ONUSIDA lidera el esfuerzo mundial por poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde que se declararon los primeros casos de VIH hace más de 35 años, 78 millones de personas han contraído el VIH y 35 millones han muerto por enfermedades relacionadas con el sida. Desde que se puso en marcha en 1996, ONUSIDA ha liderado e inspirado el liderazgo, la innovación y la colaboración a nivel mundial, nacional y local para conseguir acabar con el VIH definitivamente.
ONUSIDA resuelve problemas. Propicia que las personas que viven con el VIH, o afectadas por este, participen activamente de la toma de decisiones, y les da un papel fundamental en el diseño, puesta en marcha y seguimiento de la respuesta al sida. Traza las rutas a seguir por los países y las comunidades para avanzar de acuerdo a la iniciativa de Acción acelerada para poner fin al sida, y aboga firmemente por que se eliminen las barreras legales y políticas en la respuesta al sida.
ONUSIDA proporciona las orientaciones estratégicas, la difusión, la coordinación y el apoyo técnico necesarios para catalizar y conectar a los líderes de los gobiernos, del sector privado y de las comunidades y para la prestación de servicios del VIH que salvan vidas. Sin ONUSIDA no habría un plan estratégico para la respuesta al sida.
ONUSIDA produce información estratégica y análisis que ayudan a comprender mejor el estado de la epidemia de sida y los progresos logrados a nivel nacional, regional y mundial. Dispone de la colección de datos del VIH sobre epidemiología, cobertura de los programas y financiación más extensa del mundo, y publica la información sobre la epidemia de VIH más acreditada y actualizada, la cual resulta fundamental para una respuesta eficaz al sida. ONUSIDA consigue resultados gracias a los datos. No se ha presentado ni elaborado un solo informe, discurso o iniciativa política de importancia que no haya tenido en cuenta los datos recopilados y publicados por ONUSIDA.
ONUSIDA es todo un ejemplo para las reformas en las Naciones Unidas, y el único Programa Conjunto copatrocinado en todo el sistema de las Naciones Unidas. Se vale de la experiencia y el saber hacer de 11 copatrocinadores del sistema de las Naciones Unidas, y es la única entidad de las Naciones Unidas que cuenta con representantes de la sociedad civil en su organismo directivo.
ONUSIDA ha contribuido a posicionar, definir y ampliar la respuesta al VIH como ninguna otra organización ha hecho, fomentando el diálogo e integrando a las comunidades que habían sido excluidas de la toma de decisiones. Sin ONUSIDA, se habrían seguido ignorando los derechos humanos de las personas que viven con el VIH y la voz de la sociedad civil.
ONUSIDA ha transformado la política. ONUSIDA ha definido las políticas públicas sobre VIH a nivel mundial, regional y nacional. Valiéndose de las pruebas, la experiencia y la concienciación, ha movilizado la inversión necesaria en aras de conseguir políticas nacionales sólidas, ha puesto en marcha sistemas sanitarios y comunitarios, ha establecido los marcos legales y ha fomentado que la opinión pública apoyara la creación de sociedades saludables y resistentes.
La Secretaría de ONUSIDA, con oficinas en 70 países, cuenta con un 70% de su personal trabajando sobre el terreno y con un presupuesto para 2018 de 140 millones de dólares. El presupuesto del Programa Conjunto para 2018 es de US$ 242 millones.
ONUSIDA persigue los objetivos de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes asociadas al sida, y se guía por el principio de que no se excluya a nadie.
En 2016 los Estados miembros de Naciones Unidas se reunieron en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al sida. En lo que fue un acuerdo histórico, acordaron poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030 mediante el cumplimiento de una serie de compromisos de Acción acelerada.
ONUSIDA trabaja con los países para que se cumplan esos compromisos, recogidos en la Declaración Política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016. Alcanzar el objetivo común de poner fin al sida para 2030 requerirá del esfuerzo colectivo de los países, de las personas que viven con el VIH y de la sociedad civil, entre otros.
Tres Objetivos de Acción acelerada son especialmente importantes en cuanto a los compromisos de Acción acelerada:
- Reducción de las nuevas infecciones por el VIH a menos de 500 000 para 2020.
- Reducción de las muertes asociadas al sida a menos de 500 000 para 2020.
- Eliminación del estigma y la discriminación relacionados con el VIH para 2020.
Tratamiento para todos: 90-90-90
ONUSIDA trabaja para garantizar que, para 2020, 30 millones de personas tengan acceso al tratamiento. Para ello es necesario que se alcancen los objetivos 90–90–90, de modo que el 90 % de las personas que viven con el VIH conozca su estado serológico, que el 90 % de las personas que conocen su estado seropositivo reciba tratamiento antirretrovírico y que el 90 % de las personas en tratamiento presente supresión de la carga vírica.
Desde que ONUSIDA lanzara la iniciativa 90–90–90 en 2014, ha apoyado una serie de acciones para alcanzar los objetivos, como incrementar los servicios de pruebas del VIH por todo el mundo, hacer caer al mínimo el coste del tratamiento antirretrovírico para que los recursos limitados cundan tanto como sea posible y negociar para reducir en al máximo el precio de las pruebas de carga vírica. Cada vez más y más países se están uniendo a la Acción acelerada y más de la mitad de todas las personas que viven con el VIH (20,9 millones de personas) están bajo tratamiento.
A finales de 2016 el número de personas que vivían con el VIH ascendía a 36,7 millones, y los objetivos 90–90–90 se situaban en el 70% de las personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico, el 77% de las personas que conocían su estado seropositivo estaban bajo tratamiento, y el 82% de las personas bajo tratamiento habían mostrado supresión de la carga vírica.
Eliminación del sida en la infancia
ONUSIDA, trabajando junto con el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés) y otros colaboradores, de acuerdo a la iniciativa Start Free Stay Free AIDS Free, está logrando unos avances magníficos hacia el Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por el VIH en niños para el 2015 y mantener con vida a sus madres (Plan Mundial), que consiguió una reducción del 60% en las nuevas infecciones por el VIH entre niños en los 21 países prioritarios del Plan Mundial en tan solo seis años.
De acuerdo a los compromisos de la Declaración Política, 1,6 millones de niños deberían tener acceso al tratamiento del VIH para 2018 y, para 2020, las nuevas infecciones por el VIH entre los niños deberían haberse eliminado.
El apoyo de ONUSIDA a la iniciativa Start Free Stay Free AIDS Free se concentra en ayudar a que el mundo avance hacia este ambicioso objetivo de poner fin al sida entre los niños. Gracias a un enfoque de Acción superacelerada, los niños, los adolescentes y las jóvenes tendrán acceso a los servicios de prevención, tratamiento y asistencia del VIH, y el mundo estará un paso más cerca de conseguir una generación libre de sida.
Acceso garantizado a la prevención del VIH
ONUSIDA está ayudando a los países para que para 2020 se pueda garantizar el acceso para al menos el 90% de las personas, incluyendo las poblaciones clave, a las diversas opciones de prevención, incluyendo la profilaxis previa a la exposición, la circuncisión médica masculina voluntaria, la reducción del daño y los preservativos.
La campaña de ONUSIDA "Un cuarto para la prevención del VIH" aspira a que un 25% de los fondos para el sida se gasten en programas de prevención del VIH. Los estudios de ONUSIDA sobre los recursos necesarios muestran que la inversión de alrededor de un cuarto de todos los recursos necesarios en la respuesta al sida en servicios de prevención del VIH basta para ampliar los servicios y conseguir reducir drásticamente las nuevas infecciones por el VIH, que es uno de los objetivos que se recogieron en la Declaración Política. Pero "Un cuarto para la prevención del VIH" es más que un llamamiento para conseguir más recursos, es un llamamiento por la máxima eficacia, eficiencia y repercusión de cada cuarto que se invierta en la prevención del VIH.
La Coalición por la Prevención, una iniciativa conjunta con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, a lanzado una hoja de ruta para establecer la manera de prevenir y reducir las nuevas infecciones por el VIH en un 75% para 2020, un objetivo fundamental para conseguir poner fin al sida para 2030.
Defensores de los derechos de las niñas, las mujeres y las poblaciones clave
ONUSIDA ha trabajado para garantizar que no se excluya a nadie y ha defendido los derechos de las niñas, las mujeres y las poblaciones clave, entre las que se incluyen los gais, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, las personas que se inyectan drogas, los reclusos y otras personas encarceladas, y los emigrantes, para garantizar que puedan acceder a los servicios para el VIH que necesitan.
Poner fin al sida no será posible si no se eliminan las desigualdades de género y se pone fin a cualquier forma de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas, las personas que viven con el VIH y las poblaciones clave, lo que los países se han comprometido a lograr para 2020.
Trabajando con los colaboradores, los programas de ONUSIDA están fortaleciendo el empoderamiento de las mujeres y ayudado a los países a acabar con cualquier tipo de violencia en aras de conseguir este objetivo fundamental.
Protección social y puesta en marcha comunitaria
ONUSIDA ha implicado y empoderado a la sociedad civil y a las personas que viven con el VIH en la respuesta al sida. Ha sido promotor de un cambio fundamental: pasar de una respuesta al VIH centralizada y basada en los medicamentos, a una respuesta desarrollada y puesta en marcha por las comunidades, que tiene un mayor alcance y reduce los costes.
La Declaración Política de las Naciones Unidas para poner fin al sida reclama que el 75% de las personas que viven con el VIH, están en riesgo de contraerlo, o afectadas por él, puedan beneficiarse de una protección social sensible al VIH para el año 2020, y que para ese mismo año sean las comunidades las que presten al menos el 30% de los servicios.
ONUSIDA está trabajando para garantizar que se empodera a las comunidades para que se impliquen, hagan suyos y dirijan programas para el VIH, y además promueve la inclusión total de la sociedad civil. Dado que es un hecho reconocido que la protección social beneficia a la respuesta al sida a través de la ampliación del acceso a los servicios para el VIH a todas las personas, incluyendo las más marginadas y excluidas de la sociedad, ONUSIDA ayuda a los países a desarrollar y poner en marcha programas del VIH y de protección social basados en las pruebas.
Financiación de la respuesta al sida
ONUSIDA ha contribuido a que los recursos para la respuesta al sida se aprovechen mejor. Gracias a la concienciación, negociación y colaboración con el sector privado, los colaboradores técnicos y los países afectados, ONUSIDA ha ayudado a que el coste de los medicamentos que salvan vidas para las personas que viven con el VIH se reduzcan a una centésima parte. Ha ayudado a reducir los costes del diagnóstico y del seguimiento de la eficacia del tratamiento del VIH, a reducir el tiempo que tardan en estar disponibles y en ser asequibles los nuevos medicamentos desarrollados en los países de rentas altas y a reducir el número de pastillas al día de 15 a una.
En la Declaración Política, los países se comprometieron a aumentar las inversiones para el VIH para el 2020 en 26 000 millones de dólares, lo que incluye un cuarto para la prevención del VIH y un 6% para los facilitadores sociales. No obstante, en 2016, con tan solo 19 100 millones disponibles, las carencias ascendían a 7000 millones de dólares. Dado que la financiación sigue sin crecer, es necesario que el mundo haga más para cumplir con el compromiso de los 26 000 millones de dólares.
ONUSIDA apoya a los países para que determinen sus necesidades de financiación en relación al sida y para la movilización de los recursos tanto de fuentes nacionales como internacionales. ONUSIDA continuará poniendo el dinero al servicio de las personas y movilizando y defendiendo que se financie íntegramente la respuesta al sida, y que las inversiones lleguen a las personas que las necesitan.
Respeto de los derechos humanos
Desde sus inicios, ONUSIDA ha trabajado por proteger y promover los derechos humanos. Cuando se han negado o puesto en peligro los derechos relacionados con el VIH, ONUSIDA ha defendido a los más marginados y a los defensores de sus derechos humanos, y ha servido como altavoz para que se escucharan sus voces. Se ha valido del poder de las Naciones Unidas para que, promoviendo el liderazgo y la responsabilidad sólidos, se pueda poner fin a cualquier forma de violencia, discriminación y exclusión en el contexto del VIH. ONUSIDA ha luchado por que se eliminen las restricciones de viaje para las personas que viven con el VIH, y ha conseguido que el número de países con restricciones de viaje se redujera de 59 en 2008 a 35 en 2015.
Para maximizar las sinergias y las inversiones mundiales en la respuesta al sida, ONUSIDA trabaja junto con una serie de colaboradores. La larga colaboración entre ONUSIDA, PEPFAR y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial) contribuye a garantizar el éxito a la hora de salvar vidas, controlar la epidemia, mejorar la seguridad sanitaria y aumentar la participación compartida en la incidencia mundial.
Desde 2002, ONUSIDA ha apoyado a más de 100 países para que consiguieran, administraran y sacaran rendimiento a los más de 18 000 millones de dólares invertidos por el Fondo Mundial. ONUSIDA contribuye a mejorar el rendimiento de las inversiones del Fondo Global al prestar una especial atención a las poblaciones y a los lugares más afectados por la epidemia y al brindar el apoyo técnico necesario para ampliar los servicios para el VIH.
La sociedad civil, las personas que viven con el VIH y las organizaciones comunitarias son fundamentales en la respuesta al sida. Al ignorar las limitaciones e ir un paso más allá en cuanto a lo que una organización de Naciones Unidas puede hacer, y al hacer que las personas que viven con el VIH y las comunidades afectadas por el VIH jueguen un papel fundamental en la respuesta al sida, ONUSIDA ha cosechado resultados prometedores.