Reportaje

Una sociedad brasileña ofrece un hogar a los huérfanos que viven con el VIH

27 de marzo de 2009

Group of people
El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé visitó la asociación Viva Cazuza que presta atención y apoyo a los niños y jóvenes seropositivos y huérfanos en Río de Janeiro, Brasil, 26 de marzo de 2009
Fotografía: ONUSIDA/D. Ramalho

Viva Cazuza ha trabajado durante casi dos décadas en Río de Janeiro para ofrecer a los niños y jóvenes seropositivos y huérfanos un hogar seguro, tratamiento antirretrovírico y acceso a diferentes programas que les permitirán ganar confianza y desarrollar habilidades de liderazgo.

Esta sociedad fue creada en 1990 en memoria de la estrella brasileña del rock Cazuza, que murió de una enfermedad relacionada con el sida ese mismo año. Es una organización sin ánimo de lucro que acoge a unos 20 niños y adolescentes, de entre 2 y 16 años, que viven con el VIH. Muchos de ellos fueron abandonados al nacer o los dejaron bajo los cuidados de esta sociedad posteriormente.

Director with child
El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé visitó la asociación Viva Cazuza que presta atención y apoyo a los niños y jóvenes seropositivos y huérfanos en Río de Janeiro, Brasil, 26 de marzo de 2009
Fotografía: ONUSIDA/D. Ramalho

La madre de Cazuza, María Lucía da Silva Araujo, estableció esta sociedad con el apoyo de los amigos del músico y otras comunidades artísticas y filantrópicas. Desde su fundación, ha ayudado a más de 80 niños.

El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, aprovechó su visita oficial a Brasil para visitar la Sociedad Viva Cazuza el 26 de marzo.

Sidibé quedó impresionado por la pasión y el compromiso de María Lucía da Silva Araujo a la hora de ayudar a los niños seropositivos y de promover una mayor sensibilización sobre la prevención. Sidibé afirmó que su trabajo “es más que ayudar, recrear una vida" para sus residentes.

People
Viva Cazuza fue creado en 1990 por María Lucía da Silva Araujo, madre de la estrella brasileña del rock Cazuza, que murió de una enfermedad relacionada con el sida ese mismo año.
Fotografía: ONUSIDA/D. Ramalho

Muchos de los niños de más edad participan en grupos de prevención y educación sexual inter pares. Leonardo, de 15 años, es miembro de un grupo que se reúne cada mes para dialogar sobre la prevención. Su objetivo es que, mediante el diálogo, se disuelvan los prejuicios que dan pie al estigma y la discriminación.

Además de ayudar a los niños y a los adolescentes, Viva Cazuza también ofrece tratamiento antirretrovírico a los adultos del vecindario. Cada miércoles, más de 100 personas acuden al centro para recibir los medicamentos y, si necesitan ayuda, hablar con un asesor.

El próximo paso para Viva Cazuza es ayudar a que sus jóvenes residentes se preparen para la vida adulta y su futura independencia. Capacitarles con una serie de habilidades, por ejemplo, enseñándoles a gestionar su tratamiento, ayudará a garantizar su bienestar tanto físico como personal después de que abandonen el centro.