Reportaje

Las personas que viven con el VIH afrontan enormes desafíos en Zimbabwe

08 de marzo de 2019

De acuerdo con un reciente llamamiento de emergencia de las Naciones Unidas, se estima que alrededor de 5,3 millones de personas en Zimbabwe necesitan asistencia humanitaria con carácter urgente.

La crisis económica actual, la cual se ha agravado debido a unas condiciones climatológicas imprevisibles en los últimos años, ha propiciado el aumento de la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a los servicios básicos esenciales, como la atención sanitaria. Este llamamiento solicita un total de 234 millones de dólares estadounidenses, entre los que se incluyen 37.4 millones de dolares destinados a necesidades sanitarias apremiantes para ayudar a 2,2 millones de las personas más gravemente afectadas. Además, tiene como objetivo el completar los programas planeados actualmente en Zimbabwe.

Las ya mencionadas condiciones climatológicas imprevisibles, como es el caso de un retraso en las lluvias y unas precipitaciones inferiores a lo normal, están afectando a los granjeros y pastores de África Meridional, incluidos los de Zimbabwe. En los últimos tiempos, esta región ha estado muy castigada, ya que los agricultores siguen recuperándose de la sequía inducida, conocida como «El Niño», que tuvo lugar entre 2015 y 2016. Los patrones impredecibles de pluviosidad y una falta de pastos han debilitado el ganado. Además, los brotes de plagas vegetales y de enfermedades del ganado son frecuentes en numerosos distritos.

La deteriorada situación humanitaria y el empeoramiento de las condiciones económicas del país, como la inestabilidad de la moneda, se suman a la difícil situación que viven el 1,3 millones de personas que viven con el VIH en Zimbabwe.

La inseguridad alimentaria doméstica y el acceso limitado a la higiene, saneamiento y agua pueden tener un impacto desmesurado en las personas que viven con el VIH. No se deben tomar los medicamentos contra el VIH con el estómago vacío. Los ataques de diarrea, el cólera u otras infecciones gastrointestinales graves pueden acelerar el avance de enfermedades graves relacionadas con el sida si no se tratan. En 2018, se registró el segundo mayor brote de cólera en la historia reciente de Zimbabwe. Además, el país afronta miles de casos de fiebre tifoidea.

Mientras tanto, la falta de acceso al cambio de divisas ha reducido de forma significativa las existencias de medicamentos esenciales, pruebas de diagnóstico y otros suministros médicos. Algunos proveedores farmacéuticos privados aceptan únicamente dólares estadounidenses, por lo que sus precios han aumentado considerablemente. Bajo estas circunstancias, muchas personas, entre las que se incluyen las personas que viven con el VIH o con tuberculosis, son incapaces de pagar por las medicinas y los servicios sanitarios básicos. Incluso cuando las clínicas tienen disponibilidad, muchas personas no pueden pagar el coste del transporte. La falta de observancia del tratamiento pone en riesgo la salud del paciente y puede llevar a una resistencia al medicamento.

La delicada situación que se vive en Zimbabwe también incrementa el riesgo de infección por el VIH, especialmente en las mujeres y las niñas, en los refugiados y en los desplazados internos. Durante periodos de emergencia humanitaria, cuando las poblaciones están en movimiento, las niñas son especialmente vulnerables a la separación familiar, al matrimonio precoz, al embarazo adolescente, a la violencia de género y a mecanismos de adaptación extremos, como las relaciones sexuales remuneradas.

«ONUSIDA está sumamente preocupado por el empeoramiento de la situación humanitaria en Zimbabwe, donde las personas que viven con el VIH están desproporcionadamente afectadas por la inseguridad alimentaria y la escasez de medicamentos esenciales», dijo el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. «ONUSIDA se encuentra preparado para trabajar conjuntamente con asociados nacionales e internacionales para asegurar la mejora de la situación actual y que las personas puedan acceder a los servicios básicos, en los que se incluyen el tratamiento contra el VIH y los servicios de prevención».