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Reunión del Comité de Organizaciones Copatrocinadoras de ONUSIDA

06 Abril 2009

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(de izquierda a derecha): Joy Phumaphi, vice presidente y jefe de la Human Development Network, Banco Mundial; Arnauld Akodjenou, Directeur, División de Operaciones, ACNUR; Josette Sheeran, directora ejecutiva, PAM; Anarfi Asamoa-Baah, director general adjunto, OMS; Assane Diop, director ejecutivo, Sector Protección Social, OIT; Koichiro Matsuura, director general, UNESCO; Ad Melkert, Administrador ad-interim, PNUD; Ann M. Veneman, directora ejecutiva, UNICEF; Michel Sidibé, director ejecutivo, ONUSIDA; Thoraya Ahmed Obaid, director ejecutiva, UNFPA; Antonio Maria Costa, director ejecutivo, ONUDD. Paris, 3 de abril de 2009

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) reúne los esfuerzos y recursos de diez organizaciones de las Naciones Unidas para la respuesta mundial al sida. El Comité de Organizaciones Copatrocinadores de ONUSIDA (COC) sirve de foro para que estos copatrocinadores se reúnan regularmente con el fin de examinar temas de gran importancia para ONUSIDA e incorporar las aportaciones de estas organizaciones a las políticas y estrategias de ONUSIDA.

El 3 de abril de 2009 el COC celebró su primera reunión desde que Michel Sidibé fuera nombrado director ejecutivo de ONUSIDA.

El COC expresó su apoyo incondicional al “acceso universal”, un aspecto que Sidibé ha señalado como prioridad absoluta para ONUSIDA, así como a las otras áreas de atención prioritarias que se establecerán en el nuevo marco de resultado que los copatrocinadores están finalizando actualmente.

La reunión fue una oportunidad excelente para intercambiar ideas sobre cómo ayudar a los países a alcanzar sus objetivos de acceso universal. Todos aceptaron la necesidad de que ONUSIDA luche por una respuesta al sida basada en pruebas y en el respeto a los derechos humanos. La misma importancia tiene tomar responsabilidades y obtener resultados.

La COC también adoptó las orientaciones generales del Plan de trabajo y el presupuesto unificado para 2010-2011, incluidas las prioridades y la asignación de recursos entre los copatrocinadores, la Secretaría y las actividades interinstitucionales. La Secretaría trabajará ahora con los coordinadores mundiales de los copatrocinadores con el fin de finalizar el Plan de trabajo y el presupuesto unificado para la reunión de la Junta Coordinadora del Programa de junio de 2009.

Comité de Organizaciones Copatrocinadoras de ONUSIDA (COC)

El COC está compuesto por representantes de los diez copatrocinadores y la Secretaría de ONUSIDA. Su presidencia se designa por rotación cada 1 de julio y se reúne dos veces al año.

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El consumo de drogas inyectables y el VIH: Entrevista con el Jefe del equipo de Prevención, Atención y Apoyo de ONUSIDA

12 Marzo 2009

La Comisión de Estupefacientes se reunirá del 11 al 20 de marzo de 2009 en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena para celebrar su 52º periodo de sesiones. En esta ocasión, los gobiernos evaluarán qué avances se han conseguido en relación con los objetivos definidos en el periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el uso de drogas ilícitas.

En esta entrevista, Michael Bartos, jefe del equipo de Prevención, Atención y Apoyo de ONUSIDA, comparte su opinión sobre los progresos de la Comisión a la hora de abordar la relación entre las drogas inyectables y el VIH.

El 52º periodo de sesiones de la Comisión de estupefacientes se celebra 11 años después del histórico periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el uso de drogas ilícitas de 1998. ¿En qué punto nos encontramos actualmente en lo que respecta a la relación entre el VIH y el consumo de drogas?

El periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes que se celebra este año en Viena se realiza tras diez años (más uno de reflexión) desde que tuviera lugar el periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el uso de drogas ilícitas en 1998. La Comisión, y su segmento ministerial de alto nivel, evaluarán los progresos conseguidos desde 1998, cuál es la situación actual, y qué pasos hay que dar en la respuesta al problema mundial de las drogas.

El VIH es solo uno de los muchos elementos que conforman este problema internacional. En la Comisión de Estupefacientes esta cuestión se considera dentro del contexto de "reducción de la demanda", en la que los miembros evaluarán cómo hacer frente tanto al daño directo resultante del consumo de drogas, como a otros daños asociados, entre los que se incluye el VIH.

"Ahora conocemos perfectamente la relación entre el VIH y el consumo de drogas inyectables, y sabemos que hay de eliminar este nexo si realmente tenemos la esperanza de tener bajo control la epidemia del VIH en muchas partes del mundo."

Michael Bartos, jefe del equipo de Prevención, Atención y Apoyo de ONUSIDA

Desde 1998, somos mucho más conscientes de la interrelación entre la naturaleza de las epidemias del consumo de drogas y del VIH. En 1998 ya éramos capaces de percibir hasta qué punto el VIH se transmitía entre los usuarios de drogas inyectables, y éramos conscientes del hecho de que el consumo de drogas era una de las principales vías de propagación del VIH a través de diferentes países. Sin embargo, en ese momento, no percibíamos completamente la magnitud del problema. Por ejemplo, la epidemia del VIH en Rusia, que se propaga principalmente mediante el consumo de drogas inyectables, contaba con muy pocos casos de infección antes de los años 90. Actualmente Rusia tiene un millón de casos de VIH. La realidad es que la década de los 90 experimentó un crecimiento exponencial del VIH entre los usuarios de drogas inyectables en Rusia y en muchos otros países.

Por ello, ahora conocemos perfectamente la relación entre el VIH y el consumo de drogas inyectables, y sabemos que hay de eliminar este nexo si realmente tenemos la esperanza de tener bajo control la epidemia del VIH en muchas partes del mundo.

¿Cuáles son algunos de los principales retos al responder al problema del VIH y el consumo de drogas?

Hay varios retos que se plantean al intentar abordar adecuadamente el problema del VIH entre los usuarios de drogas inyectables. El primero es que en muchos países el uso de drogas inyectables o de otro tipo es ilegal. Por ello estos comportamientos y las formas en las que se controlan recaen bajo la autoridad de la policía.

Esto es importante en relación con el VIH ya que las estrategias de prevención más efectivas son aquellas que incluyen a las personas más afectadas. A los usuarios de drogas inyectables les ha resultado muy complicado reclamar que pueden, y de hecho deben, formar parte de la solución al sida y no ser solo considerados parte del problema, ni recluidos en cárceles o en campos de tratamiento.

Los usuarios de drogas inyectables pueden verse excluidos de la mayoría de las respuestas sociales, incluidas las del VIH. Un reto importante es conseguir que lpuedan acceder a los servicios del VIH y ayudar a las organizaciones a facilitar diversos servicios, incluidos los del VIH, a estas personas.

¿Pueden trabajar conjuntamente las fuerzas del orden y las organizaciones para el sida?

En aquellas ocasiones en las que las fuerzas del orden y los usuarios de drogas inyectables han encontrado una causa común para colaborar y abordar los daños asociados con el consumo de este tipo de sustancias se han conseguido algunos logros significativos. Debemos centrarnos en una cuestión: de qué manera un control policial positivo puede ayudar en la respuesta al sida.

¿Qué va a resaltar ONUSIDA ante la Comisión de Estupefacientes?

ONUSIDA pretende llamar la atención de la Comisión sobre la magnitud del problema. Prácticamente no hay ningún país en el mundo en el que no haya ninguna persona que consuma drogas inyectables. Las últimas cifras, recopiladas bajo los auspicios del grupo de referencia del sistema de las Naciones Unidas sobre el consumo de drogas inyectables, muestran que de los cerca de 16 millones de usuarios de drogas inyectables de todo el mundo, unos 3 millones viven con el VIH. Conforman una proporción considerable de la epidemia mundial del VIH. De hecho, el 30% de la epidemia mundial del sida fuera de África subsahariana se concentra en los usuarios de drogas inyectables.

"Muchos usuarios de drogas inyectables son excluidos de los programas de tratamiento del VIH porque aquellos que los dirigen asumen que los consumidores de drogas no podrán seguir el tratamiento con regularidad."

Michael Bartos, jefe del equipo de Prevención, Atención y Apoyo de ONUSIDA

Pero aun más importante que resaltar la amplitud del problema es prestar más atención a la magnitud de la respuesta que se necesita. Diversos países de todo el mundo están luchando para que se apliquen integralmente servicios de reducción del daño para hacer frente al VIH entre usuarios de drogas inyectables.

Estos servicios incluyen el acceso a la terapia de sustitución con opiáceos como la metadona o la buprenorfina para que los consumidores reciban una ayuda que les permita afrontar su adicción. Otros servicios incluyen el acceso a medicamentos, a servicios de salud sexual, preservativos o terapia antirretrovírica para aquellos que la necesiten.

Muchos usuarios de drogas inyectables son excluidos de los programas de tratamiento del VIH porque aquellos que los dirigen asumen que los consumidores de drogas no podrán seguir el tratamiento con regularidad.

Se ha demostrado que los servicios de intercambio de agujas y jeringas son efectivos a la hora de garantizar que los usuarios de drogas inyectables no compartan equipos contaminados, que es una de las principales vías de propagación del virus.

Diversos países están ampliando el acceso a estos servicios integrales. En algunos países, como Indonesia, el trabajo que se ha realizado es impresionante. Malasia se ha comprometido a abordar estas cuestiones entre su población. China ha abordado muy seriamente la manera en la que puede ampliar por completo los servicios relacionados con el VIH y el consumo de drogas inyectables. Lo mismo se puede decir de muchas partes de la India, y Bangladesh también ha adoptado compromisos sorprendentes. Como vemos, se han conseguido grandes progresos especialmente en Asia oriental y meridional. También en Europa oriental y Asia central se ha demostrado que las respuestas nacionales al VIH más efectivas entre los usuarios de drogas inyectables son las que pretenden facilitar estos servicios a gran escala.

¿Espera que la Comisión de Estupefacientes haga algún progreso en lo que respecta a la reducción del daño en este periodo de sesiones? ¿Qué hay que hacer, políticamente, para que se incluya la reducción del daño en la agenda de los Estados miembro?

"Ha sido realmente difícil para muchos países de todo el mundo establecer el equilibrio adecuado (o llegar a un acuerdo sobre cómo equilibrarlo) entre la voluntad de impedir que las personas consuman drogas y de reducir al mismo tiempo los daños asociados a este consumo."

Michael Bartos, jefe del equipo de Prevención, Atención y Apoyo de ONUSIDA

La Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA, adoptada en el Periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA en 2001 adopta un compromiso claro con diversos enfoques de reducción del daño, un aspecto refrendado en Declaración política sobre el sida adoptada por la Asamblea General en 2006. Sin embargo, la frase “reducción del daño" en el contexto de "la lucha contra las drogas" que se refleja en la Comisión de Estupefacientes sigue siendo un término polémico.

A parte de una cuestión de terminología, la reducción del daño también se debate desde un nivel sustantivo. Ha sido realmente difícil para muchos países de todo el mundo establecer el equilibrio adecuado (o llegar a un acuerdo sobre cómo equilibrarlo) entre la voluntad de impedir que las personas consuman drogas y de reducir al mismo tiempo los daños asociados a este consumo.

En mi opinión, existe un sentimiento general de que un enfoque de salud pública, de reducción del daño, es la perspectiva más destacada en el discurso global. Sin embargo, esta cuestión todavía no ha encontrado su expresión en las políticas de diversos países.

Nos encontramos en una situación en la que en muchos países las autoridades nacionales que se ocupan del consumo de drogas y del VIH no suelen ni siquiera saber que están haciendo las autoridades de salud nacional y sida en relación con la respuesta a este virus entre los usuarios de drogas inyectables.

Una de las prioridades de ONUSIDA, junto con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que es nuestro principal copatrocinador en estas cuestiones, es reunir realmente a las autoridades encargadas de luchar contra las drogas, a las autoridades del sida y a las de las cárceles, para que hablen sobre las estrategias que están adoptando e identificar conjuntamente qué obstáculos impiden que se desarrollen estrategias efectivas para solventar estos problemas en entornos tales como las prisiones o en relación con las patrullas policiales o con los servicios del VIH u otros servicios sanitarios.

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OPINIÓN: El silencio acerca de la reducción del daño no es una opción

11 Marzo 2009

Methadone
En la actualidad, de los 16 millones estimados de personas que se inyectan drogas en el mundo entero, tres millones son VIH-positivas. Cualquier análisis sobre la cuestión de las dogas no puede pasar por alto las necesidades y los derechos humanos de las personas que las consumen.
Photo: ONUSIDA

En 1998, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró un periodo especial de sesiones sobre el problema mundial de las drogas. En aquellos momentos prácticamente no se debatía la relación entre el VIH y las drogas. En la actualidad, de los 16 millones estimados de personas que se inyectan drogas en el mundo entero, tres millones son VIH-positivas. Cualquier análisis sobre la cuestión de las dogas no puede pasar por alto las necesidades y los derechos humanos de las personas que las consumen.
Con el paso del tiempo, el problema del VIH y el consumo de drogas (particularmente  de drogas inyectables) se ha agravado. A pesar de ello, la respuesta mundial no ha seguido la constatación científica y la reducción del daño no se ha tenido prácticamente en cuenta. 

Los programas de reducción del daño incluyen el acceso a equipo de inyección estéril, terapias de sustitución con opioides, distribución de preservativos, tratamiento de las infecciones de transmisión sexual, información sobre la transmisión sexual del VIH y actividades de divulgación basadas en la comunidad. Estos son los medios más eficaces en función del costo para reducir los comportamientos de riesgo relacionados con el VIH. No solo previenen la transmisión del VIH, sino también la de la hepatitis C y otros virus transmitidos por la sangre.


La palabra “solo” no ha dado resultado para los programas de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH. Y los datos ponen de manifiesto que los programas que “solo” se centran en un área del consumo de drogas tampoco funcionarán.

 

Con demasiada frecuencia los países han adoptado el enfoque unidimensional de reducir la demanda o el suministro de drogas. La palabra “solo” no ha dado resultado para los programas de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH. Y los datos ponen de manifiesto que los programas que “solo” se centran en un área del consumo de drogas tampoco funcionarán.

Los países que han adoptado un planteamiento integral del VIH y el consumo de drogas han observado una ralentización y un retroceso en la propagación del VIH entre las personas que se inyectan drogas. Entre esos países figuran Australia, Reino Unido, Francia, Italia, España y Brasil, y algunas ciudades en Bangladesh, la Federación de Rusia y Ucrania. En años recientes, países como Indonesia y China han ampliado el acceso a los programas de reducción del daño destinados a los consumidores de drogas inyectables.
No se han observado pruebas de consecuencias negativas no deliberadas tales como unos mayores inicio, duración o frecuencia del consumo de drogas inyectables. Al contrario, se ha puesto de manifiesto que los países que han adoptado este enfoque de salud pública para prevenir la transmisión del VIH entre las personas que se inyectan drogas han obtenido resultados más satisfactorios en hacer retroceder la epidemia de VIH.

En contraposición con los claros efectos positivos de la reducción del daño, los enfoques basados solamente en hacer cumplir la ley contribuyen escasamente a reducir el consumo de drogas y los delitos relacionados con las drogas, y a menudo están asociados con abusos graves de los derechos humanos y unos niveles deficientes de salud entre las personas que se inyectan drogas. Esos enfoques incluyen las detenciones arbitrarias y prolongadas, los registros obligatorios de drogas y el uso injustificado de la fuerza y el acoso por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. La legislación relativa a las drogas puede tipificar como delito la posesión y distribución de agujas y jeringas estériles, y los sustitutos de los opioides pueden ser considerados como ilícitos a pesar de que la metadona y la buprenorfina figuran en la lista modelo de medicamentos esenciales de la OMS.


No debería considerarse un delito acceder a agujas estériles. No debería considerarse un delito accede a la terapia de sustitución.

 

Estas medidas refuerzan el estigma contra las personas que se inyectan drogas, disuaden de acceder a los servicios (incluidos los tratamientos para la drogodependencia o el VIH) y pueden hacer que los profesionales de la salud y la asistencia social se resistan a ofrecer servicios a dichas personas. Pero cuando los esfuerzos para hacer cumplir la ley y las iniciativas de salud pública coinciden, los resultados son muy satisfactorios: por ejemplo, en Gran Bretaña y Australia, donde los grupos de acción de la policía que trabajan en el área de las drogas se centran en luchar contra el crimen y derivan con éxito a los usuarios de drogas a los servicios de salud y bienestar social. Ha llegado el momento de ir juntos, y no de trabajar descoordinados los unos contra los otros.

No debería considerarse un delito acceder a agujas estériles. No debería considerarse un delito accede a la terapia de sustitución. El problema mundial de las drogas es complejo y no se puede resolver de forma aislada. Se necesita urgentemente que las organizaciones que trabajan en la,lucha contra las drogas y el sida estrechen su colaboración. Si trabajamos juntos, el mundo tendrá más posibilidades de poner en práctica soluciones que salvan vidas.

Las cifras más elevadas de personas VIH-positivas que se inyectan drogas corresponden a Europa oriental, Asia meridional y sudoriental, y América Latina. Se estima que la prevalencia del VIH entre algunos grupos en esas regiones excede del 40%. En África subsahariana también están emergiendo nuevas epidemias de consumo de drogas inyectables. Una vez que ha alcanzado a la población que se inyecta drogas, el VIH puede propagarse sumamente deprisa. En algunos lugares, en un año se ha observado un aumento en la prevalencia del VIH del 5% al 50% entre personas que se inyectan drogas, y el VIH también se puede propagar de las personas que se inyectan drogas a sus parejas sexuales y a otras poblaciones con alto riesgo de exposición al VIH. 

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ICASA 2008: El VIH en el entorno carcelario

06 Diciembre 2008

20081205_prison2_200.jpg(de izquierda) Sylvie Bertrand, coordinadora regional del programa de ONUDD sobre el VIH y sida en entorno carcelario en África meridional; Dr. Johnson Byabashaija, comisario general de los servicios carcelarios de Uganda
Fotografía: ONUSIDA/Mamadou Gomis

“Si no tomamos medidas adecuadas para prevenir la infección por el VIH en las cárceles, los reclusos serán siempre vulnerables a la enfermedad", afirmó Gallo Diop, antiguo recluso senegalés y defensor de la respuesta al sida.

Diop fue uno de los oradores que participó el viernes 5 de diciembre en la sesión organizada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) titulada "Prevención, atención, tratamiento y apoyo relacionados con el VIH y el sida en los establecimientos penitenciarios".

Subrayó que el movimiento de personas que entran y salen de las cárceles también está contribuyendo a la propagación del virus fuera de las prisiones.

Los participantes analizaron la repercusión que el VIH está teniendo en las cárceles africanas, y coincidieron en que abordar el problema del virus en las prisiones es un componente esencial de cualquier respuesta efectiva al sida.

Los participantes señalaron que las cárceles que tienen demasiados reclusos, instalaciones deficientes y condiciones sanitarias inadecuadas, junto con la carencia de servicios de prevención del VIH, atención sanitaria y una nutrición adecuada, están contribuyendo a la propagación del virus. También identificaron la necesidad de disponer de más datos e investigaciones que identifiquen la naturaleza y las pautas de los comportamientos de riesgo.

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Brian Tkachuk, asesor regional de ONUDD para el VIH y sida en los entornos carcelarios en África
Fotografía: ONUSIDA/Mamadou Gomis

“Todavía no se conoce adecuadamente la magnitud de la epidemia en las cárceles africanas y su efecto multiplicador en el resto de la población de la región", afirmó durante su presentación Brian Tkachuk, asesor regional sobre el VIH y el sida en las cárceles de la UNODD.

Para mitigar el impacto del VIH en los establecimientos penitenciarios, Tkachuk señaló la necesidad de concienciar a los reclusos sobre el VIH, promover la educación inter pares y facilitar el acceso a las intervenciones de prevención, como la disponibilidad de preservativos, de agujas seguras para realizar tatuajes, de material de inyección, así como que los reclusos puedan recibir visitas privadas de sus parejas. También aludió a la necesidad de ofrecer tratamiento del VIH y una alimentación adecuada a los reclusos seropostivos.

Tkachuk señaló que “la situación del VIH en las cárceles sigue siendo un área completamente olvidada a la que hay que prestar una atención inmediata", y solicitó que se incluyera esta cuestión en las respuetas nacionales al sida.

"No se puede progresar en la lucha contra el sida en las cárceles si no se cuenta con un compromiso político total", afirmó el Dr. Johnson Byabashaija, comisario general del servicio de cárceles de Uganda, enfatizando al mismo tiempo que se deben establecer sistemas de gestión de información sólidos para recopilar datos cualitativos que ayuden a desarrollar programas de prevención del VIH y de sensibilización en los entornos penitenciarios.

ICASA 2008: El VIH en el entorno carcelario

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Marcando la diferencia: ONUSIDA en el Irán

13 Mayo 2008

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HamidReza Setayesh es el coordinador de
ONUSIDA en el Irán.

HamidReza Satayesh obtuvo el puesto de coordinador de ONUSIDA en el momento en el que se estableció la delegación de ONUSIDA en el Irán, en marzo de 2005. Al igual que la mayoría de quienes tienen su mismo puesto en otros países, la coordinación de la respuesta nacional de las Naciones Unidas al sida le ocupa todo su tiempo. En el Irán, 13 delegaciones de las Naciones Unidas conforman el Equipo conjunto de las Naciones Unidas sobre el sida, que él preside. Además, la delegación de ONUSIDA también proporciona apoyo técnico al gobierno y a las organizaciones no gubernamentales (ONGs), puesto que, no en vano, se lo considera un socio fiable y de confianza.

“Nuestro mayor logro ha sido la armonización de la respuesta de las Naciones Unidas al sida”, afirma Setayesh. “Fuimos capaces de avanzar y estoy muy satisfecho de ello.” Otros logros importantes en estos tres años en su cargo están relacionados con la mejora de la información estratégica, área en la que el país carece de la suficiente capacidad. ONUSIDA ha ayudado al gobierno en el diseño de pequeños estudios que proporcionen los datos para llevar a cabo las intervenciones de manera satisfactoria.

El principal factor que está estimulando la expansión de la epidemia en el Irán es el uso de equipos de inyección infectados por parte de los consumidores de drogas, al igual que la transmisión sexual. En consecuencia, el trabajo del Equipo conjunto de las Naciones Unidas sobre el sida se centra en el consumo de drogas inyectables: "Nuestra prioridad es ayudar a que el gobierno destine recursos para paliar los daños", afirma Setayesh. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), existen en la actualidad 200.000 usuarios de drogas inyectables en el Irán, de los cuales una proporción considerable utiliza el “crack”, que es una forma cristalizada de la heroína.

El trabajo ha dado sus frutos, y ahora el gobierno iraní mantiene una de las políticas más progresistas de reducción del daño que se recuerda en un país en desarrollo. Hay más de 20.000 usuarios de drogas en el programa gubernamental de tratamiento de mantenimiento con metadona, que se inició hace tres años. Se han llevado a cabo importantes reformas que han ayudado al éxito de este programa: aunque el consumo de drogas es un delito, a las personas que se encuentran el tratamiento de desintoxicación no se les considera delincuentes. “Incluso los programas de intercambio de agujas y jeringas pueden considerarse tratamientos, lo que es un gran logro y un paso adelante para acabar con el estigma y facilitar los servicios a los usuarios de drogas inyectables", resalta Setayesh. Según los estudios disponibles más recientes, más del 90 por ciento de los usuarios de drogas de Teherán ha usado agujas limpias en su última inyección.

Hace dos años, el programa para el tratamiento de la droga se extendió a las cárceles en los lugares donde la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) era el principal asociado. “Se ha hecho mucho, pero todavía se puede mejorar”, dice Setayesh. “Los sistemas penitenciarios están intentando introducir tanto los preservativos como el intercambio de agujas, pero es difícil que los prisioneros los usen y, además, se precisaría una reforma que permita ampliar los servicios en las prisiones.”

Sin embargo, el Irán está pasando de tener una epidemia de VIH concentrada en los usuarios de drogas inyectables a una situación más generalizada: esta ya afecta a los compañeros y esposas de los hombres que se inyectan drogas y los antiguos reos. Aunque la reacción entre estos grupos de población clave ha sido notable y progresiva, la respuesta del país hacia otros grupos que asumen comportamientos de riesgo, como los profesionales del sexo o los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, no ha sido suficiente. La homosexualidad constituye un tema delicado en el Irán, y la prestación de servicios a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres presenta un gran desafío para ONUSIDA, que es el principal programa de las Naciones Unidas en esta región.

Al igual que en otros países, en el Irán, el estigma constituye el principal obstáculo en la respuesta al sida. “Esto se da a diferentes niveles”, dice Setayesh, “y aunque tenemos el apoyo de las comunidades, conseguir el del gobierno y el de los asociados es todavía un reto.”

También está resultando difícil encontrar financiación para nuevas ideas que vayan surgiendo para hacer frente al estigma. “Aunque el gobierno está comprometido, ya gasta mucho dinero en los programas sustitutivos con metadona y en la reducción del daño. Si quieres trabajar con otros grupos, el gobierno está menos interesado y además no se encuenntran donantes que apoyen la iniciativa", afirma Setayesh. “Ni la radio ni la televisión están interesados en afrontar abiertamente la cuestión del estigma, particularmente en lo referido a la transmisión sexual. Para ellas, les resultan mejor las drogas.”

El Equipo conjunto de las Naciones Unidas ha trabajado en la identificación de las principales causas del estigma y poner en marcha un nuevo enfoque para luchar contra él. El Equipo se ha puesto en contacto con aquellos líderes religiosos más importantes que apoyan el principio de que no se debe discriminar a las personas que vivan con el VIH y que se deben destinar recursos públicos para mejorar su salud. “Esto ha ayudado a que las personas que viven con el VIH se expresen y a ponerle un rostro al virus”. Además, el Programa nacional sobre el sida está elaborando
una nueva estrategia, llamada "Prevención Positiva", que cuenta con el apoyo de ONUSIDA y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Setayesh se muestra optimista con respecto a las perspectivas de la respuesta al VIH en Irán. “Creo que todo es posible en este país”, dice. “Es muy progresista en muchos sentidos, y el trabajo del gobierno se basa en la evidencia. Esto nos brinda una gran oportunidad para convencer a los responsables de formular políticas que hagan más por la salud pública". Con estas posturas, Setayesh cree que sería posible acabar con la epidemia. Ya hay evidencia de que los programas sustitutivos con metadona están surtiendo efecto, al disminuir la prevalencia en las prisiones. “Esperamos ver resultados en el plazo de dos años" afirma. “Además, todo ello va a afectar considerablemente a la comunidad de fuera debido a los a los vínculos existentes entre drogas y el comercio sexual. De modo que se trata de una oportunidad de oro bien aprovechada, y espero que así siga."

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51º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes

11 Marzo 2008

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Oficina de las Naciones Unidas contra la
droga y el delito (ONUDD)

La Comisión de Estupefacientes se reunió con motivo de su 51º periodo de sesiones en Viena, del 10 al 14 de marzo de 2008. Los gobiernos asistentes valoraron los progresos realizados hasta el momento para alcanzar los objetivos que se fijaron en 1998, dentro del periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General (UNGASS) sobre el uso de drogas ilícitas.

Durante este 51º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, ONUSIDA emitió una declaración que reivindicaba más inversiones y acciones programáticas para proteger los derechos humanos de los consumidores de drogas y para facilicitarles el acceso a la prevención, al tratamiento y al apoyo relacionados con el VIH. Leer la declaración de ONUSIDA (en inglés).

Las conclusiones extraídas en Viena, junto con la identificación de necesidades y prioridades para las nuevas políticas y acciones que se llevarán a cabo a partir de 2009, formarán parte de un informe elaborado especialmente para el UNGASS de 2009.

Monitorización de los resultados del periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el problema mundial de las drogas (UNGASS - 1998)

Durante el periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el uso de drogas ilícitas (UNGASS-1998), los estados miembros adoptaron una declaración política que recogía sus ambiciones y las acciones que llevarían a cabo durante la siguiente década para atajar el problema. Entre otras cosas, la declaración instaba a los gobiernos participantes a "conseguir resultados significativos y medibles en la reducción de la demanda de drogas para 2008".

Las Naciones Unidas han iniciado un proceso de evaluación que estudiará los resultados de los esfuerzos internacionales por combatir el uso de drogas ilícitas y que revisará las convenciones internacionales sobre estupefacientes. Este proceso culminará en 2009 con un periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General (UNGASS) que tendrá lugar en Nueva York.

51º periodo de sesiones de la Comisión de Estupef

Documents

Informe anual del ONUSIDA 2007

En muchos aspectos, 2007 fue un año de consolidación: un año para construir sobre los logros pasados y centrarse en la obtención de mejores resultados para un mayor número de personas. Durante el año, el Comité de Organizaciones Copatrocinadoras, que actúa como comité permanente de los 10 copatrocinadores del ONUSIDA, estuvo presidido por el Programa Mundial de Alimentos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Deseo agradecer a ambas organizaciones su liderazgo. El principal objetivo del Programa Conjunto en 2007 fue apoyar los esfuerzos de los países para llevar a cabo los compromisos que habían asumido en 2006, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, de avanzar progresivamente hacia el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

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Informe anual del ONUSIDA 2007

En muchos aspectos, 2007 fue un año de consolidación: un año para construir sobre los logros pasados y centrarse en la obtención de mejores resultados para un mayor número de personas. Durante el año, el Comité de Organizaciones Copatrocinadoras, que actúa como comité permanente de los 10 copatrocinadores del ONUSIDA, estuvo presidido por el Programa Mundial de Alimentos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Deseo agradecer a ambas organizaciones su liderazgo. El principal objetivo del Programa Conjunto en 2007 fue apoyar los esfuerzos de los países para llevar a cabo los compromisos que habían asumido en 2006, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, de avanzar progresivamente hacia el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

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