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El acceso universal a una educación sexual integral y de calidad es crucial, especialmente para los jóvenes. Les permite estar informados a la hora de tomar decisiones y estar capacitados para explorar su sexualidad y sus relaciones. Les ayuda a adquirir las competencias y los valores del respeto mutuo, la tolerancia, la igualdad de género y la no violencia, y les proporciona los conocimientos necesarios para proteger su salud y bienestar de manera más eficaz.

El nivel de conocimientos sobre el VIH varía de un país a otro, según el contexto nacional y local, y suele estar asociado a las desigualdades sociales y económicas. En muchos países, el nivel de conocimientos amplios y correctos sobre el VIH entre las adolescentes y las mujeres es bajo, pero tiende a ser más bajo entre aquellas que viven en la pobreza y aquellas que tienen un nivel de educación más bajo. El nivel también es más bajo entre las mujeres de las zonas rurales que entre las de las zonas urbanas.