Reportaje
Prevenir el VIH y cuidar el medio ambiente
01 de julio de 2008
01 julio 200801 julio 2008El uso de preservativos en Brasil no sólo está sirviendo para evitar que el VIH se propague, sino también para preservar la selva gracias a una fábrica de preservativos abierta en abril en la región del Amazonas. Esta fábrica única utiliza el látex natural recogido por caucheros locales y proveerá al gobierno brasileño de 100 millones de preservativos al año.
La compañía que dirige la fábrica, Natex, es una empresa conjunta del estado local de Acre, el ministerio de Medio Ambiente y el ministerio de Salud. Representa la nueva misión de Acre para el Amazonas, “Florestania”, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de sus habitantes y preservar a la vez la selva tropical, aumentando el valor de los productos extraídos de ella.
La fábrica está situada en la localidad de Xapuri, famosa por ser el lugar donde fue asesinado hace 20 años el ecologista y cauchero Chico Mendes, y constituye un legado directo de su trabajo. Ante la amenaza de que los ganaderos, que estaban talando el bosque, destruyeran su medio de vida, el mayor logro de Mendes fue forjar una alianza entre los intereses de los caucheros y los ecologistas. Mendes consideraba a los caucheros los guardianes naturales de la selva.
La fábrica da trabajo a unas 100 personas y el suministro de látex, a unos 700 caucheros. Además del pago del látex, los caucheros también reciben una cuota por “servicios medioambientales", en reconocimiento a la importancia de salvaguardar la selva tropical. Las condiciones de vida de los caucheros han mejorado considerablemente. Este es el caso, por ejemplo, del primo de Chico Mendes, Sebastiao Teixeira Mendes: los ingresos que le reporta el látex son mayores de lo que serían en cualquier otro lugar. Considera a los caucheros “soldados de la selva, que vigilan y controlan el bosque”.
En la inauguración de Natex, la entonces ministra de Medio Ambiente Marina Silva, hija de un cauchero, no dudaba de la trascendencia de la fábrica: “Es un proyecto en el que la alta tecnología ayudará a preservar el corazón de la selva". “La selva seguirá siendo selva y los caucheros, caucheros, mediante una nueva forma de trabajo y de producción".
Además de los aspectos sociales y medioambientales de la fábrica, el otro impulsor del proyecto ha sido la necesidad del gobierno de ampliar el suministro de preservativos de calidad. Su distribución gratuita, junto con una campaña para promover su uso, ha sido la base de la estrategia de prevención de los gobiernos brasileños.
Desde 1994, se han distribuido gratuitamente 1.500 millones de preservativos, y se espera que solo este año se distribuyan 557 millones, lo que supondría llegar a un 52% de la población. Un estudio nacional muestra que las actitudes de las personas han cambiado: el porcentaje de los que utilizaron preservativos en su primera relación sexual ascendió de un 10% en 1986 a un 47,8% en 1998 y un 65,8% en 2005. Otro estudio realizado en 2004 mostró que el 96% de la población adulta consideraba el uso del preservativo como el mejor método para prevenir la transmisión del VIH.
En 2007, el gobierno de Brasil importó mil millones de preservativos, y para finales de este año plantea adquirir 1.200 millones más. Se espera asimismo que la fábrica amplíe su producción anual de preservativos de 100 a 200 millones y que también produzca preservativos femeninos, lo que ayudará a reducir considerablemente la dependencia del gobierno de la importación de preservativos.
Aunque el precio de los preservativos producidos localmente será ligeramente superior al de los importados de Asia, es un coste que, según la directora del Programa Nacional de Sida, Mariangela Simao, merece la pena pagar ya que "refleja los beneficios sociales de aumentar los ingresos de la población autóctona y una forma sostenible de gestionar los árboles de caucho".
El director del ONUSIDA en el país, Pedro Chequer, que previamente ostentó el cargo de director nacional de sida y participó como tal en las fases de planificación de la fábrica, cree que ésta "representa el compromiso político del gobierno de mantener el VIH como prioridad en la agenda nacional". Asimismo, señala que la producción de preservativos en el mundo es insuficiente. “En lo que respecta a los preservativos masculinos, el déficit anual se sitúa en torno a los 20.000 millones si consideramos que la mitad de la población masculina utiliza el preservativo una vez a la semana. Es evidente que la producción inicial de 100 millones de preservativos no tendrá un impacto significativo a nivel mundial, pero ayudará a que el país tenga garantizado al acceso a los preservativos".
Considera asimismo que es un modelo que Brasil puede exportar mediante empresas conjuntas a otros países latinoamericanos.
It is a model that he believes Brazil could export through joint ventures with other Latin American Countries.
Sebastiao Mendes y la comunidad local tienen un nombre para Natex que resume su visión de la fábrica, "La fábrica del amor". Es fácil entender por qué la fábrica despierta tanto entusiasmo: está ayudando a luchar contra el sida, pero también a mejorar las condiciones de vida de la población local y a preservar a su vez la selva tropical.