Reportaje

Las organizaciones lideradas por los grupos de población clave son las encargadas de suministrar los servicios sanitarios en Bangkok

27 de enero de 2020

Boy Somjai y Jam Chainukul (nombres ficticios) forman una pareja joven del mismo sexo procedente de Bangkok, Tailandia. Al principio de su relación, decidieron someterse ambos por primera vez a las pruebas del VIH. Tras buscar información por Internet, sus amigos les sugirieron que consultaran en la Rainbow Sky Association of Thailand (RSAT, por sus siglas en inglés), una clínica para el VIH basada en la comunidad y situada a las afueras de una transitadísima calle de Bangkok.

RSAT, con cuatro clínicas y diez centros sociales en distintas ciudades tailandesas, ofrece un servicio ininterrumpido a los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y a las personas transgénero, al permitirles acceder siempre a los servicios de prevención del VIH y participar en sesiones informativas relacionadas con el VIH, siempre con un horario flexible y que se adecua a los estilos de vida de muchas de las personas de los grupos de población clave.

Danai Linjongrat, director ejecutivo de RSAT, defiende que «el acceso a los servicios para el VIH dirigidos a los grupos de población clave está entre los mayores desafíos a los que se enfrenta la respuesta al VIH en el país. Es extremadamente importante que los grupos de población clave puedan acceder a los servicios de prevención y tratamiento del VIH sin sentir miedo por la discriminación».

El Sr. Boy y el Sr Jam, quienes cada tres meses vuelven a RSAT para realizarse sus controles rutinarios, afirman: «La primera vez que visitamos la clínica estábamos extremadamente nerviosos, ya que buscábamos un lugar que respetara nuestra privacidad y mantuviera la confidencialidad. Sin embargo, aquí encontramos más que una clínica; descubrimos un lugar en el que confiar, una familia. El personal sanitario nos hizo sentirnos cómodos para compartir nuestra historia; no nos juzgaron y comprendieron nuestras necesidades con una mentalidad abierta».

El éxito de RSAT se debe en gran parte a que sus trabajadores sanitarios pertenecen a los grupos de población a los que atienden. RSAT ha adoptado el modelo del país de servicios sanitarios dirigidos por los grupos de población clave, en el cual las personas de los grupos de población clave se identifican y satisfacen las necesidades respecto al VIH y otras enfermedades que presentan sus iguales. «Comprendemos las necesidades de nuestros clientes, lo que quieren, dónde viven y cómo se sienten, porque nuestro personal es, al mismo tiempo, una parte activa de esas comunidades», apunta el Sr. Linjongrat.

Los trabajadores sanitarios de la comunidad proporcionan servicios basados en las necesidades y centrados en los clientes, incluyéndose aquí la profilaxis preexposición, las consultas legales, la reducción del daño, las pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual, el asesoramiento y los controles hormonales de las personas transgénero. En función del resultado de la prueba del VIH, se les ofrece remitirlos a un especialista para iniciar la terapia antirretrovírica o se plantea la opción de la profilaxis previa a la exposición, todo ello siempre en un entorno que apoya y nunca juzga.

RSAT es una de las siete organizaciones tailandesas lideradas por la comunidad que proporcionan servicios de profilaxis preexposición gratuitos a través del programa Princess PrEP Project. En la actualidad 1200 personas tienen acceso a este tratamiento profiláctico previo a la exposición gracias a las clínicas de RSAT y sus centros sociales. El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa, con el apoyo del Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida, mediante el proyecto LINKAGES Thailand, pone en marcha un desarrollo de capacidades continuo para garantizar que los trabajadores sanitarios de la comunidad puedan prestar servicios para el VIH de acuerdo con los estándares nacionales.

RSAT utiliza distintas formas para generar demanda, promover sus programas y llevar a cabo su labor de difusión. Según Phubet Panpet, director adjunto de RSAT, «en función de nuestro público objetivo, acudimos a sitios diferentes, como las saunas, los complejos de entretenimiento, los colegios y las universidades, con el fin de concienciar sobre la prevención del VIH y de animar a las personas a realizarse las pruebas».

Kunpawee Isalam, miembro del equipo de difusión de Bangkok, es una persona transgénero que comprende bien el estigma y la discriminación a los que se enfrenta la comunidad transgénero. «Planificamos actividades de divulgación y concienciación que sabemos que van a interesar a las personas transgénero, con el objetivo de aumentar así su autoconfianza. A muchas personas les resulta muy difícil sentir el apoyo y tienen miedo de la discriminación. RSAT proporciona un espacio seguro y distintas opciones para la prevención del VIH», explica.

RSAT utiliza las redes sociales para llegar a los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Sus trabajadores se registran como usuarios y crean perfiles en aplicaciones de citas para compartir información relacionada con el VIH. «Al principio de la conversación, la persona encargada de la divulgación habla sobre la clínica y lleva a las demás personas a participar en una conversación relacionada con la prevención del VIH», detalla Mongkol Jaidee, oficial de campo. «Yo escojo el sitio, veo quién está conectado y les envío mensajes privados para presentarles los servicios que proporciona la clínica. Normalmente recibo una respuesta positiva, y lo habitual es que luego la gente vuelva a mí con preguntas y que nos visite pasados unos días».

El Sr. Linjongrat concluyó: «Nos distinguimos de otros servicios porque cuidamos de la gente preocupándonos por lo que necesitan y explorando todo lo que podemos hacer por ellos. Los servicios liderados por la comunidad constituyen una estrategia demostrada y son un rasgo fundamental de la respuesta al VIH en Tailandia».