Reportaje

Las salas de control proporcionan a los responsables de la toma de decisiones datos sobre los que actuar

27 de agosto de 2018

En África se están abriendo salas de control sanitario (plataformas de software diseñadas para servir de apoyo en la toma de decisiones en relación a las respuestas sanitarias de los países) que ponen los datos al servicio de la toma de decisiones para mejorar la salud y las vidas de decenas de millones de las personas más vulnerables del mundo.

La integración, almacenamiento y visualización de datos constituyen el núcleo del concepto de sala de control, y proporcionan una información más transparente y de más calidad sobre una serie de enfermedades. Aunque las salas de control son un espacio virtual de trabajo, algunos países también utilizan salas físicas en las que se pueden analizar los datos y determinar las medidas a tomar.

La idea de las salas de control sanitario es que los datos, ya sean acerca de la disponibilidad de medicamentos para el VIH, los efectos de una huelga de profesionales sanitarios o los diagnósticos de cáncer de cuello uterino, estén centralizados y, a un mismo tiempo, sean accesibles para todos. Mientras que en el pasado los datos sanitarios sobre diferentes enfermedades estaban diseminados en múltiples bases de datos de diversos ministerios gubernamentales, organizaciones dedicadas a una enfermedad en concreto, etc., las salas de control, por su parte, recopilan datos en un único lugar, en un único sistema y de tal modo que compartirlos resulta sencillo. La información reunida en las salas de control se puede utilizar mediante tabletas u ordenadores y a lo largo de todo el país.

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“Debemos seguir innovando en nuestra respuesta al VIH”, afirmaba Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Si el mundo quiere cumplir su compromiso de poner fin al sida y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, disponer de información fiable y actualizada resulta fundamental”.

Al poner en común los datos de la sala de control virtual, es posible poner a disposición de las personas que los necesitan unos servicios sanitarios mejores y más equilibrados. Por ejemplo, disponer de datos sobre partes específicas de una ciudad facilita la adopción de un enfoque basado en la ubicación y/o la población para los servicios de prevención del VIH, lo que garantiza que los servicios adecuados lleguen a las personas adecuadas en el lugar adecuado.

Mediante la combinación de los datos sobre, por ejemplo, VIH, tuberculosis y cáncer de cuello uterino, se pueden observar las interrelaciones entre las enfermedades, y tomar medidas al respecto. Los datos se pueden consultar en tiempo real, de modo que, por ejemplo, se puede realizar un seguimiento de las existencias de medicamentos para el VIH para poder reaccionar y evitar que se agoten. Otros ejemplos de cómo las salas de control benefician a las respuestas sanitarias son el estudio de los efectos de las campañas de pruebas y tratamiento del VIH en Uganda, de la eficacia de las pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino en Costa de Marfil y de las pruebas y nuevos diagnósticos de malaria en Zambia.

Cinco países, Costa de Marfil, Kenia, Lesoto, Zambia y Uganda, han puesto en marcha salas de control. Se recogen datos sobre indicadores, como el VIH, la tuberculosis, la malaria, enfermedades no transmisibles y salud reproductiva, maternal, neonatal e infantil, de tal forma que países diferentes recopilan información diferente, dependiendo de la situación local. Namibia, Mozambique y Zimbabue ya están preparando el lanzamiento de salas de control, y otros muchos países planean hacerlo.

Como parte de esta labor, ONUSIDA ha estado ayudando a los países a establecer sus salas de control colaborando con ellos para seleccionar indicadores específicos y conectando los datos de cada país con su sala de control. Los países que ya cuentan con sistemas de recopilación de datos, que recogen datos clasificándolos por edad y sexo y a nivel local, que tienen una buena conexión a internet y un equipo de trabajo local preparado, son los más indicados para establecer sus propias salas de control.

El programa de salas de control ha fortalecido el apoyo que ONUSIDA presta a los países, ya que ha podido respaldar los sistemas de información sanitaria de una forma sin precedentes en el sistema de las Naciones Unidas. En consecuencia, ONUSIDA está contribuyendo en el seguimiento programático y de los países de forma más significativa en aquellos países que han invertido en salas de control.

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“Para nosotros, su punto fuerte reside en que permite reunir múltiples datos y compartir análisis valiosísimos de una forma visual y comprensible”, apuntaba Andrew Kashoka, director adjunto de Tecnología de la Información en el Ministerio de Salud de Zambia.

En el futuro, ONUSIDA tiene previsto asegurase de que los países cuenten con la asistencia técnica necesaria para que sus salas de control puedan seguir en funcionamiento sin su apoyo. ONUSIDA también trabajará con los colaboradores, incluyendo los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, el sector privado y otros, para reducir la dependencia de los países al apoyo de ONUSIDA para el establecimiento y puesta en marcha de las plataformas.

Estas inversiones en tecnología y la colaboración entre ONUSIDA, los gobiernos y los colaboradores son un impulso para la adopción de enfoques innovadores en la respuesta al sida y, en última instancia, para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030.