Reportaje

Estamos ante un año crucial en materia de TB

19 de marzo de 2018

El 2018 es un año crucial para la comunidad internacional que sigue avanzando hacia el fin de la epidemia mundial de la tuberculosis (TB) que se pretende conseguir para el año 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los Estados Miembro de las Naciones Unidas se darán cita en septiembre de este año en Nueva York con motivo de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas en materia de Tuberculosis. Así pretenden mostrar su liderazgo y compromiso político con respecto a la erradicación de la TB para el 2030. En esta reunión de alto nivel, se tratarán algunos de los principales retos a la hora de dar respuesta, entre los que se incluyen la necesidad de equidad y la garantía de acceso a servicios de TB para los grupos de población vulnerables. Asimismo, también se debatirán tanto la necesidad de facilitar pruebas y tratamiento para la TB a través de los servicios de atención sanitaria primaria, como la necesidad urgente de movilización de recursos.

En aras de prepararse para este hito histórico que constituirá la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas en materia de Tuberculosis de la historia, los líderes mundiales se reunieron en Nueva Delhi (India) los días 14 y 15 de marzo en la Cumbre para Erradicar la Tuberculosis que se celebró al calor de la 30ª Reunión del Consejo de la Iniciativa Alto a la Tuberculosis.

En esta reunión, se congregó un gran número de líderes mundiales en materia de TB. J. P. Nadda, ministro de salud y bienestar familiar del Gobierno de la India, afirmó durante el evento lo siguiente: “Nos aseguraremos de que se cumplan los objetivos a los que nos comprometimos para erradicar la tuberculosis. Para lograr los objetivos, se necesitarán tanto innovación como una nueva puesta en práctica de ideas. La India reafirma su compromiso de apoyo a los países vecinos en la lucha contra esta enfermedad”.

En el año 2016, el déficit de financiación estimado en programación de TB fue de 2,3 mil millones de USD. Además, se produjo un desplome de 1,2 mil millones de USD en investigación del TB y ciencia. Se hará mención especial a la necesidad urgente de inversiones más cuantiosas en innovación los días previos a esta reunión de alto nivel. Esto formará parte de los esfuerzos para conseguir diagnósticos, tratamientos y una vacuna en el siglo XXI para dar respuesta a la TB.

Isaac Folorunso Adewole, ministro de sanidad de Nigeria, declaró lo siguiente: “Los líderes mundiales tienen que aprovechar esta oportunidad, comprometerse firmemente y conseguir una resolución para así poder ser testigos de la erradicación de la tuberculosis por la vía rápida. Las medidas que se empleen para cumplir estos compromisos necesitarán la ayuda de iniciativas sólidas por parte de los ministerios de sanidad, el resto de ministerios, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades”.

La tuberculosis existe desde hace miles de años y todavía sigue siendo una gran crisis sanitaria a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud estimaba que, en 2016, alrededor de 1,3 millones de personas murieron de TB y que más de 400,000 que vivían con el VIH murieron de coinfección de TB y VIH; a nivel mundial, se consideró que estas muertes tenían relación con el sida.

Soumya Swaminathan, Directora General Adjunta para Programas de la OMS, decía así: “No podemos erradicar la tuberculosis con tan solo un enfoque verticalista. Debemos trabajar todos juntos para proporcionar los instrumentos necesarios a las comunidades y así apoyarles en la lucha contra la tuberculosis. Este movimiento debe extenderse mucho más allá de la comunidad médica”.

Las personas que viven con el VIH se ven particularmente afectadas por la TB. Uno de cada diez casos de TB se da entre personas que viven con el VIH, y una de cada cuatro muertes producidas por la TB se asocian al VIH. A pesar de tener cura y ser una enfermedad prevenible, la TB fue en 2016 la novena principal causa de muerte a nivel mundial.

Según Tim Martineau, Director Ejecutivo Adjunto en ONUSIDA: “Todavía hay mucha gente que no tiene acceso a tratamiento. Tenemos que buscar estrategias para ampliar el acceso a los servicios de atención, concretamente para los más marginados que no están teniéndolo en estos momentos”.

ONUSIDA y la Iniciativa Alto a la Tuberculosis mantienen una colaboración de larga duración gracias a la cual trabajan mano a mano para promover, monitorizar y prestar apoyo a los programas destinados a poblaciones y países afectados por las epidemias conjuntas de la TB y el VIH. El Consejo de la Iniciativa Alto a la Tuberculosis proporciona dirección e indicaciones, controla la implementación de las políticas, planes y actividades acordadas en el marco de esta asociación, y garantiza una coordinación fluida entre los diferentes componentes de la Iniciativa Alto a la Tuberculosis.