Reportaje

Concienciación sobre el VIH entre los jóvenes de los pueblos indígenas de Panamá

21 de diciembre de 2015

Israel es el líder de la comunidad indígena de Veracruz, en la ciudad de Panamá. Se le diagnosticó el VIH hace 7 años, cuando tenía 24. En ese momento, Israel no sabía nada sobre el VIH. "Pensé que moriría poco después y que no vería crecer a mis hijos", afirmó.

Israel buscó ayuda y empezó a participar en las organizaciones civiles locales que luchan para mejorar la salud sexual y reproductiva de los jóvenes y para fomentar los derechos humanos de las poblaciones clave. Se convirtió en un miembro activo de Génesis+ Panamá, llevando la voz de los pueblos indígenas a la organización.

"La juventud indígena sigue encontrando importantes obstáculos para acceder a una educación y a servicios integrales en materia sexual en nuestro idioma y adaptados a nuestras prácticas y modelo de bienestar", declaró Israel. "Es una oportunidad perdida, puesto que nuestras comunidades pueden contribuir a la respuesta al VIH y al desarrollo de nuestra sociedad".

Entre las poblaciones indígenas el VIH es un problema de salud pública reciente, como muestran los datos de que los pueblos indígenas son especialmente vulnerables al VIH. El gobierno indica que los pueblos indígenas tienen escasos conocimientos sobre el modo de transmisión del VIH, presentan actitudes negativas hacia las personas que viven con el VIH y bajas tasas de realización de las pruebas del VIH. En un informe sobre los derechos de los pueblos indígenas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe descubrió que una mayor cantidad de chicas indígenas comienzan su actividad sexual antes de los 15 años en comparación con sus homólogas no indígenas. La tasa de embarazos adolescentes es de más del doble entre las chicas indígenas. Otro asunto preocupante es que la violencia contra las mujeres, que tiene vínculos con la infección por el VIH, es prevalente entre las poblaciones indígenas en Panamá.

Israel trabaja duro para cambiar la situación de su comunidad. Organiza reuniones con los jóvenes y los adolescentes indígenas, tanto en las casas como en la playa, para hablar sobre salud y otros temas importantes. "Quiero dar a mis hijos y a otros jóvenes acceso a la información y a las herramientas de prevención del VIH", dijo.

Israel también coordina un equipo de fútbol de jóvenes mujeres indígenas. Cada fin de semana el equipo participa en ligas locales. Antes de empezar los partidos, Israel y el resto de entrenadores imparten formación relacionada con la prevención del VIH a los jugadores. Israel declaró: "Hay muchos jóvenes en riesgo en mi comunidad y siento que al aprovechar el poder del fútbol creamos oportunidades para mejorar su bienestar y reforzar el capital social".

Israel también dedica su tiempo a concienciar sobre el respeto y la solidaridad hacia las poblaciones clave y las personas que viven con el VIH. "En las comunidades indígenas aun persisten mitos en torno al VIH", afirmó. "El miedo a ser excluido o rechazado impide que las personas se realicen las pruebas del VIH o acudan a los centros sanitarios".

Reflexionando sobre lo que ha aprendido desde su diagnóstico, Israel dijo: "El VIH no me ha limitado. Me ha abierto los ojos a la justicia social y me ha motivado para convertirme en la persona que soy hoy".