Comunicado de prensa

Diez millones de defunciones y un millón de nuevas infecciones por el VIH se podrían evitar si los países cumplen los objetivos relacionados con el tratamiento


Un nuevo informe del ONUSIDA señala que los jóvenes lideran la revolución en materia de prevención. Así, en 15 de los países más afectados, la prevalencia del VIH ha disminuido un 25% en este grupo de población clave. Una nueva encuesta de opinión realizada a escala mundial, muestra que el sida sigue teniendo una gran importancia para el público de todo el planeta.
 
GINEBRA, 13 de julio de 2010 — El nuevo informe Perspectivas del ONUSIDA muestra una plataforma de tratamiento del VIH muy simplificada llamada Tratamiento 2.0 que podría reducir drásticamente el número de muertes relacionadas con el sida, así como el de nuevas infecciones por el VIH. Los datos señalan que en 15 de los países más afectados por el virus, el número de jóvenes que lo contrae está disminuyendo de forma significativa a medida que adoptan comportamientos sexuales más seguros.

El informe también incluye una nueva encuesta exhaustiva de opinión pública realizada por el ONUSIDA y Zogby International, cuyos resultados indican que casi 30 años después del inicio de la epidemia de sida, regiones y países la siguen considerando uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el mundo.

Por otra parte, un análisis económico sostiene que la salud debe ser una necesidad, no un lujo. Así, señala que los países donantes deben seguir realizando inversiones para el sida, y hace un llamamiento a las naciones en desarrollo más ricas para que inviertan más en VIH y salud.

El informe se ha presentado en Ginebra antes de la XVIII Conferencia internacional sobre el sida de Viena. El director ejecutivo del ONUSIDA, Michel Sidibé, hizo hincapié en que la innovación en la respuesta al sida puede salvar más vidas. “Para que los países alcancen sus objetivos y compromisos de acceso universal, debemos remodelar la respuesta al sida. Mediante la innovación podemos reducir costes, así las inversiones podrán llegar a más personas”

De acuerdo con estimaciones del ONUSIDA, a finales de 2008, 33,4 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo. Ese mismo año, se produjeron cerca de 2,7 millones de nuevas infecciones y dos millones de muertes por causas relacionadas con el sida.

El Tratamiento 2.0 salva vidas

El Tratamiento 2.0 es un nuevo enfoque que simplifica la forma en que se está suministrando el tratamiento del VIH, y amplía el acceso a medicamentos que salvan vidas. Mediante una combinación de esfuerzos, podría reducir los costes del tratamiento, hacer que los regímenes del mismo sean más simples e inteligentes, disminuir la carga de los sistemas sanitarios, y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH y sus familias. Los estudios de elaboración de modelos sugieren que, en comparación con los enfoques actuales, el Tratamiento 2.0 podría evitar otros 10 millones de defunciones para 2025.

Además, este nuevo enfoque podría reducir el número de nuevas infecciones por el VIH en más de un millón cada año si los países suministran terapia antirretrovírica a todos aquellos que la necesitan, en consonancia con las directrices de tratamiento revisadas de la Organización Mundial de la Salud. En la actualidad, de los 15 millones de personas que lo necesitan, solo cinco millones tienen acceso a medicamentos que salvan vidas.

Para obtener todos los beneficios del Tratamiento 2.0, es necesario que se hagan progresos en cinco áreas:

  1. Crear mejores fármacos y diagnósticos: El ONUSIDA reivindica la innovación de fármacos mejores y más inteligentes con poca toxicidad, y formas de diagnóstico más fáciles de utilizar. Para monitorizar el tratamiento se necesita instrumental complejo y técnicos de laboratorio especializados. Una herramienta de diagnóstico simple podría ayudar a reducir la carga de los sistemas sanitarios. Una plataforma de tratamiento tan simplificada podría sufragar los costes y ampliar el acceso al mismo.
  2. El tratamiento como prevención: La terapia antirretrovírica reduce el nivel del virus en el organismo. Las pruebas demuestran que cuando las personas seropositivas rebajan su carga viral, también disminuye la probabilidad de que transmitan el VIH. Se calcula que si todos aquellos que necesitan tratamiento tuvieran acceso a él, tal y como indican las directrices de tratamiento actuales, el número de nuevas infecciones por el VIH se podría reducir en más de un tercio cada año. Optimizar la cobertura del tratamiento también tendrá otros beneficios para la prevención, como pueden ser tasas más bajas de tuberculosis y malaria entre las personas seropositivas.
  3. Impedir que el precio siga siendo un obstáculo: A pesar de que el precio de los medicamentos se ha reducido drásticamente en los últimos diez años, los costes de los programas de terapia antirretrovírica siguen aumentando. Los medicamentos podrían ser más asequibles, pero las mayores ganancias se podrían conseguir reduciendo los costes de los servicios de tratamiento que no tienen que ver con los fármacos, como los de hospitalización, monitorización y los que sufraga el propio paciente. Actualmente estos costes duplican el precio de los medicamentos en sí mismos. Además, el Tratamiento 2.0 espera reducir a la mitad el coste que supone evitar las muertes relacionadas con el sida.
  4. Mejorar el acceso a las pruebas del VIH y su vínculo con la atención: Una vez que una persona conoce su estado serológico con respecto al VIH, puede empezar el tratamiento cuando su recuento de células CD4 está en torno a 350, en lugar de esperar a encontrarse mal. Comenzar a recibir tratamiento en el momento oportuno, incrementa la eficacia de los regímenes de medicamentos y la esperanza de vida.
  5. Fortalecer la movilización comunitaria: La participación de estas organizaciones en la gestión de los programas de tratamiento, puede mejorar el acceso al mismo y los índices de observancia. Incentivar la demanda también puede contribuir a reducir los costes de la difusión a gran escala, así como la carga de los sistemas de atención sanitaria.

“El Tratamiento 2.0 no sólo podría salvar vidas, sino que tiene el potencial para darnos beneficios significativos en cuanto a prevención”, afirmó Michel Sidibé, durante su intervención en la presentación del informe.

Los jóvenes lideran la revolución en materia de prevención

Un nuevo estudio realizado por el ONUSIDA revela que los jóvenes lideran la revolución en materia de prevención del VIH. La prevalencia en este grupo de población ha disminuido más de un 25% en 15 de los 21 países más afectados por el sida. Estos descensos se deben, sobre todo, a que el número de nuevas infecciones por el VIH en jóvenes se ha reducido.

En ocho países (Côte d’Ivoire, Etiopía, Kenya, Malawi, Namibia, la República Unida de Tanzania, Zambia y Zimbabwe), los descensos significativos en los índices de prevalencia del VIH han ido acompañados de cambios positivos en el comportamiento sexual de los jóvenes.

Por ejemplo, en Kenya, la prevalencia del VIH disminuyó un 60% entre 2000 y 2005. En las zonas urbanas se redujo de un 14,2% a un 5,4%, y en las rurales de un 9,2% a un 3,6%. Asimismo, en Etiopía, la prevalencia del VIH en mujeres jóvenes embarazadas descendió un 47% en zonas urbanas, y un 29% en áreas rurales.

Los jóvenes de 13 países, entre ellos Camerún, Etiopía y Malawi, están comenzando a mantener relaciones sexuales más tarde, tienen menos parejas y utilizan más el preservativo.

Cinco millones de jóvenes viven con el VIH en todo el mundo. Este grupo de población representa cerca del 40% de las nuevas infecciones.

El valor de referencia

La primera encuesta pública internacional sobre VIH que ha encargado el ONUSIDA muestra que casi 30 años después del inicio de la epidemia de sida, regiones y países siguen considerándola uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el mundo. Así, en la India, cerca de dos tercios de las personas encuestadas manifestaron que la epidemia de sida es más importante que otros problemas a los que se enfrenta el mundo en la actualidad.

En general, los encuestados consideran que el sida es el principal problema de atención sanitaria en el mundo. Además, cerca de la mitad se muestran optimistas en lo que respecta a detener la propagación del VIH para 2015.

Los esfuerzos que se llevan realizando desde el inicio de la epidemia por sensibilizar a la población sobre el VIH han recibido el reconocimiento del público. Uno de cada tres encuestados considera que es el mayor logro de la respuesta al sida hasta el momento, seguido de la aplicación de programas de prevención del VIH y el desarrollo de nuevos medicamentos antirretrovíricos.

Cuando se les preguntó sobre el modo en que su país estaba haciendo frente a la epidemia, cerca del 41% de los encuestados manifestó que estaba abordando el problema de forma eficaz. Solo una de cada tres personas cree que el mundo está respondiendo al sida de forma efectiva.

Para el 62% de los encuestados en Suecia, la disponibilidad de fondos y/o recursos, o de atención sanitaria asequible está impidiendo al mundo responder al VIH de forma eficaz. En torno al 60% de los encuestados en el Reino Unido también creía que la falta de financiación constituía el principal obstáculo. Otros de los desafíos que citaron las personas que respondieron al cuestionario estaban relacionados con la experiencia sobre el terreno. Para más de la mitad de los encuestados, la disponibilidad de servicios de prevención representaba el obstáculo más importante. También se mencionó al estigma y la discriminación como otra barrera.

En lo que respecta al tratamiento del VIH, casi seis de cada diez personas creen que proporcionarlo de forma gratuita o subvencionárselo a las personas seropositivas es un deber del estado

En la encuesta participaron cerca de 12.000 adultos de 25 países que representaban todas las regiones del mundo.

Las inversiones en VIH deben ser constantes, eficaces y previsibles

Se ha demostrado que invertir en el VIH es una decisión inteligente. En este punto de inflexión, apalancar o reducir las inversiones dañaría a la respuesta al sida. Se estima que en 2010 se necesitan USD 26.800 millones para que los países cumplan los objetivos que se han fijado para alcanzar el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH.

“La respuesta al sida necesita un paquete de estímulo. Los donantes no deben dar marcha atrás en sus inversiones en un momento en el que la respuesta al sida está mostrando resultados", señaló Sidibé. “La meta del 0,7% en ayuda internacional y el objetivo de Abuja del 15% para la salud no se pueden dejar a un lado”.

El ONUSIDA recomienda que los programas nacionales para el VIH inviertan en la respuesta al sida entre un 0,5% y un 3% de los ingresos gubernamentales. En los últimos años, muchos países han incrementado sus inversiones internas para esta causa. Así, el gobierno sudafricano aumentó su presupuesto para el sida en un 30%, hasta USD 1.000 millones en 2010. Sin embargo, para la mayoría de los países afectados gravemente por el sida, la inversión nacional por sí sola, incluso cuando alcanza niveles óptimos, no sería suficiente para cubrir todas sus necesidades de recursos.

El ONUSIDA insta a los países en desarrollo más ricos a cubrir una parte importante de sus necesidades de recursos con fuentes internas. En la actualidad, 68 países de ingresos bajos y medianos concentran el 50% de las necesidades de recursos de las naciones de estas características. Si bien, requieren menos de un 0,5% de su renta nacional bruta. En estos países vive el 26% de las personas seropositivas, y reciben el 17% de la asistencia internacional para el sida.

De acuerdo con el informe, las inversiones actuales en VIH podrían ser más eficientes, eficaces y previsibles. “Podemos reducir los costes para que las inversiones lleguen a más personas”, manifestó Sidibé. “Esto significa que las cosas deben hacerse mejor: hay que saber qué hacer, dirigir los recursos en la dirección correcta sin desaprovecharlos, reducir los precios y contener los costes. Tenemos que hacer más con menos”.

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