Reportaje

La experiencia sobre el sida del personal de ONUSIDA por todo el mundo

19 de marzo de 2018

La primera vez que Marie-Odile Emond llegó a Camboya no imaginaba que las políticas sobre el VIH de la Organización Internacional del Trabajo y de ONUSIDA sobre las que había oído hablar en su lugar de trabajo años atrás, pasarían a implementarse a nivel mundial.

“A pesar de que parecía algo sumamente abstracto, aquí lo vemos, poniéndose en práctica“, comentó haciendo referencia a la protección de la salud y de los derechos humanos de los trabajadores, en especial, de los trabajadores sexuales, que implementan el Ministerio del Trabajo, la comunidad y las Naciones Unidas. “Como Directora del país, facilito el diálogo y la formación para que todo esto sea posible, de este modo, ahora puede servir de ejemplo para otros países“, añadió la Sra. Emond.

Actualmente, se encarga de la dirección de la Oficina en Viet Nam, donde encuentra otros desafíos y oportunidades.

"Me ha parecido verdaderamente interesante el cambio entre la oficina mundial, regional y del país, porque desde cada perspectiva he encontrado algo que ha pasado a formar parte de nuestra estrategia", afirmó la Sra. Emond. "¡Ah! Además, antes de ONUSIDA, trabajé en Armenia, Burundi, Liberia y Rwanda", dijo entre risas tras enumerar los diferentes países en los que ha trabajado para ONUSIDA.

En su opinión, ha sido enriquecedor conocer a personas tan comprometidas de diversas categorías sociales y estrechar lazos con ellas. Según ella, esto es lo que ha marcado la diferencia en la respuesta al sida. "Me encargo de ser la coordinadora, pero también tengo un papel activo buscando que la gente crea en sí misma", afirmó la Sra Emond.

Vladanka Andreeva, Directora para Camboya, manifestó que cada uno de sus movimientos dentro de ONUSIDA supuso un gran cambio. Ella ha trabajado en las dos regiones adoptando diferentes papeles y le da el mérito de su crecimiento profesional a sus colegas y a las diferentes comunidades con las que ha interactuado.

“Había un nuevo desafío en cada puesto y había que afrontarlo para conseguir una adaptación rápida y poder establecer una relación con las partes interesadas y que estas hicieran una contribución“, declaró. ”Tienes que dejar tu huella mientras corres”. Entre sus labores, destaca su función como Asesora sobre el Tratamiento y Prevención en la oficina regional de ONUSIDA en Bangkok (Tailandia), justo antes de marcharse a Camboya. La Sra. Andreeva proporcionó asesoramiento técnico y asistencia para fortalecer los programas sobre el VIH en toda la región, lo que implicó que, entre los países, se facilitase información y se compartiesen las mejores prácticas sobre modelos de prestación innovadores para ampliar el acceso a servicios de información basados en pruebas.

“Mi familia y yo hemos explorado la herencia cultural de nuestros países de acogida, hemos degustado algunos de los pho, tom yum y amok más deliciosos y hemos hecho amigos por todo el mundo“, añadió, haciendo referencia a su traslado de la ex República Yugoslava de Macedonia hasta Camboya.

Agradeció a su esposo y a su hija por su fantástica compañía durante sus viajes, ya que cada cuatro o cinco años debía trasladarse y no es algo fácil. A lo largo de su trayectoria profesional, el personal que forma ONUSIDA se traslada normalmente desde un lugar de destino a otro recorriendo el mundo. 

Su verdadero orgullo es poder ver a su hija de diecisiete años, que tenía tan solo seis cuando comenzaron a vivir en el extranjero, convirtiéndose en una verdadera ciudadana del mundo llena de respeto por la diversidad.

Gang Sun hizo alusión a muchos de los argumentos de la Sra. Andreeva. "Al interactuar con tantos interesados pertenecientes al sector privado, al gobierno y a la sociedad civil, he aprendido a mostrar siempre mi respeto y a escuchar", declaró.

Para él, su trabajo comenzó en China, la India y Tailandia, seguido por su labor en Myanmar y Botswana, antes de comenzar, en 2017, su nuevo trabajo en la sede de ONUSIDA en Ginebra (Suiza). Mencionó que el hecho de adaptarse a diferentes culturas era lo que lo mantenía actuando con cuidado. "En general, en mi trayectoria profesional, he visto cada desafío como una oportunidad y he ganado confianza", comentó.

Lo que más le cautivaba era la diferencia en cuanto al trabajo que había entre los países con una prevalencia alta de VIH y aquellos donde la epidemia se había concentrado en las poblaciones clave. En su nueva labor en la sede, ahora saca provecho de la experiencia que ha ganado durante estos años y gracias a muchos de sus colegas de ONUSIDA y de la Organización Mundial de la Salud.

"A pesar de toda la experiencia que he ganado, todavía me queda mucho por hacer", afirmó.

Brigitte Quenum, Directora para Côte d'Ivoire, consiguió la oportunidad para participar después de más de cinco años en Ginebra. Recalcó que había aprendido mucho sobre el funcionamiento del Programa de Acción Conjunta de ONUSIDA, durante su labor como Oficial de Alianzas con los países de habla francesa en la Sede de ONUSIDA. Actualmente, esto la ayuda en su labor actual trabajando junto con los Copatrocinadores, socios financieros y la sociedad civil.

Antes de trabajar en Ginebra, había trabajado en la oficina regional de ONUSIDA para África Occidental y Central, situada en Dakar (Senegal). "He completado el círculo y ha sido muy gratificante porque me ha permitido ver cómo funciona por completo la organización", explicó la Sra. Quenum. “Al estar sobre el terreno, la perspectiva sobre el trabajo adquiere un sentido de urgencia y creo que esto sucede por el contacto diario con todas las comunidades a las que atendemos“, confesó al reflexionar sobre su reciente cambio de vida y obviando lo que le ha supuesto tener que acostumbrarse al bochornoso clima costero y a la enorme dimensión de Abiyán (Côte d’Ivoire) —que considera que tiene tanta gente como Suiza—.