Reportaje

Foco en: los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y el VIH

16 de febrero de 2009

Este artículo fue publicado por primera vez en el programa oficial de la 23a edición de los Premios TEDDY

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23 Premio TEDDY, 59° Festival Internacional de Cine Berlinale

El cine permite adentrarse de forma inestimable en la vida de diferentes culturas, grupos y personas. Es un medio con una larga trayectoria tratando temas o cuestiones controvertidas. Para los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH), el cine ha sido una poderosa plataforma para hacer hincapié en los desafíos a los que se enfrentan en la sociedad.

Desde el estreno en 1969 de Cowboy de medianoche a las películas de Rosa von Praunheim, la aceptación social del reconocimiento público de las relaciones sexuales entre hombres ha mejorado. Más recientemente, grandes producciones de Hollywood como Brokeback Mountain (2006) han hecho que amplios sectores de la sociedad prestaran más atención y aceptaran mejor el tema. Sin duda, el sida —y su repercusión en la comunidad— ha sido unos de los argumentos más impactantes utilizados en las últimas dos décadas, especialmente porque la comunidad de HSH continúa siendo uno de los grupos más castigados por la epidemia. La famosa película Filadelfia (1993) se utilizó mucho para producir un cambio de actitud hacia el sida y los HSH, así como para suscitar una mayor compasión.

Casi tres décadas después de que se identificara por primera vez el virus que causa el sida, se han hecho grandes progresos a escala mundial para prevenir nuevas infecciones por el VIH y suministrar terapia antirretrovírica a quienes la necesitan. Pero los HSH siguen cargando con una parte considerable del peso de la infección por el VIH y en muchos países del mundo se produce un número creciente de nuevas infecciones.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) trabaja en estrecha colaboración con las comunidades y organizaciones de HSH y promueve su liderazgo y participación en la respuesta mundial al sida. Actúa también creando puentes que vinculan a los HSH y sus organizaciones con los gobiernos y otros asociados de la sociedad civil e internacionales. El papel de ONUSIDA es también asegurar el compromiso con la protección de los derechos humanos de los HSH y apoyar a los países a poner en marcha estrategias y programas encaminados a lograr el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

Obstáculos para responder a las necesidades de los HSH en materia de salud sexual

En muchos países, un obstáculo significativo para tratar de llegar a los HSH es la penalización: son pocos lo que se dan a conocer por miedo al estigma, la discriminación o las repercusiones jurídicas, cosa que a su vez dificulta las iniciativas para llegar a ellos y a sus parejas con servicios relacionados con el VIH, como la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo. Dentro de las distintas comunidades relacionadas con los HSH hay grupos aún más estigmatizados, como los profesionales del sexo, los hombres que viven con el VIH o las personas transexuales, y sus necesidades específicas requieren atención.

Un informe reciente sobre el VIH y los HSH llevado a cabo en varios países de Europa oriental, las repúblicas caucásicas y Asia central puso de manifiesto que aunque la mayor parte de los primeros casos de VIH en la región fueron diagnosticados entre HSH, este colectivo sigue siendo el menos comprendido de los grupos de mayor riesgo. Las razones de este desconocimiento, entre otras, son la reticencia de esos hombres a ser identificados como tales (incluso en un contexto médico) y al hecho de que en algunos países las relaciones homosexuales son motivo de acciones penales e, incluso aunque no haya sanciones penales, de estigmatización y violencia física.

En una encuesta efectuada entre HSH en Georgia en 2005, la cuarta parte de los entrevistados (25,7%) informó de que se había enfrentado a la exclusión social, la discriminación e incluso la violencia por parte de desconocidos, vecinos, familiares y amigos debido a su orientación sexual. La encuesta también puso de manifiesto que el 10% del total de entrevistados había sufrido violencia física, y se comunicaron casos de palizas y dos casos de violación, mientras que otros denunciaron el rechazo social y despidos injustos del trabajo.

El impacto de la violencia contra los HSH ha impulsado a actuar en América Latina, donde el Brasil y México encabezan el número de incidentes denunciados. Aunque esto tal vez se deba a que en estos países los grupos de derechos humanos vigilan la situación más de cerca que en el resto del continente.

ONUSIDA anima a los gobiernos a “conocer su epidemia” y cómo afecta a los HSH. Los gobiernos, haciendo uso de esta información, no sólo deben invertir recursos para apoyar la prevención, tratamiento atención y apoyo relacionados con el VIH para los HSH, sino también abordar la discriminación, la violencia y otros obstáculos que se interponen en el camino de acceso a los servicios.

La epidemia entre los HSH

En un período de sólo 28 años desde que en los Estados Unidos se identificó a los cinco primeros varones gay con un patrón atípico de enfermedades al que más tarde se dio el nombre de sida, la epidemia se ha cobrado hasta ahora más de 25 millones de vidas en todo el mundo.

Las relaciones sexuales entre hombres están presentes en todas las culturas y sociedades —aunque su alcance y reconocimiento público varían de un lugar a otro—, y se calcula que representan entre el 5 y el 10% de las infecciones mundiales por el VIH. Es el modo de transmisión preponderante del virus en muchos países de ingresos altos, y este grupo de población continúa siendo el de mayor riesgo de contraer el VIH en Europa occidental. Sin embargo, en los países que informan sobre el acceso de los grupos de población clave a los servicios relacionados con el VIH, sólo alrededor del 40% de los HSH tiene acceso a los servicios de prevención y atención del VIH que necesitan.

Tendencias regionales

Las relaciones sexuales entre hombres son el modo de transmisión del VIH más destacado de casi todos los países de América Latina, los Estados Unidos, el Canadá y algunos países de Europa occidental.

Tanto en el Canadá como en los Estados Unidos, las relaciones sexuales no protegidas entre hombres representaron el 40% de los nuevos diagnósticos de VIH en el Canadá en 2006 y el 53% en los Estados Unidos en 2005. El número de diagnósticos de VIH nuevos atribuidos a las relaciones sexuales sin protección entre hombres también se ha incrementado marcadamente en los últimos años en Europa occidental. En Alemania, por ejemplo, el número de nuevos diagnósticos de VIH entre HSH aumentó un 96% entre 2002 y 2006.

Los informes oficiales sobre la situación de la epidemia en Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, donde se reconoce que las relaciones sexuales entre hombres son la causa principal de nuevas infecciones por el VIH, subrayan la urgencia de la situación en América Latina.

En Asia, las relaciones sexuales no protegidas entre hombres suponen un factor significativo, pero poco estudiado, en las epidemias de VIH de la región. En Bangkok, la prevalencia del virus entre HSH pasó del 17% en 2003 al 28% en 2005. Los profesionales del sexo masculinos se enfrentan además a un riesgo de infección especialmente alto.

En África, varios estudios recientes indican que es necesaria una mayor atención para comprender mejor el papel de la transmisión del VIH en esta población y que la proporción de la epidemia atribuible a las relaciones sexuales entre hombres quizá sea mayor que la que se creía hasta ahora, aunque subsiste una gran falta de información.

Mirar hacia el futuro

La experiencia ha demostrado que las respuestas eficaces al VIH son aquellas que se basan en el respeto de los derechos humanos y en un acceso libre de trabas a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH. ONUSIDA respalda las iniciativas encaminadas a enmendar las leyes que prohíben los actos sexuales consentidos entre adultos en privado, hacer cumplir la legislación antidiscriminatoria, ofrecer servicios de asistencia jurídica y promover campañas contra la homofobia. Estas medidas de protección, junto con el acceso universal de los HSH a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH, contribuirán enormemente a cambiar el curso de la epidemia en muchas partes del mundo.

Es preciso abordar la legislación, las prácticas para hacer cumplir las leyes, el estigma y la discriminación como parte de las respuestas nacionales al sida, porque la vulnerabilidad a la infección por el VIH aumenta allí donde los hombres son excluidos, o se excluyen a sí mismos por miedo, de los programas y servicios de salud sexual. Las comunidades gay, lesbiana, bisexual y transexual deben —y tienen derecho a— estar capacitadas para participar en igualdad de condiciones en la vida social y política de sus comunidades y países. Estas comunidades, que en los primeros tiempos fueron la vanguardia de la respuesta al sida, hoy día son asociados clave en el movimiento a favor del acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

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