Reportaje

Pensar y planificar rápido es fundamental para la red del VIH en Ucrania

08 de marzo de 2022

Cuando los bombardeos despertaron a Valeriia Rachynska en Kiev el 24 de febrero, el primer día del conflicto, se dio la vuelta y trató de seguir durmiendo. Como nativa de Lugansk, ya había vivido el conflicto de 2014.

“Creo que mi cerebro analizó el ruido y se dio cuenta de que estaba fuera de peligro”, dijo por videoconferencia desde un pequeño pueblo del oeste de Ucrania. “Pero cuando vi a mis hijas llorando y asustadas, supe que tenía que volver a trasladarme”.

La noche siguiente, ella y sus dos hijos permanecieron en un refugio antibombas y luego dejaron su casa en la capital con su hermano y su familia.

Como directora de Derechos Humanos, Género y Desarrollo Comunitario de 100% Life, la mayor red de personas que viven con el VIH en Ucrania, subrayó que, para seguir ayudándolas, necesitaba trasladarse a un lugar más seguro.

“Es como cuando estás en un avión y te falta oxígeno”, explicó Rachynska. “Primero te pones tú la máscara y luego se la pones a los demás”.

La clave para ella y para su organización fue poder tener acceso a Internet, un servicio de telefonía móvil estable, bancos abiertos y una relativa sensación de seguridad. Estos días se sentía como si estuviera manejando una centralita.

“Respondo a todas las llamadas e intento redirigirlas a las personas adecuadas”, dijo. “Ha sido un sin parar y, como hay tantos ataques y tanta imprevisibilidad, solo puedo avanzar paso a paso”.

Agradece al responsable de 100% Life, Dmytro Sherembey, por haber hecho una planificación previa.

«Mucha gente nos dijo: “Están locos por entrar en pánico”, pero en 100% Life trasladamos nuestros servidores informáticos, documentos y todo lo que se consideraba sensible al oeste de Ucrania e incluso a Polonia y a Alemania».

Algunos de sus colegas se quedaron en Kiev diciendo que aguantarían, pero 10 días después muchos de ellos también se fueron.

“Ahora nos centramos en evacuar y ubicar a las personas que viven con el VIH y sus familias, así como en los grupos marginados, contratando autobuses para ellos”, dijo Rachynska, enfundada en una sudadera azul con capucha. “A los que no viven en Kiev, les estamos enviando dinero a través de transferencias bancarias para que compren alimentos y otros artículos de primera necesidad”.

El país cuenta con suficientes reservas de medicamentos contra el VIH hasta el mes de abril, pero con la ayuda de los socios internacionales y la coordinación de ONUSIDA, 100% Life ha planificado urgentemente la entrega de más medicamentos que salvan vidas en Polonia. El gobierno polaco ha conseguido un almacén y ha aceptado ayudar con la logística, haciendo llegar la terapia antirretroviral a las personas que viven con el VIH en Ucrania.

Ucrania sufre la segunda mayor epidemia de sida de la región. Se calcula que 250 000 personas viven con el VIH en Ucrania, y más de la mitad en terapia antirretroviral, medicación que deben tomar las personas que viven con el VIH diariamente para mantenerse sanas.

“Nuestro mayor reto ahora mismo es salvar vidas, proporcionar seguridad y hacer que la gente siga el tratamiento”, dijo. La red 100% Life ya ha rediseñado aspectos clave de su programa con el objetivo de conseguir financiación del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria para satisfacer las necesidades inmediatas.

Tras incorporarse a 100% Life en 2011, la Sra. Rachynska ha sido testigo de los avances que ha realizado Ucrania para revertir la epidemia de sida. Está especialmente orgullosa del impacto positivo que han tenido en Ucrania los programas de reducción del daño, así como la terapia de sustitución de opiáceos y el intercambio de agujas y jeringuillas, para reducir las nuevas infecciones por el VIH. El VIH en el país sigue afectando de forma desproporcionada a las personas que se inyectan drogas y la actual ofensiva militar puede dificultar las opciones de terapia de sustitución. Dijo que 100% Life estaba trabajando activamente para evitarlo.

Su otra preocupación era proteger a las trabajadoras del sexo, a las lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales y a las personas que se inyectan drogas. Basándose en la violencia y el estigma que sufrieron estos grupos durante el conflicto en el este de Ucrania, teme que las poblaciones clave sean el blanco de la violencia.

“Nuestra próxima tarea será iniciar y supervisar las violaciones de los derechos humanos”, dijo. “Esto es muy importante para mí”.