Comunicado de prensa
Las promesas para mejorar los resultados en la sanidad en aquellas personas que se inyectan drogas siguen siendo insatisfactorios ya que el 99% de ellos siguen sin tener un acceso adecuado a los servicios de reducción de daños del VIH
13 marzo 201913 marzo 2019Un nuevo informe de ONUSIDA destaca la necesidad urgente de implementar un enfoque basado en
Un nuevo informe de ONUSIDA destaca la necesidad urgente de implementar un enfoque basado en los derechos humanos y en las pruebas para hacer llegar a las personas que se inyectan drogas unos servicios sanitarios básicos
GINEBRA, 13 de marzo de 2019—Un informe publicado por ONUSIDA muestra que a pesar del descenso en las nuevas infecciones por el VIH a escala mundial, la incidencia del VIH sigue sin disminuir en aquellas personas que se inyectan drogas (1.4% a escala mundial en 2017). El informe también señala que el 99% de las personas que se inyectan drogas viven en países que no proveen un servicio para la reducción de daños adecuado.
«ONUSIDA siente una gran preocupación por la falta de progreso en aquellas personas que se inyectan drogas, esto se debe al fracaso de muchos países a la hora de implementar propuestas que aborden el consumo de drogas desde el punto de vista de los derechos humanos y basadas en pruebas », afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. «Al situar a las personas en el centro y al garantizar el acceso a la sanidad y a los servicios sociales con total dignidad y sin ningún tipo de discriminación ni criminalización, se pueden salvar muchas vidas y las nuevas infecciones por el VIH pueden ser drásticamente reducidas».
El nuevo informe de ONUSIDA, Salud, derechos y droga: reducción de daños, despenalización y discriminación cero para las personas que consumen drogas , muestra que de las 10.4 millones de personas que consumieron drogas en 2016, más de la mitad padecían hepatitis C y una de cada ocho vivían con el VIH. A su vez, señala que al asegurar la disponibilidad de programas exhaustivos de reducción de daños el consumo de drogas — incluyendo programas de intercambio de agujas y jeringuillas, tratamientos para la drogodependencia así como pruebas y tratamiento para el VIH —se impulsará el progreso para frenar las nuevas infecciones por el VIH en aquellas personas que consumen drogas.
Sin embargo, solo algunos Estados Miembros de las Naciones Unidas han cumplido el acuerdo de 2016 según el documento final de la Asamblea General de las Naciones Unidas presentado en una sesión especial durante el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, en el que se tiene como objetivo establecer unas medidas efectivas de sanidad pública y mejorar la situación sanitaria para aquellas personas que consumen drogas.
El informe señala que aunque la despenalización del consumo de drogas y la posesión para consumo propio aumenta el suministro, el acceso y la asimilación de servicios para la reducción de daños, la criminalización y los castigos graves siguen siendo numerosos. Se estima que, a escala mundial, una de cada cinco personas que están en prisión han sido encarcelada por delitos relacionados con drogas, de estos un 80% se encuentra en prisión por posesión para consumo propio. Además, el informe contiene un listado de 35 países que mantiene la pena de muerte para delitos relacionados con drogas.
ONUSIDA también reivindica el compromiso total de la sociedad civil como una fuente primordial de información y a la hora de apoyar las movilizaciones, así como el de los servicios de defensa y comunitarios, especialmente en aquellos lugares donde las políticas y las prácticas represivas siguen estando presentes. Asimismo, ONUSIDA hace un llamamiento para la financiación destinada a los programas para los derechos humanos y servicios sanitarios que incluyen: servicios para el VIH y para la reducción de daños, sensibilización a nivel comunitario y facilitadores sociales, y la eliminación del estigma social y la discriminación relativa al consumo de drogas y al VIH.
Salud, derechos y droga destaca el hecho de que a pesar de la efectividad de la reducción de daños, las inversiones en este ámbito están bastante por debajo de lo que sería necesario para una respuesta efectiva al VIH. En 31 países de ingresos medios y bajos que han proporcionado información a ONUSIDA, el 71% del gasto destinado a los servicios para el VIH para aquellas personas que consumen drogas está financiado por donantes externos.
Mientras que algunos países han realizado avances implementando propuestas basadas en estudios y que se basan en los derechos humanos, aún son muchos los que se han quedado atrás. Antes del la sesión ministerial de la Comisión de Estupefacientes, que tendrá comienzo el 14 de marzo de 2019 en Viena, Austria, ONUSIDA urge a los gobiernos a reexaminar y reorientar sus propuestas para la política en materia de drogas, y, a su vez, situar a las personas en el centro y vincular los derechos humanos a la salud pública.
ONUSIDA ha realizado una serie de recomendaciones para que los países puedan adoptarlos y que incluyen:
- Implementar en su totalidad servicios para el VIH y para la reducción de daños, incluyendo programas de intercambio de agujas y jeringuillas, terapias de sustitución de opiáceos, gestión de las sobredosis con naloxona y lugares destinados para un consumo seguro.
- Asegurar que todas las personas que consumen drogas tengan acceso a los servicios de prevención, pruebas y tratamientos que pueden salvar vidas contra el VIH, la tuberculosis, la hepatitis viral y las enfermedades de transmisión sexual.
- Despenalizar el consumo de drogas y la posesión para el consumo propio. En aquellos lugares donde las drogas siguen siendo ilegales, los países deben realizar una reforma y adaptar la legislación para asegurar que las personas que consumen drogas tengan acceso a la justicia, incluidos servicios legales, y que no se tengan que enfrentar a sanciones punitivas o coercitivas debido a la posesión para consumo propio.
- Tomar medidas para eliminar cualquier forma de estigma social y discriminación que experimentan las personas que consumen drogas.
- ONUSIDA también reivindica el compromiso total de la sociedad civil como una fuente primordial de información y a la hora de apoyar las movilizaciones, así como el de los servicios de defensa y comunitarios, especialmente en aquellos lugares donde las políticas y las prácticas represivas siguen estando presentes.
- Invertir en programas para los derechos humanos y en servicios sanitarios, incluido un paquete integral de servicios para el VIH y para la reducción de daños, respuestas comunitarias y facilitadores sociales.
Informe completo: Salud, derechos y droga: reducción de daños, despenalización y discriminación cero para las personas que consumen drogas.
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
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