Reportaje
Pili muestra la aspiración mundial por conseguir una vida mejor.
28 de febrero de 2018
28 febrero 201828 febrero 2018Pili, una jóven de Tanzania, cargaba sobre su hombro una azada a lo largo de un camino de tierra
Pili, una jóven de Tanzania, cargaba sobre su hombro una azada a lo largo de un camino de tierra cuando se fijó en un puesto de venta vacío. "Me paso todo el día cavando, luchando por conseguir dinero, no puedo seguir haciendo esto durante el resto de mi vida" le comenta Pili a su amiga mientras despeja el prado.
Así comienza la película Pili, que habla sobre una madre soltera con dos hijos que trata de conseguir una vida mejor para ella y su familia. En las profesiones agrícolas recibes menos de 2 dólares al día (aproximadamente 1,63 euros), por lo que la joven de 25 años tiene grandes dificultades para asumir los gastos relacionados con la atención sanitaria infantil, los material escolares y las revisiones médicas. Pili vive con el VIH y se esfuerza por mantener en secreto su estatus. Le aterra la estigmatización social y teme que ese pueda ser el motivo por el que no le concedan el préstamo que quiere para poder pagar el alquiler del puesto de venta que desea tener.
La película, producida por Sophie Harman y dirigida por Leanne Welham, te sumerge en la lucha diaria a la que se enfrenta Pili para conseguir dinero y poder convertirse en su propia jefa. Te anticipamos el final: lo consigue, pero a un precio muy alto.
La Sra. Harman, académica de la Universidad Queen Mary de Londres, jamás pensó en crear una película, pero se dio cuenta que esta se puede convertir en un proyecto de colaboración con el que mostrar el sufrimiento de muchas mujeres.
"En mis clases, a menudo, uso películas porque son muy ilustradoras, de ahí que decidiera hacer mi propia película para mostrar desde una perspectiva realista la situación de África", afirmó la Sra. Harman.
En 2015, ganó el galardón que otorga la compañía aseguradora AXA para contribuciones en el panorama general, denominado "AXA Insurance Outlook Award", como reconocimiento por su trabajo en la política mundial de la salud y control de VIH. Gracias a el premio había conseguido el dinero, pero aún necesitaba un director de cine; algunos productores de cine se mostraban reacios a crear una película con actores sin experiencia previa y a grabar en medio de la nada con un presupuesto tan reducido. A pesar de todo, un año después conoció a Leanne Welham, una directora de cortometrajes con una gran experiencia en Africa.
El factor decisivo fue el acceso que la Sra. Harman tenía a las comunidades entre las que se realizaría la película. En 2006, la Sr. Harman había fundado una organización no gubernamental llamada "Trans Tanz", inspirada en la historia de algunas mujeres. Trans Tanz se encarga de proporcionar transporte gratuito en las zonas rurales para las personas que viven con el VIH de manera que estas puedan ir a las clínicas.
La Sra. Welham y la Sra. Harman anunciaron su idea a la comunidad y comenzaron a compilar historias basadas en experiencias reales.
La Sr. Herman explicó que para proteger a las mujeres, hicieron hincapié en que la historia estaba basada en 80 entrevistas que realizaron y en parte de su investigación. La comunidad dio su visto bueno y expresó su retroalimentación sobre el guión.
Entonces, en este punto, lo que necesitaban era encontrar actores para su reparto y su actriz principal, Pili. Durante una audición, la Sra. Welham conoció a Bello Rashid, quien había acudido con su hermana mayor por curiosidad. La joven superó su timidez, cumplió correctamente las indicaciones de la dirección y consiguió el papel.
El equipo de rodaje británico incluyó elementos de improvisación en el guión porque el idioma de la película era el suajili y había grados diversos de alfabetismo. La película se grabó en Miono, un pueblo cercano a la costa de Tanzanía.
"El reparto se compone de personas reales, el 65% de ellos viven con el VIH y sólo contamos con un actor profesional", explicó la Sra. Harman. A lo que añadió: "Mi intención principal es proteger a las mujeres, poder reflejar su rutina diaria respetando siempre en su anonimato".
A principios de 2016 comenzó el rodaje, duró cinco semanas y puso a prueba a todos.
"No solo teníamos un presupuesto muy ajustado, sino que también teníamos que lidiar con enfermedades, funerales e intentos de extorsión", comentó la Sra. Harman. Nos explicó, además, que todo esto se reflejó en que se creó una gran sensación de compañerismo entre todos.
Lo que más sorprendió a la Sra. Welham fue la cantidad de tiempo que la gente empleaba para desplazarse, como comentó: "Tienen un concepto del tiempo y del efecto que este tiene sobre sus vidas que no parece ser suficientemente estresante".
"Como cineasta, quería mostrar el ritmo de vida tranquilo que tienen en Miono, pero también otros factores como la frustración o el aislamiento", explicó la Sra. Welham. Pili dedica 40 minutos a caminar por el prado y, luego, realiza el mismo recorrido de vuelta. Además, para ir a una clínica donde nadie de su pueblo pueda reconocerla, tiene que coger un autobús, que se rompe cuando pretendía regresar. Esto provoca que se retrase para recoger a sus hijos y que casi pierda su reunión con el Consejo de mujeres, que es el encargado de aprobar los microcréditos. A todos estos sucesos, se les suma un calor abrasador.
En septiembre de 2017, se estrenó la película y, posteriormente, se proyectó en Ginebra (Suiza), durante las celebraciones del Día Mundial del Sida, que tuvieron lugar el día 1 de diciembre. La película obtuvo dos premios en el festival de cine británico de Dinard (Francia), el Dinard British Film Festival, y formó parte de la selección oficial de películas del festival panafricano de cine y arte, el Pan African Film and Arts Festival. La película se exhibirá en cines británicos durante los seis primeros meses de 2018 y todos los beneficios que obtenga se destinarán a la comunidad de Miono.
A raíz de la película, la Sra. Rashid ha decidido que quiere dejar de trabajar en el prado para estudiar y convertirse en enfermera.
La Sra. Welham está especialmente orgullosa porque, gracias a película, los espectadores pueden descubrir un mundo que posiblemente desconocen y pueden ver que, a pesar de la pobreza, los problemas son los mismos; algo con lo que coincide su productora. "La parte más importante de Pili es que es una historia universal", expresó la Sra. Harman. "Puede que los espectadores no sean VIH-positivo o que no vivan en una zona rural de Africa, pero pueden sentirse identificados con esa búsqueda de una vida mejor para sus hijos y para ellos mismos".