Reportaje
Una exposición en el Museo del Instituto Smithsoniano presenta los datos de ONUSIDA enfocados en diferentes virus
21 de agosto de 2018
21 agosto 201821 agosto 2018Una enfermedad infecciosa puede propagarse por todo el mundo en tan solo unos días.
Una enfermedad infecciosa puede propagarse por todo el mundo en tan solo unos días. Entre los factores humanos que han acelerado el ritmo de transmisión del virus figuran el aumento de la población mundial, la urbanización y la industrialización de la producción de alimentos. El Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano de Estados Unidos presenta nueve enfermedades transmitidas por los animales a los seres humanos en su exposición recientemente inaugurada, Outbreak: Epidemics in a Connected World (Brote: epidemias en un mundo conectado).
Cien años después de la pandemia de gripe, la exposición, de tres años de duración, arroja luz sobre las causas de los brotes de enfermedades como el virus Nipah y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), así como las diferentes respuestas a las epidemias.
“El brote de ébola de 2014 en África occidental fue el catalizador, pero queríamos que la exposición se centrase en el VIH, la pandemia de nuestra época”, dijo Sabrina Sholts, conservadora principal. Para el VIH, el museo creó un cronograma tridimensional que muestra los principales logros conseguidos en la respuesta al sida en Estados Unidos, incluyendo las aportaciones del activismo y la ciencia, así como los cambios en las políticas y el tratamiento. Objetos como lazos rojos, camisetas de ACT UP con un triángulo rosa con la inscripción Silence=Death (Silencio = Muerte), preservativos, frascos de medicamentos antirretrovíricos y fotos guían a los visitantes desde el comienzo de la epidemia del VIH hasta la situación actual. Una gran mesa táctil permite a las personas descubrir las nuevas infecciones presentes en todo el mundo incluidas en la base de los datos más reciente de ONUSIDA.
“No queríamos dejar la impresión de que la epidemia de sida ha terminado o de que se ha limitado a un solo lugar, y el componente interactivo permite a las personas conocer nuestra situación actual real”, comenta la Sra. Sholts.
El Departamento de Información Estratégica de ONUSIDA trabajó con el equipo de la Sra. Sholts y proporcionó datos epidemiológicos específicos. Los datos oportunos y precisos sobre las enfermedades son claves para detectar las tendencias de una epidemia. “Mostrar y utilizar esos datos es una parte fundamental de nuestro trabajo”, ha comentado la epidemióloga sénior de ONUSIDA, Mary Mahy.
La Sra. Sholts admite que conseguir que los datos resultasen visualmente atractivos fue todo un reto, pero al simplificar el lenguaje y añadirle contexto, la parte interactiva digital funciona bien.
El objetivo de la dirección era que los visitantes comprendieran las diferentes dificultades a las que se enfrentan las personas a la hora de conocer su estado serológico y, en última instancia, los beneficios a largo plazo que ello conlleva.
“Las enfermedades asustan, así que para cada desafío u obstáculo, creamos un componente ‘positivo’ para destacar una historia de éxito o una perspectiva alentadora”, dijo. Para la pandemia del VIH, los aspectos positivos se centran en las diferentes organizaciones que proporcionan asistencia a personas necesitadas, como el Centro Ponce de León en Georgia, Estados Unidos.
Explicó que el objetivo principal de la exposición Outbreak es concienciar a la población sobre los riesgos de pandemia bajo la perspectiva de que la salud humana, animal y medioambiental están conectadas como una sola cosa.
La exposición también muestra una maqueta de una sala de tratamiento del Ébola y un juego, al que se juega en pantallas táctiles, en el que los visitantes simulan una variedad de roles, como epidemiólogos, biólogos de vida silvestre o trabajadores comunitario, para completar tareas como equipo para terminar con un brote.
Parte de la exposición Outbreak se centra en el trabajo detectivesco relacionado con el rastreo y la contención de enfermedades. Es inevitable que aparezcan nuevos virus en el futuro y, por lo tanto, es fundamental comprender la influencia humana en su aparición y desarrollo.
El contacto con animales salvajes, la falta de vacunación, las relaciones sexuales sin protección y los viajes en caso de enfermedad contribuyen a la proliferación de los virus, vinculando a poblaciones distantes y diversas entre sí más allá de sus comunidades, países y continentes. Por lo tanto, la respuesta a estas enfermedades también debe implicar a todo el mundo.
“Todos estamos conectados, todos somos importantes y tenemos que pensar de manera holística, colaborativa y colectiva”, afirma la Sra. Sholts.
Para aquellos que no tengan previsto viajar a Washington D. C., el Museo del Instituto Smithsoniano tiene una versión reducida y gratuita de la exposición, que incluye la exhibición interactiva de ONUSIDA, disponible para su traducción y personalización en todo el mundo.