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Ningún método o enfoque de prevención puede poner fin a la epidemia de VIH por sí solo. Diversos métodos e intervenciones han demostrado su efectividad a la hora de reducir el riesgo de infección por el VIH y aumentar la protección ante el mismo, incluyendo los preservativos masculinos y femeninos, el uso de medicamentos antirretrovíricos como profilaxis previa a la exposición (PPrE), la circuncisión médica masculina voluntaria (CMMV), las intervenciones para cambiar las conductas en aras de reducir el número de parejas sexuales, el uso de agujas y jeringas esterilizadas, la terapia de sustitución de opiáceos (por ejemplo, con metadona) y el tratamiento de las personas que viven con el VIH para reducir la carga vírica y evitar la transmisión.

Pese a la creciente variedad de herramientas y de métodos efectivos de prevención del VIH, y del incremento generalizado del tratamiento del VIH en los últimos años, las nuevas infecciones entre adultos de todo el mundo no han descendido lo suficiente. El objetivo de la Declaración Política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016 es reducir las nuevas infecciones de los 1,8 millones de 2016 a menos de 500 000 para 2020.

Tres razones, estrechamente relacionadas, parecen estar detrás del fracaso de la puesta en marcha de programas efectivos a escala: la falta de compromiso político y, como resultado, la insuficiencia de las inversiones; las reticencias a abordar temas delicados relacionados con las necesidades y los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes y de los grupos de población clave, así como con la reducción del daño; y la ausencia de una puesta en marcha de la prevención sistemática, incluso allí donde el entorno político lo permite.

ONUSIDA pretende impulsar el liderazgo y la responsabilidad en la prevención mundial y nacional del VIH y fomentar la adopción de la acción acelerada en la puesta en marcha de programas de prevención del VIH eficaces a nivel de país facilitando orientación sobre enfoques eficaces para conseguir los objetivos de prevención recogidos en la Declaración Política de 2016, entre los que se incluyen garantizar el acceso a opciones de prevención combinada, incluyendo preservativos, PPrE, reducción del daño y CMMV, para al menos el 90% de las personas en riesgo para 2020, especialmente para las jóvenes y adolescentes en países con alta prevalencia y para los grupos de población clave, posibilitar la PPrE a 3 millones de personas en alto riesgo, conseguir que 25 millones de hombres se practiquen la CMMV y hacer llegar 20 000 millones de preservativos a los países con rentas bajas y medias. 

El Director ejecutivo de ONUSIDA ha hecho un llamamiento por el establecimiento de una coalición mundial para la prevención y de una hoja de ruta hacia el 2020. Los objetivos de esa coalición para alcanzar los objetivos y compromisos de prevención de la Declaración Política de 2016 son: crear una plataforma en la que los responsables de las políticas, los directores de los programas y la sociedad civil puedan fortalecer su compromiso político; definir los pasos fundamentales y los objetivos que garanticen que la ampliación de los programas de prevención, en el contexto de la prevención mundial, sean eficaces; y fomentar una mayor responsabilidad de las partes interesadas, así como reforzar el apoyo técnico de los programas de prevención del VIH.

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