Reportaje

Prevenir el VIH en grupos de población clave

22 de noviembre de 2016

Desde 2010, la cifra anual de nuevas infecciones por el VIH registradas entre adultos (personas de al menos 15 años) en todo el mundo ha permanecido invariable: 1,9 millones aproximadamente. Los miembros de los grupos de población clave, incluidos los trabajadores sexuales, los usuarios de drogas inyectables, las personas transgénero, los presos y los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, así como sus parejas sexuales, representaron el 45% de todas las nuevas infecciones por el VIH en 2015.

En algunos países y regiones, las tasas de infección entre los grupos de población clave son extremadamente altas; la prevalencia del VIH entre trabajadores sexuales de varios países de África Meridional varía entre el 50% y el 70% . Un estudio de Zimbabwe concluyó que las tasas de prevalencia del VIH fueron del 27% entre los reclusos, del 39% entre las reclusas y del 60% entre los trabajadores sexuales. El 9,6% de las nuevas infecciones tuvieron lugar entre 2009 y 2014. La cifra de nuevas infecciones entre los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres ha ido aumentando en los últimos años en todas las regiones. Los grupos de población clave de todos los países tienen un riesgo de infección por el VIH entre 10 y 50 veces mayor que  otros adultos. 

La criminalización y la estigmatización de las relaciones homosexuales, de los trabajos sexuales y de la posesión y el uso de drogas, así como la discriminación, incluida la que se da en el sector sanitario, impiden que los grupos de población clave accedan a los servicios de prevención del VIH. El apoyo efectivo del gobierno y los programas de base comunitaria para la prevención y el tratamiento del VIH proporcionan servicios a medida para cada grupo. Sin embargo, actualmente son demasiado escasos y reducidos como para que puedan lograr una disminución significativa de nuevas infecciones.

Para lograr el objetivo de reducir en un 75% el número de nuevas infecciones por el VIH en los grupos de población clave para el año 2020, es necesario aumentar el número de programas a gran escala, así como crear un entorno propicio en términos sociales y jurídicos.

 

Debemos reducir las nuevas infecciones por el VIH entre los grupos de población clave

El número total de nuevas infecciones por el VIH entre adultos se ha mantenido invariable desde 2010 en una cifra estimada de 1,9 millones, lo que amenaza los progresos realizados para poner fin a la epidemia de sida.

La cifra de nuevas infecciones por el VIH entre hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres están aumentando a nivel mundial. Además, no ha habido ninguna reducción evidente en el número de nuevas infecciones entre los trabajadores sexuales, las personas transgénero, las personas que consumen drogas o los reclusos. Los estudios realizados en África Meridional han concluido que la prevalencia del VIH es entre 10 y 20 veces mayor en los trabajadores sexuales que en otros adultos de la población general. Las tasas de infección por el VIH alcanzan el 50% en el caso de los trabajadores sexuales a los que se le realizó la prueba y la prevalencia del VIH llega al 86% según un estudio en Zimbabwe. Una síntesis de estudios en los que se incluye a más de 11 000 personas transgénero de todo el mundo estima que la prevalencia del VIH es del 19,1%.

Los grupos de población clave siguen encontrándose entre los más vulnerables al VIH. El análisis de la información con la que cuenta ONUSIDA sugiere que en 2014 más del 90% de las nuevas infecciones por el VIH en Asia Central, Europa, Norteamérica, Oriente Medio y el norte de África se produjeron en personas pertenecientes a grupos de población clave y sus parejas sexuales. Estos representaron en 2015 el 45% de las nuevas infecciones por el VIH a escala mundial. 

Reforzar la prevención del VIH entre los grupos de población clave requiere inversiones nacionales e internacionales para proporcionar los medios necesarios a los grupos de población clave: preservativos y lubricantes, profilaxis previa a la exposición, agujas y jeringas estériles, así como pruebas y tratamiento. Sin embargo, el diseño y la prestación de tales servicios de prevención combinada del VIH a menudo se ven limitados porque no se quiere invertir en la salud de los grupos de población clave ni tenerlos en consideración.

En muchos países, los grupos de población clave son apartados al margen de la sociedad por el estigma y la penalización de las relaciones homosexuales, el uso de drogas y el trabajo sexual. La marginación, incluida la discriminación dentro del sector de la salud, limita el acceso a los servicios del VIH eficaces. Hay que garantizar lo antes posible que los grupos de población clave estén totalmente incluidos en las respuestas al sida y que puedan disponer de servicios.

Se han desarrollado directrices y herramientas para y con la participación de los grupos de población clave con el fin de fortalecer la capacitación de la comunidad, así como  mejorar la prestación de servicios de prevención combinada por parte de organizaciones de la sociedad civil impulsadas por las comunidades, los gobiernos y los asociados para el desarrollo.

Podemos afirmar que cuando se dispone de servicios dentro de un ambiente libre de estigma y discriminación y se incluye a las comunidades de los grupos de población clave, las nuevas infecciones por el VIH disminuyen significativamente. Por ejemplo, entre 2006 y 2012 se produjo una disminución del 73% de la seroprevalencia del VIH entre los jóvenes de la calle en San Petersburgo, principalmente debida al menor número de personas que se iniciaron en el uso de drogas inyectadas. Esta notable reducción de la epidemia del VIH entre los jóvenes de la calle se produjo tras la implementación de programas de amplio apoyo y mejoras socio-económicas.

Es necesario mantener este éxito y ampliar los programas de prevención combinada, implementados por los países y redes de organización comunitaria, a todas las ciudades y lugares donde viven y trabajan los grupos de población clave. De esta manera se contribuirá a que los esfuerzos de prevención vuelvan a emprender su camino para lograr el objetivo de reducir las nuevas infecciones por el VIH en un 75% para el año 2020.

Citas

«LO QUE IMPORTA ES LA FALTA DE INCLUSIÓN Y LA DISCRIMINACIÓN GENERALIZADA. ESTÁ CLARO QUE NO PODEMOS ACABAR CON LA EPIDEMIA DE SIDA SI NO NOS PREOCUPAMOS DE LAS NECESIDADES DE LOS GRUPOS DE POBLACIÓN CLAVE».

LUIZ LOURES DIRECTOR EJECUTIVO ADJUNTO DE ONUSIDA