Reportaje

Las organizaciones de la comunidad caribeña llaman a la acción decisiva para poner fin a los abusos homófobos y al ciberacoso

29 de mayo de 2020

Ulysease Roca Terry fue un diseñador de moda gay beliceño que vivió con el VIH. Acababa de perder a su madre  y batallaba contra una fuerte depresión. Aunque entonces aún no había pandemia, se atravesaba un momento complicado.

Fue arrestado en abril por incumplir las leyes que imponían el toque de queda por la crisis de la COVID-19. Estando bajo custodia policial, fue víctima de ataques homófobos y acoso por parte de un agente de la policía. Incluso en las redes sociales se colgó un vídeo de los abusos. Denunció, además, que, mientras estuvo detenido, fue agredido físicamente. Días más tarde murió.

Este mes en las Bahamas estuvo circulando por las redes sociales un vídeo en el que se veía cómo una mujer disconforme con el género era golpeada por tres hombres que, a la vez, le arrojaban insultos homófobos. Uno de los hombres le rompió un trozo de madera en la cabeza. Los otros la abofetearon y le dieron puñetazos. Cuando el vídeo circuló online, algunos se burlaron de la víctima.

Mientras los países del Caribe centran sus esfuerzos en combatir la COVID-19, las organizaciones de la comunidad han alzado sus voces contra los abusos emocionales, físicos y verbales que forman parte de la vida en la región de muchas personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI). Asimismo, han hecho saltar las alarmas y han avisado de que esta crueldad cada vez es más habitual online.

Caleb Orozco, del Movimiento Belice Unido para la Promoción y Defensa (UNIBAM, por sus siglas en inglés), habló sobre el caso del Sr. Roca Terry con una mezcla de dolor y rebeldía. El Sr. Orozco está  muy habituado a las batallas duras. Fue el litigante que, con gran éxito, en 2016 desafió la ley de Belice que prohibía el sexo consensuado entre personas del mismo sexo.  

«La policía no puede erosionar la confianza de la población en su papel como garantes del cumplimiento de la ley demostrando desprecio por la dignidad y los derechos de las personas que forman parte de los grupos más vulnerables: las personas con problemas de salud mental, quienes viven con el VIH y los individuos con distinta orientación sexual», manifestó el Sr. Orozco. «Es responsabilidad de la policía imponer y hacer cumplir el toque de queda de una manera que sea razonable. El burlarse de la gente no ayuda a construir esa confianza pública en la policía como garante y protectora de los ciudadanos de a pie».

UNIBAM solicita una investigación transparente. Pide que se revise el informe de la autopsia y solicita que se tomen medidas para mejorar el trato que la policía da a los miembros de las comunidades vulnerables y marginadas, sobre todo en el contexto de las restricciones por la COVID-19.

En Belice se ha abierto un debate en torno a una Ley de igualdad de oportunidades. De acuerdo con una encuesta de opinión pública llevada a cabo por ONUSIDA en el año 2013, Belice se sitúa entre los países caribeños más tolerantes. Un 75 % de los participantes estaba de acuerdo en que las personas no deberían ser tratadas de forma diferente por su orientación sexual. Este incidente recuerda que, a pesar de los avances conseguidos en el campo de las actitudes sociales y la ley, hay aún por delante grandes desafíos relacionados con los prejuicios y el abuso de poder.

La Organización de las Bahamas para las cuestiones relacionadas con la comunidad LGBTI ha considerado que el ataque que circula por las redes sociales es un delito de odio y que, por consiguiente, se ha de perseguir a los culpables.

«En todo el mundo, este tipo de delitos de odio (el tener como blanco a una persona y tratarla con violencia extrema por ser quien es)  es considerado uno de los modos de comportamiento humano más condenables que se puedan imaginar», declara Rights Bahamas.

Alexus D’Marco, directora ejecutiva de la Organización de las Bahamas para las cuestiones relacionadas con la comunidad LGBTI, insiste en la necesidad de un diálogo y una acción mayores para abordar las actitudes sociales.

«¿Qué dice de nosotros como pueblo el que tantos consideren este comportamiento fuente de humor y diversión? ¿Qué vamos a pensar cuando muchas de las culpables son mujeres que deberían ponerse en pie juntas en señal de solidaridad para oponerse al sinfín de injusticias de las que todas son víctimas como miembros de un género oprimido en esta sociedad?», se plantea la Sra. D’Marco.

Las Bahamas son el único país del Caribe que, mediante una ley del parlamento, ha descriminalizado el sexo consentido entre adultos del mismo sexo. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que las actitudes sociales vayan en consonancia con la ley. Los defensores insisten en que la legislación referente a los delitos de odio se debe aplicar y hacer cumplir de inmediato.

Tanto en las Bahamas como en Belice, las entidades estatales se han unido a la sociedad civil para denunciar los ataques. La Comisión nacional del sida, la oficina del Enviado especial para mujeres y niños y el Ministerio de Desarrollo Humano, Transformación Social y Alivio de la Pobreza han pedido también que el caso del Sr. Roca Terry sea investigado en profundidad. En las Bahamas, el Ministerio de Servicios Sociales y Desarrollo Urbano ha solicitado el enjuiciamiento rápido por parte del Gobierno y la sociedad de los casos de violencia de género como señal de la tolerancia cero.

«Aparte de seguir adelante con la reforma legislativa y los programas para los grupos de población clave, debemos continuar insistiendo en el diálogo social y el orden público, para crear sociedades caribeñas más pacíficas e inclusivas en el Caribe», señaló James Guwani, director de ONUSIDA para el Caribe.  

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