Reportaje

Un grupo de mujeres kazajas que viven con el VIH cuentan sus historias desde el escenario: “Actuad con el corazón”

14 de febrero de 2022

El Teatro ARTiSHOCK de Almatý (Kazajstán) ha estrenado hace poco una obra sin precedentes: todas las actrices son mujeres que viven con el VIH, son ex-reclusas, o consumen drogas. Interpretaron el papel de mujeres que han sido víctimas de violencia, estigma o discriminación y que reflejan la historia de sus propias vidas.

La obra, que fue escrita por mujeres activistas, surgió gracias a una idea del Centro Revanche de Atención Integral (Revanche Center for Comprehensive Care), también conocido como la Fundación Revanche (Revanche Foundation), así como al apoyo de la oficina nacional de ONUSIDA en Kazajstán, y la Red de Mujeres que Viven con VIH de Eurasia (Eurasian Network of Women Living with HIV).

“La idea deuna obra de teatro social es un sueño hecho realidad”, afirmó Anna Kozlova, trabajadora social de la Fundación Revanche . “Queríamos hablar sobre la violencia. No siempre es física y sexual. Ser víctima de rechazo y de discriminación también es violencia, aunque sea psicológica.

Nadezhda Plyaskina, la directora de la obra, confiesa que no fue fácil trabajar con las aspirantes a actriz. “Me daba miedo. Estas mujeres tenían experiencias vitales muy intensas; ¿qué podía enseñarles? Además, había que enseñarles a actuar sin hacerles daño. Todas ellas son vulnerables. En cada ensayo descubría que eran personas reales, sorprendentes y maravillosas. Les dije: 'Actuad con el corazón'”.

Y eso es precisamente lo que hicieron: contaron sus historias sobre la vida en prisión, el abuso, el estigma, la soledad y la esperanza. La obra fue todo un éxito y llegó a los medios de comunicación kazajos.

La señora Kozlova empezó a consumir drogas cuando tenía 17 años, por lo que fue condenada a 17 años de prisión. “Todas las mujeres que salen de la cárcel ya son víctimas. Están rotas, son vulnerables, no saben cómo vivir o a dónde ir. Necesitan ayuda para ser fuertes.” Hace cuatro años acudió a la Fundación Revanche en busca de ayuda; allí encontró trabajo, una familia y una causa a la que dedicarse. “Sé por experiencia que el cambio es posible,” afirma.

Zulfiya Saparova vive con VIH desde hace 15 años; recibe terapia antirretroviral y trabaja como asesora para Equal to Equal Plus. Ha sido víctima de abuso y violencia y así lo cuenta desde el escenario. “La heroína que interpreto aparece en el escenario con una sartén en la mano. Esta historia está grabada a fuego en mi memoria: mi vecina siempre tenía los ojos morados. Su marido le propinaba palizas cuando estaba borracho. Una vez su hija vino a visitarla y entonces fue él quien apareció con un ojo morado. La hija pegó al marido con una sartén para proteger a su madre.

Natalya Kovaleva, trabajadora social para la Fundación Revanche, pasó ocho años en la cárcel. Su última condena fue a tres años y tratamiento obligatorio para la drogadicción. Hoy en día se dedica a la prevención del VIH entre jóvenes que consumen drogas. “Si no fuese por la Fundación Revanche, estaría o entre rejas o muerta,” afirma. “Aquí tengo una misión.”

La heroína a la que interpreta se enfrenta a la violencia física y psicológica, a palizas, a prohibiciones y al control. “No quiero dar pena, así que interpreté a una mujer fuerte e independiente que se niega a soportar el acoso. Esta es la historia de mi vida”, dice Kovaleva.

La Fundación Revanche ayuda a mujeres en situaciones complicadas, entre ellas mujeres que viven con VIH, que consumen drogas, niñas que viven en orfanatos y antiguas reclusas.

Elena Bilokon, directora de la Fundación Revanche, afirma que su trabajo está orientado a las mujeres más vulnerables y con el menor amparo social, ya que no hay programas estatales de apoyo para ellas. “Sí, el estado proporciona medicamentos a las personas que viven con VIH, pero no hay apoyo social o psicosocial. Tan solo este año, 285 mujeres que viven con VIH solicitaron nuestra ayuda”, añade.

“Hay una relación evidente entre la violencia contra la mujer y el VIH. Existen estudios que muestran que las mujeres que viven con el virus son más propensas a haber sido víctimas de violencia, y viceversa,” informa Gabriela Ionescu, Directora Nacional de ONUSIDA en Kazajstán. “Por eso, desde ONUSIDA se destaca la necesidad de tratar la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos, así como de dar a las mujeres más vulnerables apoyo que incluya ayuda social y psicológica.”

La siguiente representación tendrá lugar el 1 de marzo, el día de la Cero Discriminación. La intención de las activistas es llevar la obra algunos centros penitenciarios de Kazajstán.