de nuevos casos, el apoyo para el diagnóstico y la recepción de tratamiento antirretrovírico, y la detección y el seguimiento de la tuberculosis.

Pregunta: ¿Ha conseguido financiación adicional?

Respuesta: Sí. Acabamos de recibir financiación adicional del Fondo de Emergencia de ONUSIDA para comprar medicamentos, ropa y productos de higiene para nuestros clientes.  Esta ayuda viene en el momento concreto y es esencial porque nuestros clientes no se pueden permitir muchos productos médicos como el Fluconazol (antibiótico) y estos ya no están disponibles en todas partes.

Pregunta: Natalia, ha trabajado en el campo del VIH durante más de 20 años, ¿ha cambiado la actitud pública ante las personas que viven con el VIH y los consumidores de drogas?

Respuesta: Hemos visto una gran reducción en los niveles de estigma y discriminación y ha mejorado la actitud general hacia nuestro clientes en las instalaciones médicas. Sin embargo, todavía sufrimos prejuicios. Muchas personas dicen que no quieren que nuestros puntos de intercambios de jeringuillas y centros de la comunidad estén cerca de sus casas y que no quieren ver a personas que consumen drogas cerca de ellos, pues temen que amenacen su comodidad, bienestar y seguridad.  Comprendemos estos miedos, e intentamos explicar a quienes se preocupan por qué estamos aquí, cómo funcionan estos puntos de intercambio de jeringuillas y centros de la comunidad. Organizamos salidas y sesiones para explicar la realidad a la que se enfrentan las personas que consumen drogas. Trabajamos continuamente para mostrar nuestra contribución y cómo ayudamos a contener las epidemias de VIH, tuberculosis y hepatitis.

Desde que comenzó la guerra, también damos refugio a las personas que viven cerca de nuestros centros. Como nuestros centros de intercambio de jeringuillas están normalmente en sótanos, cuando suenan las sirenas, los vecinos vienen hacia aquí; esto supone que para algunos es la primera vez que entran en contacto directo con personas que viven con el VIH o personas que consumen drogas.

Pregunta: ¿Cuáles son las cuestiones más urgentes ahora?

Respuesta: Actualmente, tenemos dificultades a la hora de proporcionar a nuestros clientes naloxona, que puede prevenir la sobredosis.  Aunque trabajamos constantemente con asesoramiento e informamos a las personas sobre las señales de sobredosis, con la guerra, estas han aumentado.  Y como la naloxona se fabrica en la ciudad de Kharkiv, fuertemente bombardeada, ya no nos queda. La necesitamos de cualquier forma, preferiblemente preparada, intranasal o inyectable, pues salvaría muchas vidas.  Y necesitamos mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas, además de proporcionarles ayuda humanitaria urgente.