Comunicado de prensa
ONUSIDA insta a los países a acelerar los esfuerzos y eliminar las carencias existentes en los servicios para poner fin a la epidemia de sida entre niños y adolescentes
22 julio 201922 julio 2019Mientras que los objetivos globales de 2018 no se han alcanzado, el informe Start Free, Stay Free, AIDS Free muestra que los esfuerzos han de concentrarse en los países que están por detrás
GINEBRA/CIUDAD DE MÉXICO, 22 julio de 2019—Un nuevo informe dado a conocer hoy en la X Conferencia del IAS sobre la ciencia del sida celebrada en la Ciudad de México (México) indica que el mundo está yendo a la zaga en su compromiso para acabar con la epidemia de sida entre niños y adolescentes. El informe, titulado Start Free, Stay Free, AIDS Free, muestra un descenso significativo en el ritmo del progreso al reducir las nuevas infecciones por el VIH entre niños y lograr un mayor acceso al tratamiento para niños, adolescentes y embarazadas que viven con el VIH. Asimismo, no se han alcanzado los objetivos propuestos para 2018, aunque en algunos países sí se han conseguido importantes mejoras.
En todo el mundo, alrededor de 160 000 niños de entre 0 y 14 años contrajeron el VIH en 2018, lo que supone un enorme progreso, si tenemos en cuenta las 240 000 nuevas infecciones registradas en 2010. Sin embargo, la audaz e importante cifra que se tenía como objetivo para 2018 estaba en menos de 40 000 nuevas infecciones.
De acuerdo con Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA, «el no haber alcanzado los objetivos propuestos para 2018 en cuanto a la reducción de las nuevas infecciones por el VIH en niños y adolescentes, y el no haber logrado ampliar el acceso a tratamientos que salvan vidas nos sobrecoge, disgusta y frustra». «Hemos de actuar rápidamente para revertir la situación y cumplir con nuestro compromiso con el objeto de poner fin a la epidemia de sida para la siguiente generación».
A día de hoy alrededor del 82 % de las mujeres embarazadas que viven con el VIH no pueden acceder a la medicación antirretrovírica. Se ha producido un enorme progreso en países de África oriental y meridional, como en Etiopía, Kenia, Uganda, la República Unida de Tanzania y Zimbabue, donde más del 90 % de las mujeres tienen acceso a la terapia antirretrovírica. El avance es aún superior en Botsuana, Malaui, Mozambique, Namibia y Zambia, donde el 95 %, o más, de las embarazas seropositivas pueden acceder al tratamiento. Todo ello se ha traducido en una reducción del 41 % en el número de nuevas infecciones por el VIH entre niños, y destacan las importantes reducciones logradas desde 2010 en Botsuana (85 %), Ruanda (83 %), Malaui (76 %), Namibia (71 %), Zimbabue (69 %) y Uganda (65 %). El progreso alcanzado por estos países nos muestra que se puede lograr mediante el liderazgo político, la adopción rápida de medidas y la suma de los esfuerzos coordinados de todos los interesados.
El informe arroja luz sobre los huecos que se han de cubrir para evitar nuevos casos de infecciones por el VIH entre la población infantil. Por ejemplo, en África oriental, en el año 2018, 10 000 de las 26 000 nuevas infecciones por el VIH entre niños se debieron a que las madres interrumpieron el tratamiento durante el embarazo y la lactancia. En África oriental, por su parte, 17 000 de las 53 000 nuevas infecciones entre niños se produjeron porque las madres contrajeron el VIH durante el embarazo o la lactancia. Así, un total de 16 000 nuevas infecciones se podrían evitado en África meridional si se hubiera administrado el tratamiento a las madres durante el embarazo y la lactancia. En África occidental y central, casi 27 000 de las 44 000 nuevas infecciones se podrían haber evitado si las madres hubieran tenido acceso a la terapia antirretrovírica.
«Estos nuevos datos nos muestran que, mientras que muchos países han logrado un importante progreso hacia la consecución de los objetivos para 2020, todavía hay otros muy rezagados», apuntó Deborah Birx, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia de la salud mundial. «Estas grandes disparidades subrayan el papel fundamental que desempeñan el compromiso político, la rápida puesta en marcha de medidas y las inversiones basadas en datos para acelerar el impacto de la respuesta al sida».
El análisis a nivel nacional de cómo el VIH se transmite de madre a hijo proporciona una información fundamental para dar forma a las respuestas nacionales.
«Poner fin al sida y lograr la cobertura sanitaria universal supone no dejar a nadie detrás. Sin embargo, hay demasiados niños y adolescentes con VIH que todavía no tienen la oportunidad de crecer sanos porque no pueden acceder al tratamiento», destacó Ren Minghui, director general adjunto de la Organización Mundial de la Salud para la cobertura sanitaria universal y las enfermedades transmisibles y no transmisibles. «Hemos de intensificar los esfuerzos y mantener nuestra promesa para con estos niños».
Los menores que viven con el VIH también son dejados atrás en lo referente a la ampliación de la escala del tratamiento para el VIH. Ni se los diagnostica ni se los trata lo suficientemente a tiempo. Aproximadamente 940 000 niños de edades comprendidas entre los 0 y los 14 años tuvieron acceso al tratamiento en 2018, una cifra que dobla la registrada en 2010, pero que está muy por debajo de los 1,6 millones de niños con acceso al tratamiento que se tenía como objetivo para 2018.
Los niños que viven con el VIH tienen, aún hoy, menos posibilidades de acceder al tratamiento para el VIH que los adultos que viven con el virus, una disparidad que va en aumento en algunos países, sobre todo en África occidental y central. Como resultado de ello, la epidemia de sida todavía se está cobrando la vida de muchos pequeños de entre 0 y 14 años. Los niños en este grupo de edad representaban el 5 % de todas las personas que viven con el VIH en 23 países prioritarios, pero el 18 % de todas las personas que murieron por enfermedades relacionadas con el sida en 2018 en esos países.
«Sabemos cómo evitar que los niños se infecten por el VIH y cómo prevenir la aparición del sida en los niños una vez que estos se infectan. Han de realizárseles las pruebas y ponerles en tratamiento rápidamente, pero carecemos de oportunidades para poner esta teoría en práctica», explicó Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la infancia. «No basta con saber qué hacer. Debemos aunar esfuerzos y renovar nuestro compromiso con los niños y adolescentes que viven con el VIH con el fin de darles las mejores oportunidades para vivir y crecer.
Para obtener resultados óptimos, los niños que contraen el VIH deben acceder al tratamiento lo más rápidamente posible. No obstante, en 2018, únicamente al 63 % de los 1,1 millones de bebés expuestos al VIH en los 23 países más afectados por la epidemia se les realizaron las pruebas a los dos meses.
«De muchas formas, nosotros como comunidad nos hemos conformado con una atención de baja calidad para los niños que viven con el VIH», resaltó Chip Lyons, presidente y director ejecutivo de la fundación Elizabeth Glaser para el sida pediátrico. «Bajo ningún concepto podemos permitir que los niños reciban siempre una atención que esté por debajo del estándar básico que pedimos para los adultos. Especialmente cuando la consecuencia última de ese enfoque es que el número de niños y jóvenes que están muriendo por el VIH es desproporcionadamente e inaceptablemente altísimo».
El mencionado informe también prevé que es imposible alcanzar para 2020 el objetivo de reducir a menos de 100 000 el número anual de nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes y las adolescentes de 15 a 24 años de edad. En todo el mundo, las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes y las adolescentes se redujeron en un 25 % entre 2010 y 2018, hasta alcanzar la cifra de 310 000. Mientras que las nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años se redujeron en torno a un 40 % en Botsuana, Burundi, Lesoto y Sudáfrica, el no alcanzar los objetivos mundiales supone que hoy en día cada semana todavía contraen el virus 6000 adolescentes y mujeres jóvenes.
Los factores que llevan a la vulnerabilidad de las mujeres jóvenes y las chicas con respecto a las nuevas infecciones por el VIH son sociales, estructurales y conductuales, y han de abordarse para conseguir resultados sostenibles en cuanto a la prevención. La discriminación de género, la violencia de género, el acceso restringido a las oportunidades y la falta de servicios a medida son la causa de su vulnerabilidad frente al VIH. Las respuestas efectivas priorizan un enfoque que combina el acceso a los servicios dedicados al VIH y a la salud sexual y reproductiva con programas sociales, estructurales y conductuales.
«La disparidad en las tasas de supresión de la carga viral entre adolescentes con el VIH en comparación con los adultos es inaceptable y corresponde a la comunidad defender regímenes de tratamiento antirretrovírico más robustos y potentes para los adolescentes, así como apresurar los esfuerzos para evitar las nuevas infecciones en esta población tan críticamente vulnerable», insistió Fatima Tsiouris, directora adjunta de la unidad clínica y de formación y del área para la prevención de la transmisión madre a hijo del Centro internacional para el cuidado del sida y programas de tratamiento (ICAP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Columbia.
El número de circuncisiones médicas masculinas voluntarias llevadas a cabo entre 2015 y 2018 fue de 11 millones entre todos los grupos de edad, lo que significa que al menos 13 millones de intervenciones de este tipo deberán llevarse a cabo para 2020 con el fin de alcanzar el objetivo de 25 millones de circuncisiones voluntarias en hombres y chicos entre 2015 y 2020.
ONUSIDA y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida lanzaron la iniciativa Start Free, Stay Free, AIDS Free en 2016 con el fin de integrar los logros del Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por VIH en niños para el año 2015 y mantener a sus madres vivas, el cual terminó en 2014.
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.