Reportaje

Las organizaciones comunitarias en Noruega aseguran la salud, la dignidad y los derechos

17 de marzo de 2020

Para la directora ejecutiva de ONUSIDA Winnie Byanyima, el trayecto en autobús de esta mañana fue muy diferente, ya que se montó en el autobús de la hepatitis en Oslo, Noruega, para saber más acerca de ProLAR, una organización que ayuda a las personas que consumen drogas. ProLAR ofrece varios servicios, entre los que se encuentran terapias de sustitución de opiáceos y pruebas del VIH y de la hepatitis C. Además, reclama activamente cambios en la política, en materia de drogas, y promueve políticas fundadas en hechos que involucren a las comunidades afectadas.

«Damos la bienvenida a las personas que consumen drogas a este espacio seguro y acogedor en el que podemos hablar , conocernos los unos a los otros y realizar las pruebas que sean necesarias», explica Ronny Bjørnestad, director ejecutivo de ProLAR.

De acuerdo con el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, aproximadamente 9000 personas que se inyectan drogas vivían en Noruega en 2019, muchos en Oslo y en Bergen, las dos ciudades más pobladas. Por ello, el Gobierno noruego presentó en 2015 un nuevo plan de acción que abordaba el consumo de sustancias y las adicciones, y que priorizaba la prevención, la intervención precoz, el tratamiento y el cuidado posterior para las personas que consumen drogas. El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades informó de que en 2018 solo hubo seis nuevos diagnósticos entre los usuarios de drogas inyectables en Noruega.

Byanyima también visitó Sjekkpunkt, un servicio anónimo y gratuito en Oslo, dirigido a hombres homosexuales y a hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, en el que se pueden realizar pruebas para el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Rolf Martin Angeltvedt, director de Helseutvalget, afirmó que «El puesto de control nunca negará la entrada a alguien que quiera hablar y realizarse la prueba , que es gratuita, anónima y rápida».

En los últimos años, en Noruega han disminuido a ritmo constante las nuevas infecciones por el VIH entre hombres homosexuales y entre los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres. De hecho, en 2018 el método más frecuente de transmisión del VIH en Noruega fue la transmisión heterosexual.

Tras la visita a Sjekkpunkt, Byanyima se reunió con representantes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en Noruega para ayudar a las personas afectadas por el VIH y que viven con él. Trataron temas como el trabajo sexual, el chemsex, la tercera edad, la juventud, las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intergénero, y la migración. En Noruega, las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel fundamental a la hora de abordar la epidemia de sida, ya que apoyan la prevención, el tratamiento y la atención.

«Es clave el liderazgo en redes y organizaciones dirigidas por compañeros que trabajan para ayudar a las personas afectadas por el VIH y que viven con él. Ahora más que nunca el papel de la sociedad civil es esencial para romper las barreras en la salud, la dignidad y el disfrute de los derechos humanos. Les animo a que construyan puentes con organizaciones de sociedades civiles de otras regiones del mundo, porque  debemos trabajar juntos para invertir la alarmante tendencia de reducción del espacio y de falta de financiación para la sociedad civil. De otra manera, no conseguiremos alcanzar el objetivo de poner fin a la epidemia del sida en 2030», afirmó Winnie Byanyima.

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