Reportaje
Mejorar los diagnósticos del VIH para evitar que madres e hijos fallezcan al recibir la vacuna de la tuberculosis
03 de julio de 2009
03 julio 200903 julio 2009Bacille Calmette-Guérin, o BCJ, es una de las vacunas que más se suministra en el mundo y es segura en personas que tienen un sistema inmunitario saludable. Sin embargo, la OMS ha publicado recientemente un estudio que demuestra que esta vacuna para la tuberculosis pone en riesgo las vidas de los bebés seropositivos.
Dada la gravedad de los riesgos, la OMS recomienda no vacunar a estos bebés y retrasar la vacunación de aquellos de los que se desconoce su estado seropositivo pero que muestran síntomas de estar infectados por el VIH.
Esta recomendación se realizó en 2007, y plantea muchos retos a los sistemas sanitarios que tienen deficiencias de todo el mundo.
Este documento da información adecuada sobre el riesgo de la infección por BCG generalizada en los niños infectados por el VIH y refuerza sólidamente la necesidad de encontrar mejores vías para prevenir la tuberculosis en niños (que corren un riesgo mayor de morir de esta enfermedad) y para diagnosticar el VIH en niños.
El Dr. Alasdair Reid, asesor sobre tuberculosis del ONUSIDA
Asimismo, pone de manifiesto la necesidad de ampliar las pruebas del VIH destinadas a bebés y a mujeres embarazadas. Los síntomas médicos de la infección por el VIH se manifiestan normalmente tras tres meses de vida, pero en algunos países se suministra la vacuna BCG de manera rutinaria en el momento de nacer.
El ONUSIDA pide que se amplíe el acceso y la utilización de servicios de calidad de prevención de la transmisión maternoinfantil, y que se faciliten de manera integrada servicios del VIH y tuberculosis.
“Una política de vacunación selectiva con BCG para los niños expuestos al VIH requeriría que se ampliaran las pruebas de VIH para mujeres embarazadas, se fortalecieran los servicios de prevención de la transmisión maternoinfanil y se integraran mejor los programas del VIH y la tuberculosis”, afirmó la Dra. Catherine Hankins, asesora científica del ONUSIDA en el http://hivthisweek.unaids.org/.
Los resultados de un estudio realizado a lo largo de tres años en Sudáfrica se han publicado en la edición de julio del Boletín de la OMS, y han confirmado una investigación dirigida por la OMS en 2007 que pretendía cambiar la política de la vacunación de bebés con BCG. El Comité de asesoramiento mundial sobre seguridad en la vacunación de la OMS y el Grupo de asesoramiento estratégico de expertos en tuberculosis y VIH publicaron posteriormente las Directrices revisadas sobre la vacunación con BCG de niños con riesgo de infección por el VIH
“Este documento da información adecuada sobre el riesgo de la infección por BCG generalizada en los niños infectados por el VIH y refuerza sólidamente la necesidad de encontrar mejores vías para prevenir la tuberculosis en niños (que corren un riesgo mayor de morir de esta enfermedad) y para diagnosticar el VIH en niños", afirmó el Dr. Alasdair Reid, asesor sobre tuberculosis del ONUSIDA.
Cuatro escenarios, señalados por la OMS, rompen el equilibrio de los riegos y beneficios de la vacuna BCG en contextos con altas tasas de infección por la tuberculosis y el VIH
1. Niños cuyas madres no conocen su estado serológico
Los beneficios de la vacuna de BCG superan los riesgos, por lo que los niños deben ser vacunados.
2. Niños cuyo estado serológico se desconoce y que no muestran signos o síntomas de estar infectados por el VIH, pero cuyas madres son seropositivas
Los beneficios de la vacuna de BCG normalmente superan los riesgos, y los niños deberían ser vacunados después de considerar los factores locales.
3. Niños que son seropositivos, con o sin signos o síntomas de estar infectados por el VIH
Los riesgos de la vacuna de BCG superan los beneficios y los niños no deberían ser vacunados, pero deben recibir otras vacunas necesarias.
4. Niños cuyo estado serológico se desconoce pero que muestran signos o síntomas de estar infectados por el VIH y cuyas madres son seropositivas
Los riesgos de la vacuna de BCG normalmente superan a los beneficios, y los niños por tanto no deberían ser vacunados durante sus primeras semanas de vida, ya que los síntomas médicos de la infección por el VIH normalmente se muestran tras tres meses de vida. Sin embargo, se puede suministrar la vacuna si la infección por el VIH se descarta al hacer las pruebas temprano.
Vea las Directrices revisadas sobre la vacunación con BCG de niños con riesgo de infección por el VIH, 2007.
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