Reportaje
La Conferencia sobre el sida de Viena llamará la atención sobre la epidemia del VIH en Europa oriental
15 de marzo de 2010
15 marzo 201015 marzo 2010Una versión de este reportaje se publicó anteriormente en unodc.org
Una versión de este reportaje se publicó anteriormente en unodc.org
El rápido crecimiento de la epidemia de sida en Europa oriental, favorecido sobre todo por el consumo de riesgo de drogas inyectables, será uno de los temas centrales de la XVIII Conferencia internacional sobre el sida (AIDS 2010), que se celebrará en julio en Viena.
“Para cambiar la trayectoria de la epidemia del VIH en Europa oriental, debemos impedir que se produzcan nuevas infecciones entre los usuarios de drogas inyectables y sus parejas", declaró el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, en una rueda de prensa que se celebró el 10 de marzo para hablar sobre AIDS 2010. “Los consumidores de drogas tienen derecho a acceder a las mejores opciones posibles de prevención, atención y tratamiento relacionados con el VIH”.
Los consumidores de drogas tienen derecho a acceder a las mejores opciones posibles de prevención, atención y tratamiento relacionados con el VIH.
Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA
Las Naciones Unidas, por medio del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida (ONUSIDA) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), apoyan la conferencia AIDS 2010, que se celebrará del 18 al 23 de julio y que organiza la Sociedad Internacional del Sida, una organización no gubernamental.
Cerca de 25.000 personas que trabajan en el ámbito del VIH acudirán a la conferencia. Entre ellas se encuentran responsables de formular políticas, legisladores, investigadores, personas que viven con el VIH y otras personas implicadas en aspectos relacionados con el sida. El lema de la conferencia es Derechos aquí, derechos ahora, que destaca la importancia fundamental de los derechos humanos a la hora de responder al VIH.
Al celebrar la conferencia en Viena, sus organizadores harán hincapié en la situación de Europa oriental y Asia central, dos regiones que están experimentando un crecimiento rápido de la epidemia, en gran medida motivado por el consumo de riesgo de drogas inyectables. Se calcula que un millón y medio de personas viven con el VIH en estas regiones, y se considera que la probabilidad de contraer el VIH a través del intercambio de agujas y jeringas es tres veces superior a la de hacerlo a través de relaciones sexuales.
“Podemos y debemos invertir la epidemia del VIH. En primer lugar, hay que prevenir que el consumo de drogas se extienda, y después hay que facilitar tratamiento a los adictos. En este programa integral, entre las medidas destinadas a hacer frente al VIH se encuentran el suministro de jeringas esterilizadas, la sustitución de opiáceos y la terapia antirretrovírica”, declaró el director ejecutivo de la ONUDD, Antonio María Costa.
Vivir en el margen
De acuerdo con los datos publicados la semana pasada en The Lancet, los consumidores de drogas inyectables a menudo tienen poco o ningún acceso a servicios del VIH integrales basados en pruebas. Por lo general, solo se les facilitan dos agujas y jeringas al mes, y solo un 8% recibe terapia de sustitución de opiáceos (Mathers et al, 2010).
Muchos de los consumidores actuales viven en los márgenes de la sociedad, por lo que los pueden detener, incluso por posesión de agujas esterilizadas, y enviarlos a prisión, donde se crea un entorno perfecto para propagar el VIH y la tuberculosis. También pueden acabar recluidos en centros de detención obligatoria para drogodependientes, a menudo sin el debido procedimiento legal, donde les atan y golpean como parte del “tratamiento”, pero no tienen acceso a ningún método de desintoxicación supervisado por médicos.
“Debemos centrar nuestros esfuerzos en crear medidas de reducción de daños basadas en pruebas que funcionen y ayuden a los consumidores de drogas a proteger su salud y la de la comunidad en general, además de prevenir la infección por el VIH”, declaró Sidibé durante su intervención en el 53º periodo de sesiones de la Comisión de estupefacientes. “La reducción de daños es una forma eficaz y fundamental de prevenir el VIH, así como un elemento esencial de nuestro compromiso por conseguir el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH”.
Los enfoques eficaces destinados a paliar los daños incluyen acceso a agujas esterilizadas, terapias de sustitución de opiáceos para los consumidores de estas sustancias y acceso a terapias antirretovíricas. Además, promueven el uso del preservativo para reducir la transmisión sexual del VIH entre los consumidores de drogas y sus parejas.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó a los estados miembros a que garanticen que aquellos que están luchando por salir de la drogadicción tengan el mismo acceso a los servicios sanitarios y sociales que el resto de las personas, y afirmó: “Nadie debería ser víctima del estigma o la discriminación a causa de la drogodependencia”.
Dentro de la familia de ONUSIDA, la ONUDD es el organismo encargado de la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH entre los consumidores de drogas inyectables y en las cárceles. Trabaja en 55 países prioritarios de África, Europa oriental y Asia central, Asia meridional y sudoriental, América Latina y el Caribe, a los que presta asistencia para que faciliten servicios relacionados con el VIH integrales y basados en pruebas a los consumidores de drogas, los reclusos y las personas vulnerables al tráfico de personas.
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