Reportaje

Acceso universal a medicación puntera en Brasil

14 de julio de 2017

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible amplía lo que se ha estado haciendo en la respuesta al sida a lo largo de 30 años, un enfoque multisectorial, basado en los derechos y centrado en las personas, que aborda los factores determinantes para la salud y el bienestar. Las historias personales de esta serie ponen de relieve las conexiones entre el VIH y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados, y cada una se narra desde la perspectiva personal de los afectados por el VIH. La serie ofrece una imagen de cómo se relaciona el VIH y los ODS, y cómo estos son interdependientes entre sí. Lo más importante es que estas historias nos muestran los avances que hemos logrado en la respuesta al sida y lo lejos que hemos llegado en los ODS.  

La celebración de la última Nochevieja trajo novedades para Welber Moreira. Desgraciadamente. El brasileño de 23 años descubrió que vivía con el VIH.

Se había estado encontrando mal el día después de Navidad, así que acudió a una clínica sanitaria pública para preguntar qué le pasaba. Pero fue el médico el que le hizo una pregunta turbadora. “Me preguntó, ‘¿Podría ver los resultados de su prueba del VIH más reciente?’” Welber nunca se había imaginado que podría verse afectado por el virus del que le hablaron en alguna clase de biología largo tiempo atrás. El médico le dijo que fuera a un centro de asesoramiento y realización de pruebas voluntarias en su ciudad natal, Ribeirão Preto, al norte de São Paulo, donde se hizo una prueba rápida del VIH. El positivo de su diagnóstico se confirmó en una segunda prueba.

“Después de llorar largo y tendido delante de la enfermera, pensé en mi novia, porque no habíamos estado usando preservativos”, cuenta Welber. Los resultados de su novia para el VIH fueron negativos. Comenzó su tratamiento de prevención de 28 días incluso antes de que Welber comenzara a tomar sus propios medicamentos antirretrovíricos. El sistema sanitario público de Brasil cubre todos los costes de la prevención y el tratamiento del VIH, lo que facilitó que ambos comenzaran a tomar sus medicamentos.

Había algo más que le preocupaba. “Me asustaban mucho los efectos secundarios”, explica Welber. Sorprendentemente, cuenta, se ha sentido bien desde que comenzó su tratamiento del VIH. Ahora se toma dos pastillas cada noche antes de irse a la cama. Se encoge de hombros y dice “No me puedo imaginar cómo tenía que ser esto en el pasado, tomando varias pastillas cada día y a diferentes horas”.

Se cuenta entre los más de 100 000 brasileños a los que se les ha proporcionado un nuevo medicamento para el VIH llamado dolutegravir (DTG), que tiene menos efectos secundarios y es más eficaz. El Ministerio de Salud negoció con éxito la compra del DTG con un descuento del 70%, lo que redujo el precio por pastilla de 5,10 USD a 1,50 USD. El resultado es que más personas tendrán acceso a este nuevo medicamento dentro del presupuesto aprobado para el tratamiento en el país (que para 2017 asciende a 1100 millones USD).

Welber está agradecido por el apoyo de su novia y por la eficacia de la clínica y del centro, que le ayudaron a superar el trauma inicial.

A Welber ya no le preocupa que salgan a relucir el VIH y su estado serológico. Dice que habla abiertamente del tema con sus amigos y en el trabajo. Una pequeña parte de su familia no encajó bien las noticias, pero él no ha perdido la esperanza.

Él y su novia tienen un montón de planes. “Tenemos pensado tener dos hijos dentro de tres años”, cuenta.

También explica que siente que tiene que ayudar a los demás. “Siempre que puedo, por ejemplo, paso por la clínica sanitaria local y cojo algunos preservativos para mis compañeros de trabajo y para mis amigos”, afirma Welber. “Para mí es una oportunidad de compartir lo que se y de hablar sobre prevención”.

 


 

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ODS 9: construir infraestructuras resilientes, fomentar la industrialización inclusiva y sostenible y la innovación

La ampliación del tratamiento del VIH en países de rentas bajas y medias durante los últimos 15-20 años es una de las mayores historias de éxito para la salud mundial. Al término de 2002 en el África subsahariana solo había 52 000 personas bajo tratamiento. Gracias al aumento en los niveles de producción y al uso pleno de las flexibilidades de las patentes, el número de personas en tratamiento en 2016 había aumentado a 12,1 millones. Gracias a lo que se ha aprendido en la respuesta al sida, también se ha ido aumentando el acceso a los medicamentos para las personas que viven con tuberculosis, hepatitis C y otras enfermedades no transmisibles.

Los investigadores y los científicos continúan innovando y mejorando la eficacia de los medicamentos antirretrovíricos mientras siguen buscando una cura para el VIH. Los medicamentos antirretrovíricos han evolucionado, de tal modo que la esperanza de vida de una persona que vive con el VIH y toma regularmente sus medicamentos es totalmente normal.

Cuando en 1996 el Gobierno de Brasil aprobó el acceso universal a los medicamentos antirretrovíricos, cambió el curso de la epidemia en el país y se aumentaron extraordinariamente las tasas de supervivencia. Las peores predicciones en cuanto a muertes asociadas al sida nunca llegaron a cumplirse. El Sistema Único de Salud de Brasil sigue estando a la cabeza y recientemente ha incorporado la tecnología científica y médica más avanzada en los servicios rutinarios para el VIH. La historia de Welber nos habla de hasta qué punto el ODS 9 (construir infraestructuras resilientes, fomentar la industralización inclusiva y sostenible y la innovación) está relacionado con aumentar el acceso igualitario a los medicamentos y lograr avanzar hacia el fin del sida.

The Sustainable Development Goals and the HIV response: Stories of putting people at the centre

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