Reportaje
ONUSIDA destaca seis acciones fundamentales para poner la igualdad de género en el centro de las respuestas a la COVID-19
15 de junio de 2020
15 junio 202015 junio 2020La respuesta al sida ha enseñado al mundo la importancia de proteger los derechos humanos y promo
La respuesta al sida ha enseñado al mundo la importancia de proteger los derechos humanos y promover la igualdad de género a la hora de luchar contra una enfermedad. Ahora, la COVID-19 ha ampliado aún más el aprendizaje.
Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, ONUSIDA no ha cesado de instar a los Gobiernos a proteger los derechos humanos y prevenir y abordar la violencia de género, una cuestión más importante que nunca, ya que los confinamientos están haciendo que las mujeres y las chicas corran más riesgo de sufrir violencia sexual y dentro de la pareja. Asimismo, en todo este tiempo ONUSIDA ha defendido que los servicios de salud sexual y reproductiva deberían ser considerados esenciales, pues indudablemente lo son.
Con el fin de hacer llegar todos estos mensajes a las mesas de decisiones y a la primera línea de la respuesta, ONUSIDA ha elaborado un nuevo informe que explica a los Gobiernos cómo hacer frente a los impactos de la COVID-19 en materia de género y discriminación. De acuerdo con el informe, son seis las áreas obligatorias para abordar las necesidades y proteger los derechos de las mujeres y las niñas durante la pandemia. El informe subraya las necesidades de las mujeres y las niñas en toda su diversidad, centrándose sobre todo en las más marginadas, y destaca la importancia de acceder a los servicios básicos de salud. Se hace referencia también a la olvidada epidemia de la violencia de género; al mal uso de las leyes penales y punitivas; a la importancia de la educación, la salud, el bienestar, y al reconocimiento de todo ese trabajo que realiza la mujer y de los cuidados que presta siempre sin percibir remuneración alguna.
«Al igual que el VIH ha servido como un espejo que ha mostrado al mundo las desigualdades y las injusticias, la pandemia de la COVID-19 ha hecho saltar las alarmas en cuanto a la discriminación a la que las mujeres y las chicas plantan cara a diario», insiste Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Muchos de los impulsores de la desigualdad que se observan en la epidemia del VIH son los mismos que los que nos están llevando a la desigualdad y a la injusticia durante esta pandemia de la COVID-19. Solo venceremos con éxito ambas epidemias si ponemos la igualdad de género en el centro de la respuesta».
El informe refleja cómo la salud y los derechos sexuales y reproductivos a menudo son los que primero se sacrifican durante las epidemias, cuando hoy más que nunca hemos de proteger todo lo logrado la década pasada. El documento señala también que los escasos recursos deben dirigirse fundamentalmente a las mujeres y las chicas más marginadas, como las trabajadoras sexuales, las personas de distinto género, las mujeres encarceladas, las migrantes y todas aquellas sin empleo ni residencia.
A lo largo de las páginas del informe se recogen algunas medidas prácticas que ONUSIDA ha ido adoptando junto con los socios en los distintos países, con el objeto de mantener los servicios sanitarios esenciales, movilizar la protección social de emergencia y apoyar a los grupos de población que han visto violados sus derechos durante el brote de la COVID-19.
Por ejemplo, en Nigeria y Costa de Marfil ONUSIDA ha establecido una alianza con la Comunidad internacional de mujeres que viven con VIH. El fin de su trabajo conjunto no es otro que facilitar el que las mujeres que viven con el VIH puedan trabajar como farmacéuticas de la comunidad y se encarguen de recoger y repartir en los domicilios los tratamientos antirretrovíricos y otros medicamentos para todas aquellas personas que no pueden acceder a su medicación debido a las restricciones por la COVID-19.
En América Latina, el Fondo de Población de las Naciones Unidas está ofreciendo tanto anticonceptivos y pruebas del VIH como kits de higiene e información sobre la violencia de género a todas aquellas mujeres que están en cuarentena obligatoria después de haber huido de la República Bolivariana de Venezuela debido a la COVID-19.
En Marruecos, ONUSIDA, junto al Ministerio de Salud, el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, y la sociedad civil, está movilizando a los grupos de autoayuda, los servicios de apoyo médico y psicosocial, y los responsables de la mediación familiar para ayudar a los grupos de población con más riesgo de contraer el VIH. Gracias a las colaboraciones entre el Gobierno y la sociedad civil, se ha podido garantizar el acceso continuado a la terapia antirretrovírica, la terapia de sustitución de opiáceos y la ayuda alimentaria durante la pandemia.
Por encima de todo, el informe busca trasladar el mensaje de que la salud, la seguridad, la dignidad y los derechos de las mujeres y las chicas, en toda su diversidad, no deben nunca verse comprometidos. Asimismo, llama a las mujeres a liderar al cambio.
«Salid ahí fuera y luchad, alzad la voz y actuad en beneficio de vuestra comunidad», anima a las mujeres la Sra. Byanyima.