Reportaje

La Asamblea General evalúa progreso en VIH/SIDA

16 de junio de 2009

Habida cuenta de que la respuesta al VIH constituye una de las posibles inversiones mundiales más sensatas, es fundamental que en medio de los actuales desafíos económicos se mantenga y refuerce el compromiso con los esfuerzos relacionados con el VIH – Informe del Secretario General a la 63ª Asamblea General.

20090617_UN_SG_AIDS_200.jpg
El Dr. Aaron Motsoaledi, Ministro de Salud de Sudáfrica, durante su alocución en la Asamblea General del 16 de junio de 2009
Crédito: ONU/Jenny Rockett

En el sexagésimo tercer periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General celebrado en Nueva York el 16 de junio de 2009, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon presentó un informe sobre los progresos realizados en el cumplimiento de la Declaración de compromiso sobre el VIH/sida y la Declaración Política sobre el VIH/Sida.

El primer discurso por parte de un Estado Miembro de las Naciones Unidas ha sido pronunciado por el Dr. Aaron Motsoaledi, nuevo Ministro de Salud de Sudáfrica. Hablando en nombre de la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo (SADC), Motsoaledi ha subrayado los recientes progresos realizados en Sudáfrica y en la región de la SADC en la lucha contra el sida.

El informe del Secretario General proporciona una actualización de los avances realizados en la respuesta al sida, pone la mira en los hitos acordados para 2010, recomienda acciones fundamentales para acelerar los progresos e insta a adoptar un compromiso renovado con la meta de acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.  

En junio de 2008, la Asamblea General celebró una Reunión de Alto Nivel sobre el VIH/Sida  que evaluó los progresos realizados en la respuesta a la epidemia mundial de VIH. Los informes de 147 países pusieron de manifiesto que se habían realizado importantes avances, incluido en las esferas del acceso a la terapia antirretrovírica y la prevención de la transmisión maternoinfantil.   

No obstante, el informe señala que, a pesar de tales progresos esperanzadores, sigue habiendo importantes desafíos, como las significativas diferencias observadas en el acceso a los servicios relacionados con el VIH.  El ritmo de las nuevas infecciones continúa tomándole la delantera a la ampliación de los programas de tratamiento, y el compromiso con la prevención del VIH sigue siendo insuficiente.  Si bien los fondos disponibles para el VIH en los países de ingresos bajos y medianos aumentaron de US$ 11.300 millones en 2007 a US$13.00 millones en 2008, desde la Reunión de Alto Nivel de 2008 se ha producido una significativa contracción económica mundial. 

Habida cuenta de que la respuesta al VIH constituye una de las posibles inversiones mundiales más sensatas, es fundamental que en medio de los actuales desafíos económicos se mantenga y refuerce el compromiso con los esfuerzos relacionados con el VIH, informa el Secretario General.

El informe también destaca que a pesar de los múltiples compromisos adoptados por los Estados Miembros con miras a proteger los derechos de las personas que viven con el VIH y las personas vulnerables a la infección por el VIH, muchos países tienen leyes y políticas que están en contradicción con dichos compromisos y tienen como consecuencia un acceso limitado a servicios y productos básicos relacionados con el VIH.

En 2007, una tercera parte de los países comunicó que seguía careciendo de leyes para prohibir la discriminación relacionada con el VIH, y muchos países con legislación contraria a la discriminación tenían problemas para hacerla cumplir adecuadamente. Un total de 84 países informaron de que disponían de leyes y reglamentos que entorpecían la prevención, tratamiento, atención y apoyo eficaces del VIH para las subpoblaciones vulnerables.  Además, alrededor de 60 países tienen leyes que limitan la entrada, estancia y residencia de personas que viven con el VIH basándose únicamente en el estado seropositivo del VIH.  Igualmente, un creciente número de países han promulgado leyes muy exhaustivas que penalizan la transmisión del VIH o la exposición al virus, así como la ocultación del estado del VIH. Es probable que estas medidas lleven a las personas a renunciar a hacerse la prueba del VIH, lo cual socava los esfuerzos para alcanzar el acceso universal.  Por consiguiente, el informe recomienda la necesidad de mejorar las leyes y su cumplimiento, y que los programas para apoyar el acceso a la justicia se amplíen en su justa medida para prevenir la discriminación contra las personas que viven con el VIH. Las restricciones para viajar relacionadas con el VIH deberían eliminarse; la penalización de la transmisión del VIH debería limitarse a la que fuera intencionada; y las leyes que entorpecen o impiden el acceso a los servicios entre los profesionales del sexo, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los consumidores de drogas inyectables deberían derogarse.

Los métodos analíticos mejorados han hecho posible que los países determinen con mayor precisión la magnitud y la dinámica de sus epidemias, seleccionen intervenciones apropiadas y adapten las estrategias basadas en pruebas para abordar sus contextos nacionales específicos. La adaptación estratégica de las respuestas nacionales amplifica los resultados de los programas del VIH y reduce las pérdidas y la ineficiencia. Los sistemas mejorados de vigilancia y evaluación también permiten que los países revisen las estrategias nacionales mientras sus epidemias van evolucionando en el tiempo. En sus esfuerzos por armonizar estrechamente las estrategias nacionales con las circunstancias nacionales reales, los países deberían trabajar para comprender y abordar los factores sociales y estructurales determinantes del riesgo del VIH y la vulnerabilidad al virus, tales como las desigualdades de género, la marginación social y el estigma y discriminación.

La epidemia de VIH presenta un desafío mundial a largo plazo y requiere un compromiso sostenido para una respuesta eficaz a largo plazo. Si bien constata que la cobertura y la calidad de los programas del VIH van aumentando, el informe insta a intensificar los esfuerzos para fortalecer la salud, la educación, el bienestar social y otros sectores fundamentales, y a integrar el VIH con la tuberculosis, la salud sexual y reproductiva y otros servicios de salud.

El informe subraya que la respuesta a largo plazo al sida solamente será sostenible si se alcanza un éxito sustancialmente mayor en la reducción de la tasa de nuevas infecciones por el VIH y al mismo tiempo se proporcionan servicios óptimos a las personas que viven con el VIH. Poner a escala la mezcla apropiada de estrategias de prevención del VIH comportamentales, biomédicas y estructurales reduciría en más de la mitad el total de nuevas infecciones por el VIH entre el momento presente y 2015. No obstante, como apunta el informe del Secretario General, el acceso a una combinación de estrategias de estas características sigue estando sumamente limitado en la mayoría de los países.

Por último, el informe hace hincapié en que para alcanzar las metas nacionales de acceso universal para 2010 será necesario un desembolso anual estimado de US$ 25.000 millones dentro de los próximos dos años, lo cual exige el compromiso renovado de todos los que aportan de fondos para el VIH. La respuesta sostenida y eficaz al sida requerirá un liderazgo sin precedentes a todos los niveles, incluidos los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades afectadas.

.