Reportaje

Informe sobre Desarrollo Humano 2011: los avances en salud y desarrollo bajo amenaza por la falta de equidad y sostenibilidad

02 de noviembre de 2011

La comprensión de la conexión entre sostenibilidad y equidad es fundamental, dice el Informe sobre Desarrollo Humano 2011

El progreso realizado en salud y desarrollo en los países más pobres está en grave peligro si el mundo no hace un esfuerzo conjunto por reducir las desigualdades, proteger el medioambiente y promover la sostenibilidad. Esta es la firme advertencia que contiene el Informe sobre Desarrollo Humano 2011, presentando el miércoles por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sostenibilidad y equidad: un mejor futuro para todos explora con gran detalle la relación entre salud, educación, renta, desigualdades de género, sostenibilidad y desigualdades sociales. No se puede lograr un progreso significativo en ninguna de estas áreas sin progresar en el resto. Si no se alcanzan estas metas, los países menos desarrollados podrían alejarse significativamente de los patrones mundiales de desarrollo para el 2050. Las ideas expresadas en el documento tienen en gran medida la intención de servir de tema clave de debate antes de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 2012 (Rio+20).

Como afirma la administradora del PNUD, Helen Clark, en el prólogo del informe, la comprensión de la conexión entre sostenibilidad y equidad es fundamental, “si queremos ampliar las libertades humanas a las generaciones actual y futura”. Añade: “El notable progreso en el desarrollo humano de las últimas décadas no podrá continuar sin medidas valientes a nivel mundial para reducir tanto los riesgos medioambientales como las desigualdades”.

Según el Informe sobre Desarrollo Humano, las sostenibilidad no solo concierne al medioambiente sino también a la forma en la que elegimos vivir nuestras vidas, con la conciencia absoluta de que nuestras acciones tendrán, potencialmente, consecuencias importantes para las generaciones venideras. 

En Un mejor futuro para todos se señala que aunque la mayoría de las personas del mundo disfrutan ahora de una mayor salud y longevidad, el África subsahariana no ha visto disminuir de la misma manera la desigualdad en el área de la salud. Este es el caso especialmente de África meridional, que todavía está soportando la dureza de la epidemia de VIH con una prevalencia en adultos por encima del 15 por ciento en el caso de algunos países. El informe resalta la necesidad de atender las desigualdades sociales, educativas y de género para tener éxito en la respuesta a la epidemia de sida.

El notable progreso en el desarrollo humano de las últimas décadas no podrá continuar sin medidas valientes a nivel mundial para reducir tanto los riesgos medioambientales como las desigualdades.

Helen Clark, administradora del PNUD

También se muestra en el informe que las desigualdades de género, evidenciadas por la falta de acceso a productos y servicios de salud reproductiva para muchas mujeres del mundo, tienen un profundo efecto en la salud, las sostenibilidad ambiental y la pobreza.

La expansión de los derechos a la salud reproductiva, la atención sanitaria y el acceso a anticonceptivos no solo tendrá un efecto beneficioso en las mujeres y en sus familias individualmente sino que podría tener un importante efecto en la ralentización del crecimiento de la población mundial. Según el informe, unos 215 millones de mujeres en los países en desarrollo no tienen cubiertas sus necesidades de planificación familiar. Sin embargo, en todos los países donde se han cubierto estas necesidades y las mujeres cuentan con diversas opciones reproductivas, las tasas de fertilidad están en niveles de remplazo o incluso por debajo.

El informe concluye que es posible poner en marcha programas que tengan un impacto sobre la sostenibilidad y la equidad, con beneficios tanto para las personas menos favorecidas como para el propio medioambiente. Estos programas tienen la sostenibilidad y la igualdad grabadas en la política y el diseño de los programas y reservan un espacio importante para las voces de aquellos más profundamente afectados.

El PNUD encarga este informe cada año a la oficina independiente editorialmente Human Development Reports desde 1990, cuando su Índice de Desarrollo Humano (IDH), una medida agregada de la salud, la educación y el nivel de renta, puso en tela de juicio por primera vez la medición puramente económica de los logros nacionales e hizo un llamamiento para hacer un seguimiento armonizado del progreso mundial de los niveles de vida generales.