Reportaje
Donaciones de dinero en efectivo para personas que consumen drogas durante la COVID-19 en Bangladesh
09 de septiembre de 2020
09 septiembre 202009 septiembre 2020«No puedo abastecer a mi familia con la comida suficiente porque han bajado mis ingresos.
«No puedo abastecer a mi familia con la comida suficiente porque han bajado mis ingresos. Me deprime ver a mi familia pasar hambre y apuros económicos», comenta Kamal Hossain (nombre ficticio), una persona que consume drogas, residente en Daca, Bangladesh.
La pandemia de COVID-19 está afectando a las vidas y los medios de subsistencia de mucha gente en todas partes. El impacto es especialmente notable en personas con desventajas socioeconómicas o ya marginadas. En Bangladesh, las ificultades a las que se tienen que enfrentar para ganarse la vida y acceder a cualquier tipo de programa de protección social se han acentuado aún más para las personas que consumen drogas, que ya de por sí se encuentran marginadas por parte de la comunidad en general.
Algunos en la misma situación que Hossain trabajaban antes de la pandemia, pero perdieron sus empleos durante el confinamiento. Los centros de recreo y de acogida a los que acudían antes para recibir apoyo sanitario y psicosocial se cerraron parcial o totalmente y los servicios sanitarios se vieron interrumpidos.
Para ayudar a las personas que consumen drogas durante el confinamiento, ONUSIDA hizo una donación a la Red de Personas que consumen drogas (NPUD, por sus siglas en inglés). Con esta donación, NPUD proporcionó comida y ropa durante la fiesta del Eid ul-Fitr a las personas que se inyectan drogas y que viven en la calle. Miembros de la comunidad local se encargaron de repartir la comida. Para algunos, esta ha sido la única ayuda recibida durante la pandemia de COVID-19.
«Yo solo he recibido una comida durante el confinamiento. No he recibido ninguna ayuda del Estado porque no tengo documento nacional de identidad. También recibí una mascarilla y jabón por parte de una organización civil», añade Rafiq Uddin (nombre ficticio), que vive en la calle y consume drogas en Daca.
Las organizaciones de base comunitaria se esfuerzan por apoyar los medios de subsistencia de las personas de las poblaciones más expuestas, incluidas aquellas que consumen drogas.
«Puesto que NPUD es una organización de personas que consumen drogas, no podemos quedarnos al margen de esta crisis. En estos tiempos difíciles, algunos líderes de NPUD se han ofrecido para ayudar y el apoyo de ONUSIDA ha sido el primer paso para marcar la diferencia», afirma Shahed Ibne Obaed, presidente de NPUD.
Tras recibir la donación de ONUSIDA, NPUD se puso en contacto con otros socios, incluidos CARE Bangladesh, Save the Children (Bangladesh), organismos humanitarios locales y organizaciones de voluntarios, para proporcionar un apoyo alimentario más amplio.
«He recibido un poco de dinero de una organización de voluntarios en mi localidad. Algunos de mis parientes y personas bienintencionadas me ayudaron dándome comida. También intenté hacer algún trabajo que me generara ingresos para abastecer a mi familia, pero no encontré nada de forma regular», nos cuenta el Sr. Hossain, que es miembro de Ashakta Punarbashan Sangstha (APOSH), una organización con base comunitaria en Daca.
NPUD consiguió movilizar suficientes recursos de varias fuentes para continuar ayudando a personas que se inyectan drogas y personas que viven con el VIH en las zonas más antiguas de Daca y alrededores. Unas 1600 personas que consumen drogas se han visto beneficiadas por esta iniciativa. La coordinación entre NPUD y otras organizaciones con base comunitaria sirvió de ayuda para identificar a los beneficiarios de estas ayudas. Trabajadores de centros de acogida, APOSH, Prochesta, Old Dhaka Plus, Alor Pothe y otros ayudaron a distribuir ropa y alimentos. Miembros de organizaciones con base comunitaria ofrecieron sus casas para preparar y envasar allí los alimentos.
NPUD facilitó equipos de protección personal para los trabajadores sociales, y mascarillas y jabón para los beneficiarios; además organizó un grupo en línea para compartir las novedades y las fotos, y para publicar información acerca de sus actividades. Toda la iniciativa fue completamente voluntaria.
«Uno de los principales motivos de preocupación es la falta de recursos humanitarios y financieros para apoyar a toda la gente vulnerable que consume drogas. Necesitamos un mayor compromiso por parte de los donantes para generar más fondos de ayuda, especialmente para los que viven en la calle, y para garantizar la sostenibilidad de esta iniciativa», afirmó Saima Khan, directora de ONUSIDA en Bangladesh.