Comunicado de prensa
Los informes de ONUSIDA muestran un progreso desigual hacia el objetivo para 2020 de reducir en un 75 % las muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH
22 marzo 201922 marzo 2019Cinco países lo consiguieron tres años antes de la fecha límite fijada para 2020 y 18 más est
Cinco países lo consiguieron tres años antes de la fecha límite fijada para 2020 y 18 más están en camino. Sin embargo, la mayor parte de los países se está quedando atrás y corre el riesgo de no conseguir plenamente este objetivo. ONUSIDA insta a los países a intensificar sus medidas.
GINEBRA, 22 marzo 2019—Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Tuberculosis, el 24 de marzo de 2019, ONUSIDA insta a los países a intensificar sus medidas para alcanzar el objetivo para 2020 de reducir en un 75 % las muertes por tuberculosis (TB) entre las personas que viven con el VIH, tal y como se indica en la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de las Naciones Unidas en 2016. Las cálculos de la Organización Mundial de la Salud señalan que, a escala mundial, se han reducido las muertes por esta enfermedad en un 42 % desde 2010, de 520 000 a 300 000 en 2017.
Las estadísticas revelan que, en torno a 2017, cinco países de ingresos bajos o medios lograron o, incluso, superaron el objetivo de reducir en un 75 % las muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH tres años antes de lo previsto: India (84 %), Eritrea (83 %), Djibouti (78 %), Malawi (78 %) y Togo (75 %). Otros 18 países redujeron las muertes en más de un 50 % y están en camino de alcanzar la meta para finales de 2020, siempre que se sigan ampliando los servicios ofrecidos. Sin embargo, los datos también indican que la mayoría de los países no están bien encaminados y que la mortalidad sigue aumentando en algunas regiones.
«La tuberculosis debería ser un enfermedad del pasado, ya que se lleva tratando y previniendo durante décadas. Los años en los que se ha descuidado en todo el mundo el derecho de las personas con pocos recursos a la atención sanitaria básica, a la alimentación y a la vivienda han propiciado que la tuberculosis se afiance», afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. «Sobre todo, las personas que viven con el VIH se encuentran en una situación de riesgo. Todavía hay posibilidades de que muchos países consigan este objetivo, pero tenemos que actuar ahora. Es el momento de acabar con la tuberculosis y el sida».
Alrededor de 40 países mostraron un aumento en el número de muertes por esta enfermedad en las personas que viven con el VIH entre 2010 y 2017. En Europa oriental y Asia central, las cifras crecieron un 22 % entre 2010 y 2017, ya que se registró un aumento en todos los países salvo en tres. En América Latina, este fue del 7 %. El estancamiento en algunos países es un claro indicio de que se requiere un mayor esfuerzo para abordar los principales desafíos, entre ellos la necesidad de equidad y de garantizar que los grupos vulnerables tengan acceso a servicios integrales para el VIH y la tuberculosis.
Para avanzar más rápidamente en la reducción de las muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH y alcanzar el objetivo para 2020, ONUSIDA insta a los países a que adopten plenamente los servicios relacionados y a que utilicen estrategias basadas en la comunidad para encontrar, diagnosticar y tratar nuevos casos. Los países deben realizar pruebas de detección de la tuberculosis a todas las personas seropositivas, así como todos los pacientes con tuberculosis han de someterse a las del VIH. También, es necesario mejorar la calidad del diagnóstico en ambos casos. En cuanto a la prevención, se están intensificando cada vez más los esfuerzos, especialmente en el caso de las personas con un riesgo elevado de infección. Además, todos los diagnosticados con TB y VIH necesitan acceso inmediato al tratamiento y apoyo para cumplir con las pautas de su tratamiento.
«Aunque el progreso es desigual, observamos que el objetivo es factible y que un gran número de países pueden conseguirlo si actúan con urgencia y utilizan estrategias de base comunitaria», afirmó Michel Sidibé. «No puedo dejar de insistir en la importancia de integrar los servicios para el VIH y la tuberculosis para que se pueda prevenir, examinar y tratar a las personas que sufren ambas enfermedades. Lo ideal sería que fuera en un lugar determinado, por el mismo trabajador sanitario y en el mismo día, ya que es una estrategia que salva muchas vidas».
Cuando faltan menos de dos años para alcanzar el objetivo, ONUSIDA insta a todos los países a que intensifiquen sus medidas y a sus socios a que colaboren para garantizar que todas las personas afectadas por el VIH y la tuberculosis tienen acceso a servicios eficaces de prevención y tratamiento.
La tuberculosis es la principal enfermedad infecciosa en todo el mundo y se cobra 4400 vidas al día. Continúa siendo la primera causa de muerte entre las personas que viven con el VIH, ya que una de cada tres muertes relacionadas con el sida se deben a esta enfermedad. En 2017, 1,6 millones de personas murieron de tuberculosis, entre ellas alrededor de 300 000 vivían con el VIH.
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
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